El Partido de la Prosperidad (PP), del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ha ganado las sextas elecciones generales celebradas el pasado 21 de junio, anunció hoy la Junta Electoral Nacional de Etiopía (NEBE).

El PP logró 410 de las 436 circunscripciones representativas de ese número de escaños en la Cámara Baja del Parlamento federal -de un total de 547 asientos- que concurrieron a las urnas.

Esta victoria tan contundente asegura a Abiy un nuevo mandato de cinco años en la jefatura del Gobierno.

"Quiero confirmar que hemos logrado efectuar una elección creíble" que garantiza que "el pueblo será gobernado a través de su voto", afirmó la presidenta de NEBE, Birtukan Mideksa, en la ceremonia de publicación de los resultados en Adís Abeba.

Los escaños de las circunscripciones restantes están aún pendientes porque en unas zonas se están recontando los votos por irregularidades, y en otras no se celebraron los comicios por motivos logísticos o de seguridad, como en la norteña región de Tigray, sumida en una guerra desde noviembre pasado.

"La democracia no se construye en un día. La estamos construyendo ladrillo a ladrillo", afirmó Abiy el día de las elecciones, en referencia a los desafíos de estos sextos comicios generales, anunciados como los más democráticos de la historia de Etiopía.

PRIMERA PRUEBA DE ABIY EN LAS URNAS

En las elecciones, en las que también se votó a los parlamentarios regionales, los etíopes eligieron a los diputados de la Cámara Baja que escogen, a su vez, al primer ministro (jefe del Gobierno y máxima autoridad del Estado).

Estos comicios suponen la primera prueba ante las urnas del mandatario, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019, desde su llegada al poder en 2018.

Más de cuarenta partidos presentaron candidatos alternativos al PP, creado en 2019 por Abiy como partido defensor de la identidad nacional frente al nacionalismo étnico, tras disolver el Frente Democrático Revolucionario Etíope (EPRDF, coalición de cuatro fuerzas regionales representativas de grupos étnicos mayoritarios), que había dirigido el país con mano dura desde 1991.

El partido oficialista partía como gran favorito ante una oposición fragmentada e integrada por formaciones más pequeñas que representan a grupos étnicos en un país con más de ochenta etnias.

Además, los dos grandes partidos opositores de la región de Oromía, la más poblada de Etiopía y hogar de los oromos (primer grupo étnico del país), boicotearon los comicios en protesta por el encarcelamiento de sus líderes.

LA SOMBRA DE LA GUERRA EN TIGRAY

Asimismo, la votación se desarrolló bajo la sombra de la violencia interétnica en varias zonas del país y del conflicto en Tigray, donde el Gobierno federal mantiene una ofensiva armada desde noviembre contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante hasta entonces en esa región, si bien declaró recientemente un alto el fuego unilateral y humanitario.

Los comicios se aplazaron hasta septiembre próximo en las regiones de Harari y Somali (además de decenas de distritos en otras áreas), por irregularidades y falta de seguridad.

Tampoco en Tigray, donde la guerra ha causado miles de muertos y casi dos millones de desplazados internos, votó la población y no se ha fijado todavía una fecha electoral para la región.

Estas tres regiones representan al menos 63 asientos que, de momento, quedarán vacíos en la Cámara Baja del Parlamento federal.

Pese a la ausencia de la misión de observación electoral de la Unión Europea, cancelada el pasado mayo por considerar que no se cumplían las "condiciones necesarias" y por desacuerdos con las autoridades etíopes, los observadores de la Unión Africana (UA) indicaron que las elecciones se llevaron a cabo razonablemente bien, pese a errores técnicos e irregularidades en algunos centro de voto.

Según la Unión Africana, la votación se desarrolló, en términos generales, "de manera ordenada, pacífica y creíble" a pesar de los grandes desafíos operativos, de seguridad, políticos y sanitarios.

"No hubo nada, a nuestro juicio, que perturbara la conducción de elecciones creíbles. La misión, por tanto, felicita a todos los etíopes por demostrar compromiso con el desarrollo democrático del país", señaló la misión de la UA en un informe preliminar.

Aunque Etiopía celebra elecciones desde 1995, ninguna votación, hasta la fecha, había sido realmente competitiva a excepción de los comicios de 2005.

Sin embargo, la disputa por los resultados causó entonces graves disturbios y la muerte de al menos 200 manifestantes a manos de la Policía, así como el encarcelamiento de líderes de la oposición.