Oiartzun. Las zonas de Arkale, Babilonia y Aritxulegi, en el término municipal de Oiartzun, fueron ayer escenario del homenaje que tributó la asociación por la recuperación de la memoria histórica Kattin Txiki a los 12.500 prisioneros del franquismo que formaron parte de los batallones de trabajo que funcionaron en la comarca de Oarsoaldea entre los años 1939 y 1942.

Estos presos, que no cabían en las cárceles, fueron asentados en campamentos y utilizados por el régimen de Franco como mano de obra barata para construir carreteras -la propia de Aritxulegi o la que cruza Jaizkibel-, así como para crear puentes, levantar fuertes y llevar a cabo otras obras públicas, como el aeropuerto de Sondika.

Según explicó el investigador de Kattin Txiki Txema Gaztelumendi, los trabajadores de los campamentos vivieron en condiciones deplorables, muchas veces sin calzado y con escasa comida, en los tres puntos de Oiartzun donde ayer tuvieron lugar otros tantos descubrimientos de placas en su recuerdo. También hubo un cuarto campamento en Lezo, donde se prevé llevar a cabo otro homenaje.

El azpeitiarra Guillermo Aizpuru, con 93 años de edad, representó ayer a los presos de aquellos campos de trabajo. Estuvo con 18 años en el campamento denominado de Babilonia -por un caserío con esta denominación- y ayer volvió al lugar que tan tristes recuerdos le provoca para recibir el homenaje de la asociación oiartzuarra, así como de su Ayuntamiento, personalizado en la figura de la alcaldesa, Aiora Perez de San Román, y de la Diputación de Gipuzkoa, cuyo máximo representante, Martin Garitano, acudió también al acto.

Según explicó Txema Gaztelumendi, aquellos presos, la mayoría republicanos, vivieron en condiciones de esclavitud. Muchos murieron durante su cautiverio y algunos de ellos, tras intentos de fuga, fueron fusilados. Se sabe que siete presos fueron muertos a tiros y que un octavo resultó asfixiado. Ayer se colocaron plantas y flores en recuerdo de todos ellos: Felipe Ledesma (Badajoz), Manuel Vacell-Sola (Barcelona), Antonio Lopes de Dios (Alicante), Mariano Calvo (Badajoz), Francisco Murillo (Badajoz), José Sánchez (Córdoba), José Sirena (Alicante) y Casimiro García Valle (Oviedo).

La mayor parte de quienes integraban aquellos batallones de trabajadores eran asturianos, aunque también había una gran número de vizcainos seguidos de extremeños, andaluces y catalanes, entre otros. Los guipuzcoanos tampoco se libraron de pertenecer a aquellas brigadas, como recordó la figura de Guillermo Aizpuru.