- Catar se ha erigido en actor clave en la crisis afgana tras la retirada de Estados Unidos, gracias a sus lazos con los talibanes y su ayuda en la evacuación y reanudación de los vuelos desde Kabul, y ha vuelto a primera línea tras años de aislamiento por parte de sus vecinos del golfo.

Desde la caída de la capital afgana el 15 de agosto y tras la salida de los últimos soldados estadounidenses, Catar ha sido un centro de intensa actividad diplomática por donde han pasado altos cargos del Reino Unido o EEUU, que incluso han reubicado sus embajadas de Kabul a Doha.

Al Udaid, la principal base estadounidense en el golfo Pérsico, fue una escala fundamental para los vuelos de evacuación desde Kabul en la segunda mitad de agosto y la semana pasada Catar hizo posible la reanudación de los vuelos internacionales, con el primero de Qatar Airways fletado el día 9 con pasaje de varias nacionalidades.

Es más, el ministro de Asuntos Exteriores catarí, Mohamed bin Abderrahman al Zani, se convirtió el domingo en el primer dignatario extranjero que viajó a Afganistán desde que los fundamentalistas tomaron el poder y se reunió con los miembros del nuevo Gobierno interino talibán.

“El mundo entero ha mirado hacia Catar para ayudar y apoyar en los esfuerzos de mediación. Vamos a continuar con la involucración actual con el Gobierno interino mientras buscamos mantener los corredores humanitarios y asegurar el libre movimiento desde Afganistán”, explicó a Efe una fuente anónima del Gobierno catarí. “Continuaremos con este rol intermediario imparcial en tanto contribuya a lograr la estabilidad”, remachó.

Ese papel es posible ahora gracias a las relaciones que ha mantenido Catar en los últimos años con los talibanes, que en 2013 establecieron su oficina política en Doha, donde se llevaron a cabo las conversaciones entre los talibanes y Washington, por un lado, y las intraafganas, por otro. La fuente aseguró que, además de haber facilitado las operaciones de evacuación, Catar continuará trabajando con sus socios internacionales, incluidos la UE, EEUU y Reino Unido, para lograr “los objetivos comunes de un futuro mejor para Afganistán”.