- La entrevista tiene lugar el mismo día en el que se dio a conocer el resultado del Sociómetro, encuesta que más allá de ofrecer el sondeo electoral, también revela que los guipuzcoanos han modificado sus hábitos por culpa de la inflación. Asegura el diputado general que en esta recta final, la Diputación contribuirá a paliar las consecuencias de la carestía de la vida y a consolidar lo proyectos estratégicos que su gobierno puso en 2016 y que han entrado een fase de consolidación.

Empecemos por lo más reciente. El Sociómetro dice que el PNV volvería a ganar las elecciones forales mejorando el resultado. Parece que no hay desgaste y que el electorado premia la gestión del Gobierno foral.

-Las encuestas siempre hay que mirarlas con perspectiva, como un dato en un proceso de sucesión de encuestas. Pero que el resultado del Sociómetrose asemeje al de las elecciones forales de 2019 creo que es un buen dato del apoyo que tienen este Gobierno y el PNV después de años muy duros con la pandemia, la invasión de Ucrania y otras cuestiones que hacen que vivamos en un entorno volátil y de incertidumbre.

Según el sondeo, la hegemonía abertzale en Gipuzkoa sigue creciendo.

-El respaldo a los dos partidos abertzales refleja una tendencia pero no la daría por asentada. El comportamiento electoral de la sociedad occidental se está transformando. Es un cambio que viene marcado por la progresiva desvinculación o alejamiento respecto de las siglas. Los partidos tenemos unas bases bien asentadas pero el comportamiento electoral se transforma. No podemos caer en la autocomplacencia porque la sociedad cambia su comportamiento electoral casi sobre la marcha, atendiendo a las coyunturas y a la gestión.

En su último documento político, 'Euskal eredua', EH Bildu habla de "transformación pragmática". ¿Ve una EH Bildu diferente a la que relevó en 2015 con Martin Garitano?

-Cuando iniciamos la legislatura anterior, la de 2016, instauramos un estilo de hacer política que tenía como objetivo el acuerdo, tanto con entidades y agentes sociales como con otras formaciones políticas. Un territorio del tamaño de Gipuzkoa no se puede permitir una guerra de banderizos y hay que llegar a acuerdos básicos sobre cuestiones fundamentales. Es una visión que colisiona con una formación política que basa su estrategia en el sorpasso a otro partido político. Si tu visión es la de sustituir a un adversario y no tienes unos objetivos de país bien establecidos la política se distorsiona. Y yo, en la izquierda abertzale, observo una obsesión por sustituir al PNV. Y todo lo demás es accesorio a ese fin máximo y principal.

En cualquier caso, la gobernabilidad pasa por un tercer partido y ahora mismo el que garantiza la mayoría, el PSE, pacta con el PNV.

-Siendo partidos diferentes hemos llegado a un acuerdo de gobierno que ha sentado las bases para la transformacion del territorio. Eso es lo que yo pongo en valor. Pueden existir choques de contenido y hasta personales, pero estableciendo un programa de gobierno bien negociado y al detalle, con mecanismos de coordinación y de seguimiento semanales bien engrasados, el balance es un recorrido de ocho años con un modelo de colaboración política con peso y percepción social muy importante.

-¿Cree que Andueza busca notoriedad o sus declaraciones anticipan un giro en la estrategia de alianzas del PSE?

-Los cambios de estrategia cuando quedan meses para las elecciones me parecen, no diré sospechosos, pero sí extraños y cuando menos cuestionables. Encuadro sus declaraciones en un contexto preelectoral, por eso no le concedo especial gravedad. Son parte del juego político pero creo que no es un enfoque adecuado, porque la ciudadanía está muy cansada de estos juegos y los huele a kilómetros. Pero cada responsable político es libre de tomar sus decisiones.

Regresando al Sociómetro, me gustaría que diera su opinión sobre algunos de los resultados del sondeo. El 40,5% de los encuestados dice que su vida ha empeorado.

-Es un dato como consecuencia del incremento de los hidrocarburos, de la energía o de la alimentación, y que provoca que la ciudadanía tenga una percepción del coste de la vida muy acusada. Y también hay sectores, como el primario, el transporte o los autónomos, miles de personas que sienten el impacto en su ámbito laboral y en su modo de vida de manera muy reseñable. Es una percepción real ante la que somos muy sensibles. Esperamos que sea coyuntural.

El 82% desconfía de la política

-En mi primera legislatura como diputado general, en 2008, ya empezamos a hablar de una nueva cultura política conscientes del distanciamiento de la gente. La pregunta del Sociómetro lleva muchos años realizándose y el empeoramiento del dato es progresivo. No es producto de Gipuzkoa sino de las democracias occidentales, que están en crisis. Cuando pusimos en marcha Etorkizuna Eraikiz lo que pretendíamos era dar respuesta a esta realidad. Etorkizuna Eraikiz es un mecanismo de fortalecimiento de la confianza y creo que, poco a poco, irá revirtiendo esa tendencia. Hablamos de una experiencia muy local que pretende hacer frente a una tendencia global. Es un trabajo ímprobo y difícil.

La ciudadanía puntúa con un 6,33 la percepción que tiene de la salud del euskera

-Creo que refleja una actitud positiva hacia el euskera, de que el euskera es un valor para esta sociedad. Esa percepción facilita políticas activas de normalización, un objetivo con el que estamos muy implicados porque tenemos muy claro que el objetivo de la normalización del euskera tiene que venir de la igualdad lingüística, que el vascohablante pueda desarrollar su vida de un modo natural.

A un año de que termine la legislatura, ¿por dónde van sus preocupaciones?

-Como siempre en política hay una visión a corto y otra a largo. La visión a corto tiene que ver con la preocupación de la gente, la economía, la inflación, la estabilidad de los puestos de trabajo... A corto plazo es lo que más me preocupa, contribuir desde la Diputación a que estos elementos de preocupación social se vayan superando.

¿Y a largo plazo?

-Este año va a ser en el que todos los proyectos estratégicos que pusimos en marcha en 2016 en el marco de Etorkizuna Eraikiz se consoliden. Hablamos de once estrategias y ocho centros de referencia que ya están en ejecución, en fase de finalización o en marcha. Enseguida pondremos la primera piedra de Mubil (electromovilidad), las obras de Naturklima (cambio climático) avanzan a buen ritmo y a finales de año arrancarán las obras de Adinberri (estrategia de la tercera edad) en Pasaia. Son algunos ejemplos de los proyectos estratégicos que están en fase de consolidación inminente.

Pese a que los indicadores de la economía vasca y guipuzcoana son sólidos, ¿aguantarán el agravamiento del contexto económico que algunos expertos predicen para la segunda parte del año?

-Lo que transmiten las empresas es que tienen una cartera de pedidos grande pero una espada de Damocles, sobre todo, en los margenes de su actividad. Eso es consecuencia del alza de los precios de las materias primas y de la energía. Es lo que más nos preocupa pero dependerá de la coyuntura global que eso se pueda ir encauzando. En cualquier caso, prudencia. Pese a que las cifras de ocupación, desempleo, pedidos a las empresas son buenos, los nubarrones son grandes.

La pasada semana en las Juntas Generales, hizo un discurso sobre Ucrania en clave muy humana. ¿Qué le peració la declaración que aprobaron las Juntas, sin el apoyo de su partido, en el que no aparecían las palabras "invasión" y "guerra"?

-La invasión de Ucrania toca nervio ideológico. Muchas formaciones políticas tienen una tradición antiimperialista importante y esta invasión rompe esa visión de buenos y malos que han tenido algunos sectores históricamente. La tradición política del PNV, sin embargo, siempre ha sentado las bases en torno al respeto de los derechos humanos. Al ámbito de la izquierda más clásica la invasión le ha provocado un cortocircuito y le resulta difícil denunciar lo que está siendo una invasión criminal. Son consideraciones muy básicas que no se expresan como son porque hay detrás una tradición política que lo impide. Es una muestra de la necesidad de aggiornamento que tienen algunas formaciones.

¿En qué medida se va a plasmar en las políticas de la tercera edad las lecciones aprendidas en la pandemia?

-La pandemia nos ha ofrecido una lectura muy directa de qué significa que las instituciones publicas y la sociedad apuesten por las políticas sociales y por las personas con más necesidades. En la pandemia sufrimos un estrés muy grande pero la fortaleza del modelo respondió al desafío del virus. Lo que ha provocado la pandemia es una aceleración de la transformación del modelo de atención a la tercera edad. La inspiración fundamental es que la persona mayor tiene que estar en casa o como en casa. La pandemia ha traído la urgencia de implantar este modelo, que en Gipuzkoa tenía avances experimentales pero que ahora se está llevando a cabo de un modo más sistémico.

Bizkaia, Araba y Navarra ya están debatiendo la implantación de peajes para el transporte pesado en sus principales vías. ¿Lo siente como un aval a lo hecho en Gipuzkoa?

-Lo que me parece absolutamente inconsistente es la actitud del Estado español. La Comisión Europea está estableciendo un umbral temporal para la implantación de peajes y no se observa mucha diligencia en el respeto a esas directivas. Me parece grave, porque llegará y es mejor hacerlo de un modo progresivo, profesional y pedagógico y no en el último momento y de forma chapucera.

En un mes va a arrancar el período obligatorio de implantación del TicketBai. Su implantación ha generado malestar en algún sector. ¿Entiende estos recelos?

-Creo que es un cambio a mejor. El Departamento de Hacienda lo ha comunicado a todos los sectores concernidos de un modo sistemático con dos pasos importantes: mediante una acción de comunicación y relación con los sectores y mediante el fortalecimiento del personal de Hacienda para el asesoramiento de las empresas y los profesionales. Se han firmado convenios con 19 asociaciones, aunque algunas entidades no han entrado a ese acuerdo. Yo respeto esa posición pero entiendo que es minoritaria. La Diputación ha actuado con flexibilidad, se han hecho cambios para facilitar su implantación. Entiendo los reparos y los temores, pero cuando se implante van a desaparecer.

Está ante su último año. Cuando acabe la legislatura habrá cubierto un ciclo en las instituciones forales de 16 años, tres legislaturas como diputado general y una como portavoz de su partido en Juntas Generales. ¿De qué se siente más orgulloso?

-Mirando atrás, muy atrás, recordaría cual era el clima en Gipuzkoa. Existía una crispación política brutal que se extendía a la acción institucional e impedía el desarrollo del territorio. El enfrentamiento político lastraba muchísimo a Gipuzkoa. Si de algo podemos estar orgullosos es de que hemos superado aquello.

¿Y tiene alguna espina clavada?

La espina que se me ha quedado clavada..., que al final el enfrentamiento que hemos tenido con Bildu esta ahí todavía. Es posible que se haya suavizado, pero todavía está ahí. Y eso es malo para el territorio y es malo para el país.

¿Por dónde va a orientar su futuro ?

-Es un año muy exigente y estoy muy centrado en finalizar la legislatura y finalizarla bien.La actitud mental que tengo es esa y no estoy pensando más allá.

¿Pero piensa seguir ligado a la política?

-Creo que sí. Vocacionalmente soy una persona muy ligada a la política y entiendo que mi vida seguirá por esos lares. Siempre digo que nuestro partido tiene una cultura de espíritu colectivo y funcionamiento de equipo. La visión personal nunca la pongo por encima del equipo. El PNV en Gipuzkoa tiene consolidado un equipo muy importante del que soy parte y del que seguiré siendo parte. l

"A corto, plazo lo que más nos preocupa es cómo impacta en la sociedad y en el tejido económico la inflación y sus consecuencias"

"Lo que ha provocado la pandemia es una aceleración de la transformación del modelo de atención a la tercera edad"