donostia - Cuando en política se dice que la "lucha será sin cuartel" significa que se irá hasta las últimas consecuencias, hasta la liquidación política del adversario. Con esta frase tan cuartelaria y pendenciera -"lucha sin cuartel"- se resume la postura que va a mantener la derecha, PP, Vox y Ciudadanos, frente al Gobierno de Pedro Sánchez a lo largo de la legislatura. Lo visto en los tres días que ha durado el pleno de investidura se puede considerar a modo de ensayo y probatura de lo que va a suceder de ahora en adelante.

Ayer, nada más finalizar la votación en el Congreso, Vox escribía en su cuenta de Twitter: "Un mal día para España con la investidura de Sánchez, pero hoy comienza la lucha sin cuartel que va a dar la #EspañaViva desde todos los frentes". Además, la formación de la extrema derecha convocaba concentraciones "frente a los ayuntamientos de toda España" el próximo domingo para denunciar un "Gobierno ilegítimo y traidor", tal como lo calificó Santiago Abascal, presidente de Vox.

La duda estriba en saber si, como ocurrió en la Plaza de Colón en febrero del año pasado, PP y Ciudadanos se van a sumar a la convocatoria de Vox. De entrada, el PP organizó ayer sus propias concentraciones. Aunque bien es cierto que con poco éxito, el PP de Castilla-La Mancha y el de Extremadura convocaron concentraciones minutos antes de la votación en la Cámara baja para pedir a los diputados del PSOE "decentes" que no apoyaran la investidura de su líder. Un tamayazo que no tuvo ninguna opción ya que los socialistas mantuvieron la disciplina de voto.

El rey, eta y Azaña Desde el atril del Congreso, los líderes del PP y Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, coincidieron en deslegitimar el Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que acusaron de arrodillarse ante los "independentistas y los herederos de ETA". Además, ambos coincidieron también en alabar al rey español y en echar mano de quien fuera presidente de la República, Manuel Azaña, para descalificar los acuerdos alcanzados por Sánchez.

El líder popular, Pablo Casado, acusó a Sánchez de "engaño masivo" a los españoles con el Gobierno "ultra" que va a conformar con Unidas Podemos con el apoyo de los independentistas y EH Bildu, algo que, recalcó, "todo el mundo sabe que no acabará bien".

Casado señaló que el líder del PSOE forzó la repetición de las elecciones con el solemne compromiso de "no depender de la ultraizquierda, los separatistas y los batasunos" y, sin embargo, "ahora los trae de socios sin dar una sola explicación por su engaño masivo a los votantes".

En su discurso, reivindicó la Constitución y al rey Felipe VI, "máxima autoridad del Estado y símbolo de la continuidad histórica de España", y recordó a las víctimas del terrorismo. El presidente de los populares finalizó su intervención citando a Azaña: "Decía tolero que ataquen la República, pero nunca les toleraré que ataquen a España".

Beneplácito de ETA En la carrera por ver quién se mostraba más duro ante Sánchez, el líder de Vox, Santiago Abascal, echó mano de su mejor repertorio para señalar que el Gobierno "ilegítimo" que presidirá es fruto de "la mentira y la traición" y cuenta con "el beneplácito de ETA". A juicio del máximo responsable del partido de la extrema derecha, el nuevo Ejecutivo nace "arrodillado" ante diputados que "no merecían haber sido acreditados" y supondrá la "culminación de los pactos iniciados hace más de 20 años" entre el PSOE y ETA. "Y que solo pueden terminar en blanqueamiento, impunidad y referéndum. La compañía aseguradora de la investidura, del golpe institucional que están dando, se llama ETA", apostilló.

Además, al igual que Casado, Abascal también citó a Azaña: "Permito, admito que no os importe la República, pero no que no os importe España". "A ustedes no les importa España, les importa el nuevo régimen y el poder socialista", afeó a los diputados del PSOE y Unidas Podemos.

Así, ante la actitud de Casado y Abascal, cobra fuerza la frase del jeltzale Aitor Esteban al acabar la sesión: "Lo verdaderamente difícil empieza mañana".