- Casi todas las piezas del rompecabezas están sobre la mesa. El Gobierno de Iñigo Urkullu está a la espera de que se celebre el Consejo Vasco de Finanzas del 15 de octubre, donde de la mano de las diputaciones forales conocerá al milímetro hasta dónde llega la caída de la recaudación de impuestos, para cerrar por completo la fotografía del dinero que va a tener a su disposición para redactar los Presupuestos de 2021. Mientras tanto, avanzará mañana mismo en el Consejo de Gobierno las directrices presupuestarias, un esbozo general donde primará la apuesta por la reactivación económica y donde, aunque no tenga la fotografía final del día 15, ya anticipa una apuesta por evitar los recortes en los servicios públicos esenciales de la salud, la educación y las prestaciones sociales. "No es momento de austeridad", ha defendido el consejero Azpiazu, dispuesto a sacar chispas al endeudamiento para cubrir la caída de ingresos.

Para el Ejecutivo, estos son los presupuestos de la recuperación en plena pandemia, y con ello quiere atraerse algún respaldo más allá de su mayoría absoluta, pero no renuncia a utilizarla para evitar un bloqueo o una prórroga que sería especialmente delicada de gestionar en este contexto. Ya están surgiendo los primeros desmarques y vienen desde su último socio presupuestario, Elkarrekin Podemos, que exige que las grandes empresas paguen más impuestos. El Gobierno tiene intención de sacar el dinero de otras fuentes, de la deuda, porque cree que no se puede exprimir a un tejido empresarial en crisis.

El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, puede enjuagar las estrecheces del momento con los acuerdos con el Estado que le permiten contar con un mayor margen de maniobra para blindar los servicios. Contará con un margen adicional de déficit que le va a permitir un mayor endeudamiento y movilizar más recursos (2,2% de déficit en 2021 y 1.617 millones; además del 2,6% de este año, que se traduce en 1.716 millones), y el gobierno PNV-PSE ha presentado un plan de reactivación que espera poner en marcha entre todas las instituciones 13.250 millones en los próximos cuatro años.

No obstante, el escenario es muy adverso en lo económico, y en lo político tampoco será sencillo arrancar respaldos más allá de los dos partidos en el gobierno. Como último recurso, PNV y PSE pueden recurrir a su mayoría absoluta de 41 escaños. En el terreno de las previsiones económicas, este año estará marcado por una fuerte caída del PIB y el empleo, pero las previsiones del Gobierno apuntan a una clara recuperación a partir del próximo. En concreto, el PIB caería un 10,1% este año, y crecería un 8,9% en 2021. Traducido en puestos de trabajo, este año se perderán 30.000 empleos y en el próximo se recuperarán 15.100.

El Gobierno Vasco mira de reojo al reparto de los fondos europeos, aunque no quiere contar de partida con ellos para no generar expectativas que no se cumplan. Se espera que el presidente español, Pedro Sánchez, presente pasado mañana los criterios generales del reparto, pero desde Lehendakaritza seguían ayer guardando silencio con un asunto que consideran "muy delicado". Urkullu no va a realizar ningún anuncio oficial hasta que tenga cerrados los proyectos. En principio, está prevista una reunión entre todos los presidentes autonómicos y la responsable de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el día 26.

Al Estado le corresponden 140.000 millones, pero no están claros los plazos ni las remesas. Se especula con que una primera entrega puede llegar en la segunda mitad del año que viene. La lista que está coordinando Azpiazu incluye proyectos valorados en más de 10.000 millones, y se articula en torno a las energías limpias, las infraestructuras y la digitalización, con inversiones en el Energy Intelligence Center, el corredor de hidrógeno verde para la descarbonización en el Puerto de Bilbao o el TAV.

Antes de presentarse las directrices presupuestarias, la portavoz de Elkarrekin Podemos-IU en el Parlamento, Miren Gorrotxategi, ya dijo ayer en la cadena Ser que el consejero no está realizando propuestas atractivas, en alusión a la ausencia de una reforma fiscal, que es también su caballo de batalla con Pedro Sánchez en el gobierno de coalición que comparten en el Estado. La competencia fiscal reside en las Juntas Generales, pero PNV y PSE han dejado ver que la solución no vendrá por ahí. "Si nos dice que no tiene intención de modificar el sistema impositivo haciendo que quienes tienen más paguen más, y que la ingeniería fiscal de las grandes empresas se afloje, no parece que sea una propuesta atractiva para cualquiera que no piense en clave neoliberal", dijo. Fue más lejos para considerar que Euskadi es "un paraíso fiscal". "En Euskadi sabemos que las rentas de trabajo pagan tres veces más el gasto público que las rentas del capital. Euskadi es un gran paraíso fiscal para muchas empresas que, con las exenciones y ayudas, al final tienen una situación ventajosa para establecerse aquí, mientras que no la tienen los autonómos o las medianas empresas", continuó.

Elkarrekin Podemos fue el partido con quien Azpiazu pactó los últimos presupuestos de la anterior legislatura, pero desde entonces se ha producido un cambio en la dirección. Con el equipo de Lander Martínez, pactó una subida en la renta de garantía de ingresos y beneficios para las haurreskolak. Además, Podemos necesita también al PNV en Madrid para aprobar los presupuestos estatales.

El Gobierno Vasco quiere contar con algún partido más allá de su mayoría absoluta para desactivar el discurso del rodillo, pero no renuncia a utilizar sus propios medios en última instancia para evitar un bloqueo. El proyecto será aprobado por el Consejo de Gobierno el 15 de diciembre, tres días después se registrará en el Parlamento, y se calcula que la aprobación final y la entrada en vigor llegará en febrero. El lehendakari aseguró en una entrevista con este periódico que las partidas sociales y la RGI van a subir.

El Gobierno español también ha puesto en marcha la tramitación de sus cuentas, y mañana presentará el cuadro macroeconómico y las tasas de referencia que van a sustituir a los límites de deuda y déficit después de haber suspendido la regla de gasto. El Gobierno Vasco ya tiene sus cifras pactadas.

En una entrevista concedida a Efe, la ministra María Jesús Montero dijo que va a llevar al Congreso de los Diputados para su votación un acuerdo por el que se "aprecia" que se dan las circunstancias previstas en la Constitución para suspender las reglas fiscales en 2020 y 2021. "Es un trámite que podría ser omitido, pero es importante que se produzca porque estamos hablando de la salvaguarda constitucional de aplicar una excepción", defiende. Anunció que los ayuntamientos que no tengan remanentes tendrán un fondo a su disposición. No será el de 5.000 millones que aparecía en el decreto fallido, sino que se ajustará porque se han suspendido las reglas de gasto y muchos tienen remanentes que utilizar.

Mañana

El Gobierno Vasco aprobará las directrices presupuestarias.

15 de octubre

Las diputaciones forales aclaran al Gobierno Vasco el volumen de la caída de recaudación. En los primeros meses del año, ha caído aproximadamente un 20%. De esta cita depende también el reparto del déficit de las diputaciones con los ayuntamientos, cuya tutela financiera ejercen. La oferta la lanzó Bizkaia. El dato se ratificará en el Consejo Territorial de Finanzas.

15 de diciembre

El Gobierno Vasco dará luz al proyecto presupuestario y tres días después lo enviará al Parlamento.

Febrero

PNV y PSE tienen mayoría absoluta y, si no lograran más apoyos, tendrían a su disposición sus propios 41 escaños para asegurar que la tramitación no se alargue más allá de febrero.

Pacto PNV-PSE. La competencia fiscal en el caso vasco, por su singularidad foral, reside en las Juntas Generales y, por extensión, son los partidos y no el Gobierno quienes tienen la sartén por el mango. El pacto PNV-PSE para formar el Ejecutivo alude a este debate. Plantean una reflexión para "avanzar en una fiscalidad más progresiva y equitativa, que debía revisarse este año 2020", pero teniendo en cuenta la nueva realidad del virus, "la posible evolución en materia de empleo, las capacidades y competitividad de nuestras empresas", los fondos europeos y la deuda. El Gobierno Vasco puede recurrir a la deuda porque está saneado, en déficit 0% desde 2017.