- En la agenda de preocupaciones de los guipuzcoanos ahora mismo apenas queda sitio para asuntos que no sean los relacionados con la salud o la economía. El covid es el aquí y ahora de la gente y así queda reflejado en la última entrega del Sociómetro que dio a conocer ayer la Diputación foral por boca de su portavoz Eider Mendoza.

En la valoración que realizó de los resultados obtenidos en la encuestas, la portavoz del ejecutivo foral se felicitó porque “se ve que las prioridades que ha marcado la Diputación para responder a la crisis del coronavirus están perfectamente alineadas con las que tienen los ciudadanos”.

La encuesta ha consistido en 1.200 entrevistas realizadas en euskara y castellano (44,8% y 55,25 respectivamente) de manera proporcional en todo el territorio entre el 24 de noviembre y el 1 de diciembre. De las respuestas recogidas, la pandemia y el desempleo son los dos problemas principales que señalan los guipuzcoanos. Pero la lista continúa por la misma senda con asuntos como la crisis económica, la salud o las mejoras en Osakidetza.

Pasando de los problemas a las preocupaciones, las principales coinciden, es decir, el covid y la situación económica. A partir de ahí, se abre un abanico de inquietudes que revelan un cambio sensible en la lista de asuntos que más preocupa a los guipuzcoanos. La violencia, la división política o los asuntos identitarios han pasado a un segundo plano o directamente han desaparecido en favor de temas como el bienestar emocional, las desigualdades sociales, la calidad del empleo, el cambio climático, la desigualdad de género, la incertidumbre hacia el futuro, el envejecimiento de la población, la globalización, la seguridad y la soledad, por este orden.

De la encuesta se desprende el estado de incertidumbre que provoca la actual situación sanitaria y económica. Pese a que los encuestados no han notado el impacto causado por el covid en su economía doméstica (el 74% no tiene problemas para llegar a final de mes, frente al 24% que sí lo tiene, porcentajes que ya reflejaban sondeos anteriores a la pandemia), casi un tercio (28,7%) reconoce que su situación ha empeorado. Esta opinión sobre todo se refleja entre los que tienen 30 y 60 años, en cuya segunda mitad se concentran los más pesimistas con el inmediato futuro.

En general, la percepción es que la situación económica de Gipuzkoa va a ir a peor. La mayoría (47%) así lo cree y todavía es mucho mayor el porcentaje (78,6%) de los que dudan que el año que viene se recuperará lo perdido. Pese a todo, la esperanza de que la vieja normalidad regresará a nuestras vidas es respaldada por el 60% de los encuestados. ¿En qué plazo? La media de las respuestas sitúa en 22 meses el tiempo para regresar a la vida anterior y acabar con la pesadilla del coronavirus.

En una escala de 0 a 10, los encuestados sitúan su nivel de preocupación por contagiarse en el 8,04, mientras un 30,4% reconoce que en alguna ocasión ha llegado a pensar en su muerte en el caso de contraer la enfermedad. En la lista de tareas que encargan a la administración a la hora de ocuparse de las consecuencias de la pandemia los ciudadanos sitúan en primer lugar la atención a las personas mayores. El resto de demandas están relacionadas con las consecuencias económicas, como ayudar a los sectores afectados por la crisis o promover el empleo de calidad.

Para terminar, una realidad que la encuesta vuelve a poner en evidencia: los ciudadanos (el 73,8%) no confían en la política. Es un mal que viene detectátándose en toda clase de encuentas y que es común a todas las democracias. Es un tema preocupante porque ante un desafía de la volatilidad y complejidad de la epidemia la confianza es un requisito esencial para la eficacia de las medidas y los mensajes que las acompañan. Lo curioso, sin embargo, es que a la hora de valorar la respuesta de los distintos niveles admnistrativos ante la pandemia, los encuestados aprueban a su ayuntamiento, a la Diputación, al Gobierno Vasco y el ejecutivo español. A todos los califican con un bien. Para Moncloa, el aprobado.