oy se celebra la decimotercera videoconferencia de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos, de frecuencia semanal desde que se decretó el estado de alarma por la emergencia sanitaria el pasado mes de marzo. Todo apunta a que será una de las últimas reuniones de este foro, ya que salvo sorpresa el vencimiento de la medida de excepción se producirá este mismo mes de junio, con lo que concluirán también las videollamadas dominicales entre los líderes regionales. Además, estos encuentros telemáticos han perdido parte de su utilidad una vez que el mando se ha comenzado a devolver a las comunidades, aunque en el encuentro de esta semana sí estarán sobre la mesa las reclamaciones de Iñigo Urkullu y Miguel Ángel Revilla para que se permita cuanto antes la movilidad entre territorios limítrofes, descartada de momento por el Ejecutivo español.

Las 12 conferencias autonómicas anteriores han pasado por diversas fases y altibajos, desde el enfado inicial de líderes regionales como Iñigo Urkullu o Quim Torra a una última fase más tranquila, una vez que se han alcanzado acuerdos para compartir la toma de decisiones entre el Estado y las comunidades, poniendo fin así al polémico mando único que Moncloa se arrogó al inicio de la crisis del COVID-19. Este cambio en el ambiente del foro semanal se evidenció ya el pasado domingo, con intervenciones más relajadas y con críticas que se limitaron únicamente a algunos barones del PP que reclamaron gestionar el Ingreso Mínimo Vital (IMV), tal y como harán Euskadi y Nafarroa.

Esta desescalada de la tensión entre el presidente del Gobierno y los líderes territoriales en las conferencias semanales contrasta con las escenas vividas en el Congreso de los Diputados, que semana tras semana se ha convertido en el epicentro de una pugna política cada vez más enconada entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la derecha y ultraderecha del PP y Vox, que han elevado el tono y la confrontación según ha ido avanzando el proceso de desconfinamiento.

Respecto al foro territorial de los domingos, también ayuda a la distensión y a la rebaja en el tono de las críticas que el desconfinamiento esté ya encarrilado y que todos los territorios del Estado se encuentren ya en fase 2 o fase 3, con lo que las comunidades autónomas vislumbran la luz al final del túnel y han recuperado parte importante de su actividad económica, comercial y de ocio.

Pero el entendimiento no ha sido siempre la tónica en las videoconferencias, que arrancaron con tono bronco en las intervenciones de gran parte de los presidentes autonómicos, por diversas razones. El vaciamiento de competencias a las regiones y la toma unilateral de decisiones por parte del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos motivó la protesta de Euskadi y Catalunya en las primeras reuniones semanales, mientras que la Comunidad de Madrid intensificó sus críticas tras la demora de su pase a la fase 1, que se retrasó dos semanas debido a que no cumplía con los requisitos exigidos desde el Ministerio de Sanidad.

Es sintomático del cambio de actitud del Ejecutivo español en cuanto a la decisión de abandonar el mando único, y de la influencia de Euskadi en este proceso, que Sánchez haya terminado por aceptar la mayor parte de las peticiones que el lehendakari Urkullu ha realizado en el foro de presidentes. De esta manera, se ha producido un proceso de progresiva devolución de competencias a las comunidades en lo que se ha llamado “cogobernanza” y, por último, la gestión total de la desescalada por parte de las regiones que llega con la fase 3. Todo ello ha sido impulsado y negociado por el Gobierno Vasco, que ha jugado un papel decisivo en el devenir del plan de desconfinamiento.

conflictos gestionados

Así, desde que comenzaron las videoconferencias dominicales, desde Euskadi se ha trasladado a Sánchez su malestar con diversas decisiones y una serie de peticiones que con el paso de las semanas se han ido materializando. En las primeras reuniones, Iñigo Urkullu puso el foco en criticar el mando único del Estado para la gestión de la crisis y el vaciamiento de competencias a las autonomías -en este sentido, el control de la Ertzaintza y las acciones de los militares en territorio vasco fueron dos puntos calientes-.

Otro de los conflictos generados entre Euskadi y el Estado, este de alta intensidad, fue el del cese total de la actividad económica decretado por Sánchez durante la Semana Santa. El lehendakari trasladó a Moncloa su disconformidad con que las grandes industrias se vieran forzadas a parar y pidió flexibilidad en algunas plantas, reclamación que fue concedida in extremis y permitió a la CAV mantener una mínima producción.

Ya más adelante, en las videoconferencias autonómicas que comenzaron a tratar el plan de desescalada anunciado por el Gobierno a finales del pasado mes de abril, los puntos de divergencia entre los gobiernos vasco y español fueron la elección de la unidad provincial y el poco margen de actuación y decisión de las comunidades, decisiones que también generaron protestas de otros presidentes.

En definitiva, las reclamaciones trasladas por Urkullu a Sánchez en estos encuentros telemáticos han sido relativas a la falta de información y consenso con las autonomías en las decisiones del Gobierno español, así como de la poca capacidad de gestión que los territorios asumieron en el primer momento del estado de alarma.

Este malestar se ha ido reduciendo a la par que buena parte de las reclamaciones de Lakua se han ido cumpliendo mientras avanzaban las fases de la desescalada. En este proceso han influido asimismo los seis votos del PNV en el Congreso, que han resultado imprescindibles para Sánchez en cada prórroga del estado de alarma, resueltas en votaciones agónicas.

Ahora, con la llegada de la tercera fase y cumplida la mitad del desconfinamiento hacia la nueva normalidad, Euskadi vuelve a asumir la plena gestión de sus competencias y el foro territorial de los domingos se encamina a su final, con la última cuestión pendiente de la movilidad entre comunidades limítrofes en la misma fase, que estará hoy sobre la mesa.

13 reuniones

15 de marzo. El primer encuentro entre Sánchez y los presidentes autonómicos se celebró a la par que se activaba el estado de alarma y sirvió para explicar sus detalles a las regiones.

22 de marzo. En este segundo encuentro, Urkullu y otros líderes reclamaron a Moncloa que diera detalles sobre los test disponibles.

29 de marzo. En la tercera cita, desde Euskadi se trasladó la preocupación por el cese de todas las actividades económicas no esenciales, que finalmente se flexibilizó.

5 de abril. La tensión entre Lakua y Moncloa se rebajó en este encuentro tras llegar a un acuerdo que matizaba el cierre total de la economía.

12 de abril. El lehendakari elevó el tono contra Sánchez en esta cita, molesto por la toma de decisiones centralizada y errática del Estado.

19 de abril. Los presidentes regionales insistieron en que se contara con las comunidades autónomas en la toma de decisiones y Urkullu reclamó un plan de desescalada “compartido”.

26 de abril. Tanto la CAV como Catalunya mostraron sus recelos con el plan de desescalada final anunciado por Sánchez, por su “tutela”.

3 de mayo. Euskadi, Catalunya, Galicia y Madrid coincidieron en reclamar por primera vez al Gobierno español la flexibilización o el final del estado de alarma.

10 de mayo. En la novena videoconferencia autonómica se produjeron intervenciones tensas debido al enfado de comunidades como Madrid o Valencia por no haber pasado a la primera fase del plan de desescalada.

17 de mayo. En esta ocasión, Iñigo Urkullu hizo hincapié en la “cogobernanza” para la desescalada y reclamó a Pedro Sánchez un marco legal de colaboración.

24 de mayo. En lo que concierne a Euskadi, la penúltima reunión del mes de mayo estuvo marcada por el “desconcierto” del lehendakari tras el acuerdo del Gobierno con EH Bildu para derogar la reforma laboral.

31 de mayo. En el último encuentro hasta hoy, se constató un clima mucho más relajado en las intervenciones de los presidentes autonómicos, una vez encarrilado el desconfinamiento.

7 de junio. Hoy, la movilidad entre comunidades limítrofes en la misma fase será el tema candente.

Los encuentros telemáticos han perdido parte de su utilidad una vez que el mando se ha comenzado a devolver a las comunidades

El Gobierno Vasco ha jugado en estas videoconferencias semanales un papel decisivo para el devenir del plan de desconfinamiento