- La exposición “1970-2020 Proceso de Burgos. Juicio al franquismo” ofrece, desde ayer la posibilidad de conocer el contexto de este hecho ocurrido durante la dictadura franquista, así como su enorme repercusión en la historia reciente de Euskadi, direccionando los acontecimientos por la trágica senda por la que transitó después.

El Proceso de Burgos fue un juicio que tuvo lugar entre el 3 y el 9 de diciembre de 1970, en el que 16 activistas vascos fueron sometidos a un consejo de guerra sumarísimo en la Capitanía General de Burgos, acusados de formar el núcleo dirigente de ETA y del asesinato de Melitón Manzanas, comisario de la Brigada Político-Social en Gipuzkoa.

Lo que se presumía como un intento del régimen de exhibir fortaleza se convirtió en una inyección para la causa vasca y un descrédito internacional del franquismo, que impuso nueve penas de muerte y largas condenas a los acusados. La presión internacional consiguió doblegar la voluntad el régimen que conmutó la pena capital en todos los casos.

La muestra, que se podrá visitar hasta el 26 de enero en el Centro Carlos Santamaría de la UPV/EHU en Donostia, fue inaugurada ayer por el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, quien subrayó el “valor de la memoria” como principio “imprescindible” para seguir consolidando la “cultura política democrática” en la sociedad vasca. La muestra ha sido organizada por la Diputación de Gipuzkoa en colaboración con la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la Cátedra Unesco de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la UPV/EHU.

La exposición consta de tres bloques, el primero de los cuales refleja el contexto histórico en el que se produjo el Proceso de Burgos, mientras que el segundo recoge las vulneraciones de derechos humanos y la represión ejercida por el Franquismo, mientras que el tercero narra lo ocurrido durante el enjuiciamiento.

Según informa la institución foral en una nota, esta iniciativa se enmarca en el “contexto del esfuerzo por impulsar la memoria sobre la historia reciente de Euskadi y las vulneraciones de derechos humanos registrados en el territorio”.

Durante el acto, Olano recordó a Roberto Pérez Jáuregui, Antonio Goñi e Imanol Andueza, quienes fallecieron en Gipuzkoa en el contexto de las movilizaciones contra el Proceso de Burgos en 1970. “No son casos muy conocidos, pero son hechos muy dolorosos”, recordó el máximo mandatario guipuzcoano, antes de recordar que estas víctimas y sus familiares también se merecen hacer “memoria” sobre ellas.

consenso sobre la relevancia

La Diputación explica que “si existe un denominador común entre los diferentes historiadores e investigadores que han escrito sobre las consecuencias derivadas del Proceso de Burgos, es la relevancia que este juicio tuvo en el devenir de los acontecimientos futuros relativos a la lucha antifranquista y la cuestión vasca”.

La institución foral recuerda que en aquel entonces “la movilización social fue un éxito para la oposición al franquismo al contribuir a la extensión del disentimiento y mostró al régimen que poner fin a las protestas era imposible”. “Asimismo -añade-, la repercusión mediática del caso acabó convirtiéndolo en una especie de proceso al franquismo, y dio a conocer al mundo la cuestión vasca”.

Por estos motivos, la exposición “trata de profundizar en el contexto histórico” de aquel juicio “en el que, entre los días 3 y 9 de diciembre, fueron procesados 16 miembros de ETA” por su supuesta implicación en la muerte del comisario Melitón Manzanas.

Ion Gambra, director foral de Derechos Humanos y Cultura Democrática, explicó que en la muestra una línea roja refleja “el punto de inflexión” que se había producido dos años antes, con la muerte del guardia civil José Antonio Pardines Arcay y el atentado mortal contra el jefe de la Brigada Político-Social de Gipuzkoa Melitón Manzanas, a lo que la dictadura “respondió con un recrudecimiento notable de la represión”.

Posteriormente, “en un contexto de resurgir de la cultura vasca, del sentimiento nacional vasco y del movimiento obrero, tuvo lugar el consejo de guerra sumarísimo que ha pasado a la historia con la denominación de Proceso de Burgos”.

“Durante aquellas semanas se produjo una movilización social contra el juicio sin precedentes, especialmente en los dos primeros días del juicio y tras la sentencia, llegando incluso a desbordar las fuerzas policiales”, describe el comunicado.

El 28 de diciembre se hizo pública la sentencia, que estableció condenas superiores a las solicitadas por la Fiscalía: nueve penas de muerte, un cómputo global de 519 años de cárcel y una absolución. Finalmente, las condenas a muerte fueron conmutadas el día 30, debido fundamentalmente tanto a la movilización social como a la solidaridad y la presión internacional.