- La Comunidad Autónoma Vasca recupera desde hoy mismo todas y cada una de las atribuciones y competencias fijadas en el Estatuto de Gernika. Casi 100 días de excepcionalidad por la pandemia del coronavirus en los que el Gobierno vasco se ha visto obligado en ocasiones a someterse a las decisiones del mando único impuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez terminan de esta forma gracias al paso de Euskadi de la fase tres hacia la nueva normalidad. El timón en la gestión pasa así de Madrid a Gasteiz, aunque bien es cierto que el lehendakari Iñigo Urkullu, aunque no sin algunos sonados desencuentros con el Ejecutivo de Madrid, ha logrado tener cierto grado de autonomía durante este tiempo de pandemia, especialmente durante las últimas fases de la desescalada.

Un decreto firmado por el propio Urkullu -Decreto 14/2020, de 18 de junio, más concretamente- certifica la superación de la fase 3 del plan para la desescalada, por lo que “se dejan sin efecto las medidas adoptadas en el marco del estado de alarma y se establece la entrada en la nueva normalidad”, según señaló el portavoz de Lakua y consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka, en una rueda de prensa en Gasteiz. Esa nueva normalidad, además de llevar aparejadas la gestión de las medidas sanitarias, económicas o epidemiológicas de cara al futuro, también conlleva la recuperación del marco autonómico vasco. Aunque sea de manera simbólica, ya que durante la última fase de la desescalada el lehendakari consiguió que Sánchez le otorgara margen de acción propia, el poder de decisión se sitúa en suelo vasco.

“El proceso de desescalada comenzó el 4 de mayo y lo hemos desarrollado a través del plan Bizi Berri, específicamente diseñado para Euskadi”, recordó Erkoreka, “abordando con la máxima prudencia el retorno a la actividad social, deportiva y de ocio”. Ya el 14 de mayo, “los indicadores de evolución de la pandemia y la situación del sistema sanitario pusieron de manifiesto que lo más duros de la crisis había pasado”, según relató. Cerrada esa etapa, se abrió una nueva fase “de vigilancia y control” en la que se consiguió que Sánchez diera su beneplácito a la celebración de las elecciones autonómicas el 12 de julio, entre otras cesiones del Gobierno español. “Euskadi inicia hoy una nueva etapa”, resumió por último el portavoz Erkoreka.

Urkullu, junto a algún que otro presidente autonómico, se ha visto abocado a elevar su voz crítica contra “el 155 encubierto” -en referencia al artículo de la Constitución impuesto a las instituciones de Catalunya como freno a la explosión independentista- aplicado durante el estado de alarma. De hecho, Lakua censuró que Sánchez aprovechar la ocasión para arrogarse atribuciones recogidas en el Estatuto, como las referentes a la sanidad o a la seguridad, lo que supuso a poner a Osakidetza o la Ertzaintza a las órdenes de Madrid.

“El decreto deja sin efecto las medidas adoptadas en el marco del estado de alarma”

Portavoz del Gobierno Vasco