donostia - El tatuador que la pasada semana fue acusado por abusos sexuales a varias clientas en Donostia fue detenido ayer después de que la Guardia Municipal haya dado credibilidad a las denuncias que nueve mujeres han presentado contra este hombre.

Según informaron ayer fuentes de este cuerpo policial, la denuncia de una mujer a través de las redes sociales que aseguraba haberse sentido acosada por el ahora detenido arrancó una investigación policial en la que la colaboración ciudadana ha resultado fundamental. Así, desde la pasada semana, la Guardia Municipal ha recabado información en torno a este hombre, escuchando los testimonios de muchas personas, la mayoría mujeres y clientas del tatuador, y que, por el momento, se han traducido en nueve denuncias. “Tras constatar que el contenido de alguna de esas puede constituir infracción penal, la Guardia Municipal ha procedido a la detención de este individuo”, informaron estas mismas fuentes, quienes estimaron que “como pronto”, el detenido deberá esperar hasta esta mañana para pasar a disposición judicial.

Los hechos se precipitaron el pasado martes, después de que una joven denunciara en las redes sociales que había sido “acosada” por este tatuador. Esta mujer escribió haber sufrido “comentarios sexuales desde el minuto uno”, censuró que el tatuador le hizo “desabrocharse el botón del pantalón” cuando se iba a hacer “un tatuaje pequeño en el brazo” y denunció que le había “agarrado el culo y la cadera desnuda”, lo que le hizo sentirse “aterrorizada”. “Me quería ir pero estaba en shock total”, señaló la mujer en su escrito, quien indicó que durante todo el tiempo que permaneció mientras la tatuaba “no hacía más que temblar”.

nueve denuncias en una semana En pocas horas se constató que no se trataba de un hecho aislado, ya que, tras la publicación de este mensaje de Facebook, decenas de mujeres que se solidarizaron con la víctima denunciaron, también en la red social, haber sufrido episodios similares con esta persona. Todas relataban la misma historia: haberse sentido incómodas ante las continuas insinuaciones de carácter sexual del tatuador, preguntas “fuera de tono”, intentos de besarlas o incluso algún tocamiento. La propia hija del acusado declaró en la citada red social ser conocedora del comportamiento de su padre, actuaciones que repudió sin paliativos.

Sin embargo, parece que este sórdido comportamiento viene de lejos, ya que varias mujeres relataron haber sufrido episodios similares “hace años”, cuando el tatuador vivía y trabajaba en un domicilio de Trintxerpe. Sin embargo, parece que entonces ninguna de sus víctimas lo puso en conocimiento de la Policía, por lo que no se investigó lo sucedido.

Tras la oleada de testimonios a través de las redes sociales, llegaron las primeras denuncias ante la Guardia Municipal y el Juzgado de Donostia. En apenas 48 horas, dos mujeres se animaron a querellarse contra el tatuador y apenas 24 horas después, otras dos presentaron sendas denuncias. Durante el fin de semana estas han ascendido a nueve y no se descarta que pueda producirse alguna más. De momento, la Guardia Municipal recuerda que ha puesto a disposición de todas aquellas personas que puedan tener más datos el número de teléfono 943 481 313, para que puedan aportar información que ayude a esclarecer este caso.

coacciones y amenazas El tatuador, por su parte, publicó la pasada semana un vídeo indicando que todas las acusaciones contra su persona eran falsas, aunque lo eliminó a los pocos minutos.

No obstante, según ha podido saber este periódico, el detenido también ha presentado una denuncia por “amenazas y coacciones” contra su persona, especialmente después de que el pasado viernes, el escaparate de su estudio de tatuajes en la Parte Vieja donostiarra apareciera llenó de pintadas con las palabras “acosador”, “cerdo” o “alde hemendik”, entre otras.

No fueron los únicos actos de repulsa que tuvieron lugar en la capital guipuzcoana. También en la Parte Vieja, una enorme pancarta rezaba “Babosoak Kanpora”, al tiempo que alertaba de que en el estudio que regentaba el detenido había “un acosador”.

Además se publicaron carteles con el lema “se busca”, con la foto del implicado al que se calificaba de “machista profesional” y se le invitaba a “dar la cara”.

Esta situación ha provocado un profundo malestar en el colectivo de tatuadores de la capital guipuzcoana que, además de mostrar toda su solidaridad a las víctimas (y ofrecerse incluso a taparles el tatuaje “si te recuerda a ese mal rato que pasaste”), han puesto en conocimiento de lo ocurrido a la Unidad Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales.