Ni la experiencia de su candidato a presidente, José Ramón Gómez Besteiro; ni los llamamientos incesantes a desalojar al PP; ni tan siquiera las intentonas por dar un golpe de efecto a la campaña mediante las visitas del presidente y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Los socialistas gallegos, tal y como venían advirtiendo las encuestas, protagonizaron un batacazo de proporciones al pasar de 14 parlamentarios a solo 9 asientos -un 14% de los votos, 200.000 votantes- en el Parlamento de Santiago de Compostela. El PSdeG fue devorado por un BNG que le vuelve a tomar la delantera -y agrandando cada vez más su distancia- en la oposición.
Besteiro no escondió que la noche fue enormemente complicada para el PSdeG. Ya desde la primera de las intervenciones se hacía patente que la cita electoral había superado a la formación. Fiar su futuro al del BNG, lejos de ser provechoso, supuso toda una losa. Tanto es así que buena parte de los voto perdidos por los socialistas fueron a parar a los nacionalistas. Se han dejado 50.000 votos en cuatro años y buena parte de ellos ha recalado en los nacionalistas.
“Hoy no obtuvimos los votos que esperábamos. Nuestro cometido fue hacer ver que era necesario un cambio”, reconoció a las claras Besteiro. “No lo hemos logrado”, remarcó, si bien “el compromiso inquebrantable adquirido” con la sociedad gallega para ser “alternativa real y segura” a las políticas de un PP que ayer venció con holgura y que “no tuvo el eco” esperado. “Buscábamos dar respuesta a todos aquellos que quieren que Galicia vaya a más”, según profundizó, “aunque no hemos logrado transmitir ese mensaje”.
En todo caso, Besteiro avanzó que cumplirá con el “compromiso” adquirido con el electorado gallego. “El trabajo que realizaré desde la oposición”, espacio en el que se situó él mismo, será “apostar por “una política útil y alejada de las trincheras”. Así, llamó a los socialistas a mantener la “esperanza” pese a la “desilusión” vivida este domingo.