Sus adversarios políticos la han calificado como “tenaz”, de trato fácil y “abertzale” hasta la médula. Economista de formación y política de vocación y oficio, Eider Mendoza vive su día a día en euskera y hablar en castellano es para ella como una “mintzapraktika”. Habla inglés y francés con fluidez. Su bagaje político es amplio y las responsabilidades asumidas en todos estos años han ido in crescendo, hasta el punto de que hace tiempo aparecía en las quinielas para suceder a Markel Olano como candidata jeltzale a diputada general. Un cargo que asume con “responsabilidad”.

Hace casi 22 años, una joven Eider Mendoza entraba en el Parlamento Vasco ocupando el lugar de Idoia Zenarrutzabeitia, durante la lehendakaritza de Juan José Ibarretxe. Mendoza, “una hondarribiarra nacida en Azpeitia” (su familia se mudó cuando ella tenía cuatro años), creció con un “fuerte compromiso político” que ella considera propio de su generación.

Se afilió pronto a las juventudes del PNV (EGI), a los 16 años, y allí forjó las bases que hoy sostienen su forma de ver la vida y el mundo. “Nos afiliamos porque éramos abertzales”, dice, y sentía la necesidad de trabajar “en favor de la paz y la construcción del pueblo vasco, con una postura firme en contra de ETA y firmeza también en la defensa de nuestro pueblo y el autogobierno”, añade. Ya desde joven, cuando no tenía responsabilidades políticas. La afición a la política le viene de casa, en especial de su madre, natural de Azkoitia.

Economista de formación, en las elecciones autonómicas de 1998 (entonces como suplente) y en las municipales de 1999 ya fue incluida en listas electorales del PNV ocupando las últimas plazas.

La Diputación Foral de Gipuzkoa ha sido su segunda casa en los últimos cuatro ejercicios. Desde julio de 2019 entró a formar parte del Gobierno foral liderado por Markel Olano como diputada de Gobernanza y portavoz foral, y en noviembre de 2020 fue nombrada primera teniente de diputada general.

Siendo el rostro y la voz del Gobierno foral, le ha tocado lidiar con la pandemia de covid (2020), uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado como gestora. Y le ha tocado responder a las preguntas de los periodistas en las ruedas de prensa semanales para informar de los acuerdos del consejo de gobierno.

Responsabilidad creciente

Se forjó como política en el Parlamento Vasco, donde tuvo asiento propio desde 2001 hasta 2011 y luego pasó a la política territorial. En las Juntas Generales de Gipuzkoa fue presidenta de esta institución desde 2015 hasta 2019, ha sido portavoz del grupo EAJ-PNV y su protagonismo ha ido creciendo con el paso del tiempo.

Puede decirse que en su trayectoria política en Gasteiz y Donostia se ha gestado una mujer todoterreno. Se ha batido el cobre en comisiones de todo tipo: Medio Ambiente y Ordenación del Territorio; Movilidad e Infraestructuras Viarias; Hacienda y Finanzas; Industria, Comercio y Turismo; Educación y Cultura; Instituciones, Gobierno y Normativa; Derechos Humanos; Salud;  Igualdad y Consumo, además de otras muchas creadas al uso. Se ocupó asimismo de la coordinación del grupo del PNV en la cámara guipuzcoana y ejerció la portavocía del partido en asuntos vinculados a las políticas sociales. Lo que le ofrece una visión panorámica de la sociedad guipuzcoana y sus retos.

Ha sido colaboradora en prensa escrita y ha participado como tertuliana en varios programas de EiTB (Mezularia, Faktoria, Debatea, Egun on Euskadi). También fue miembro de la asamblea de Kutxa.

Se considera una mujer acostumbrada a las responsabilidades y asegura que el mar le da la vida, y que la cercanía con los suyos, el yoga y la lectura, especialmente de novela histórica, son sus vías de escape.

Familia numerosa

Mendoza ha participado en muchas campañas electorales, pero esta es la primera vez que lo ha hecho en primera fila, algo que ha encarado “con mucha ilusión”, aunque en su discurso incide una y otra vez en la importancia de trabajar en equipo.

Reside en Hondarribia con su pareja, a la que conoció hace 31 años, y sus cuatro hijos de 22, 20, 17 y 11 años. Dice que en su familia “son conscientes lo delicado que es el momento” y conocen su “nivel de compromiso con este país” y la “exigencia” que ello conlleva.

El día que hicimos la entrevista de precampaña, se ruborizó cuando una mujer le pidió hacerse un selfie en plena calle y le confesó su simpatía. No solo esta simpatizante, sino su hijo de 20 años, iba a darle el voto en su primera cita con las urnas. “Ba kriston ilusioa egin dit”, dijo.