Donostia - El colapso del vertedero de Zaldibar hace 20 días ha puesto en jaque el tejido industrial vasco, donde la inquietud comienza a hacer mella. Las 500.000 toneladas de residuos que anualmente se vertían en la escombrera vizcaina urgen ahora de encontrar un destino y, de momento, no parece que ninguna institución pública quiera poner sus instalaciones al servicio de las empresas. Con este panorama, y ante la negativa de Bizkaia y Araba de abrir sus vertederos (Gardelegi, en Vitoria, solo se ha ofrecido a asumir 23.000 toneladas procedentes de las empresas alavesas), el Gobierno Vasco presiona para que Epele (Bergara), con capacidad para 350.000 metros cúbicos de residuos (asimilables a otras tantas toneladas) se convierta en el vertedero de residuos industriales no peligrosos de Euskadi, una decisión última que deberá tomar la mancomunidad de Debagoiena, que ha convocado una junta extraordinaria dentro de dos semanas.

Esta incertidumbre ha puesto nerviosa a la patronal vasca, que ayer presionó para que se encuentre una solución a corto plazo para los residuos que un buen puñado de empresas -unas 700, estiman fuentes consultadas- siguen generando y que enviaban a la planta de Zaldibar. Se trata de desechos procedentes del sector papelero, siderúrgico, fundición, construcción o automoción, en su mayoría procedentes de Bizkaia, pero también de Gipuzkoa y Araba.

Por ello, y sin entrar a valorar la propuesta de gravar el vertido a las empresas, planteada el miércoles por el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, desde Confebask apremiaron al Ejecutivo vasco a ofrecer soluciones al problema que ya se atisba en algunos centros de producción.

Así lo dijo su presidente, Eduardo Zubiaurre: "Es más urgente encontrar un destino a los residuos industriales porque si no, va a parar el tejido empresarial de este país".

Unas palabras que, sin embargo, no sentaron muy bien en el Departamento de Medio Ambiente que respondió a Confebask que "la gestión de los residuos industriales es una responsabilidad indeclinable de quienes los generan" y que la tarea asumida por el Departamento consiste en "colaborar para facilitar salidas de urgencia a los residuos de las empresas que tenían mayor dependencia" de dicha escombrera.

"Inquietud" El presidente de Confebask subrayó que a corto plazo existe la necesidad de encontrar un destino a los residuos que se generan porque "si no, vamos a parar el tejido empresarial de este país, sobre todo, de aquellas industrias muy importantes como pueden ser las acerías y la industria papelera que necesita encontrar un destino a los residuos que genera todos los días".

La patronal está de acuerdo en estudiar la viabilidad de ese impuesto que grave la eliminación de residuos a través de un vertedero con el objetivo de que enviar residuos a una escombrera no salga barato y sea, por tanto, la ultima opción para el generador de los residuos. Y es que, actualmente, solo el 58% de los residuos de carácter industrial se recicla, provocando que miles de toneladas que podrían ser reutilizadas acaben cada año en escombreras como la de Zaldibar.

En opinión de Zubiaurre, "hay inquietud porque las soluciones no se están encontrando a corto plazo y la generación de residuos es algo diario en la actividad industrial a la que hay que darle salida".

En este sentido, declaró que "el problema se está haciendo cada vez mayor", por lo que expresó su deseo de que "entre todos se pueda encontrar una solución a corto plazo que permita que la actividad industrial de empresas muy importantes de este país continúe sin problemas".

Excavadora desenterrada. La actividad diaria se mantiene a buen ritmo en la zona de búsqueda acotada por técnicos y especialistas -en virtud a las declaraciones de trabajadores de Verter Recycling- como la "más probable" para localizar los cuerpos de Joaquín Beltrán y de Alberto Sololuze, los dos trabajadores que el pasado día 6 fueron sepultados por cientos de toneladas de residuos tras el derrumbe del colapsado vertedero de Zaldibar. De hecho, a lo largo de estas tres semanas, con los parones obligados por la inestabilidad del terreno, se han extraído y revisado algo más de 5.000 metros cúbicos de material de los que 3.300 se corresponden con ese punto de la ladera -a la derecha- donde fue encontrado el coche de Joaquín con el motor todavía encendido. Precisamente ayer fue desenterrada una excavadora que fue arrastrada y sepultada tras el colapso del vertedero.

Siguen el trabajo en la zona

labores de búsqueda