donostia - La política estatal es una olla a presión. El cisma entre la cúpula de la Guardia Civil y el Gobierno español por la investigación de las marchas del 8 de marzo ha llevado al PP de Casado a posiciones aún más intransigentes con los socialistas y, por extensión, a toda la derecha española. Unidas Podemos está azuzando este conflicto con la esperanza de que, tal vez, el presidente Sánchez acabe rompiendo cualquier conato de acercamiento a Ciudadanos. La primera víctima ha sido la comisión para el pacto de reconstrucción tras el coronavirus, que parece ya dinamitada después de que el vicepresidente y líder de Podemos, Pablo Iglesias, acusara a Vox de pretender un golpe de Estado y todo acabara en un ciclón de réplicas y contrarréplicas mientras Patxi López, presidente de la comisión, llegaba a dar un golpe sobre la mesa. Un día antes, la popular Cayetana Álvarez de Toledo se refería a Iglesias como un “hijo de terrorista”. En este contexto, la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, avisó ayer de que el clima “beligerante” y de “constante descalificación” en el Congreso “desmoraliza, enerva y genera crispación”, además de una pérdida de confianza en las instituciones democráticas.

En una entrevista en RNE, pidió a los políticos “dar ejemplo” y centrarse en las soluciones porque la imagen que se está ofreciendo a los ciudadanos es poco edificante. Según dijo, en este momento de crisis sanitaria, la ciudadanía mira a la clase política para buscar “soluciones, alternativas, ideas, ejemplaridad y personas en las que confiar”. “Y tengo la sensación de que esto no es lo que están encontrando”, dijo. A su juicio, tener distintas ideologías no autoriza a los políticos “a la descalificación constante”. Batet cree que existe el riesgo de que esta imagen “desmoralice y distancie” a los ciudadanos en el mejor de los casos. “En el peor, enerva, genera una crispación social en cadena y pérdida de confianza en el Parlamento y las instituciones democráticas”, avisó.

En paralelo, el PP siguió arrojando gasolina al fuego. Tras la intervención de Cayetana Álvarez de Toledo, el gallego Alberto Núñez Feijóo dio un paso al frente para mostrar su bochorno y pedir que no se caiga en la confrontación, pero nadie más con un rango relevante en el PP ha desautorizado a la dura portavoz de Casado. En el caso vasco, Carlos Iturgaiz también le dio la razón a su compañera, lo que supone marcar una distancia sideral con la línea de la anterior dirección vasca de Alfonso Alonso, enfrentado a Álvarez de Toledo.

críticas del pp

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, siguió agitando la polémica de la Guardia Civil para asegurar ayer que el presidente español, Pedro Sánchez, “quiere que los jueces y la Guardia Civil sean como el CIS de Tezanos o la RTVE de Rosa María Mateo”. “Sánchez no tolera la crítica y quiere súbditos, no ciudadanos, y siempre encuentra algún Marlaska dispuesto a hacerle el trabajo sucio”, lanzó.

“Sánchez se encuentra muy cómodo gobernado por decreto”, continuó, para apuntar que la “deriva autoritaria” ha alcanzado “límites insospechados con su ataque a la Guardia Civil”. “La purga ha sido por investigar el 8-M, es ese fantasma que persigue a Pedro Sánchez”, precisó.

También pidió a Sánchez e Iglesias que abandonen sus cargos por la “pésima” gestión económica. “Si Iglesias y Sánchez pierden su empleo, millones de españoles podrán conservar el suyo”, proclamó.