El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, gana con diferencia las elecciones del martes pero sin asegurarse una mayoría para formar Gobierno y reeditar el cargo que ocupa desde 2009, con el 87,5 % de los votos escrutados.

Ninguno de los dos bloques del Parlamento (Knéset) -la previsible coalición liderada por Netanyahu, o la amalgama de partidos anti-Netanyahu- garantizan un futuro Gobierno de coalición que saque a Israel del inédito bloqueo político.

Durante la celebración en la sede electoral de su partido en Jerusalén, el primer ministro, validado en los comicios pese al juicio que enfrenta por corrupción, extendió la mano a todos los miembros del Parlamento para "formar un Gobierno homogéneo" y evitar unas quintas elecciones en poco más de dos años.

Varios son los partidos de su corte ideológico que han rechazado gobernar con él, aunque los resultados garantizan un arco parlamentario de mayoría de partidos de derecha y religiosos, frente al centro-izquierda y representantes de la población árabe.

CASI EL 87,5 % DE ESCRUTINIO

Con el 87,5 % de votos escrutados, Netanyahu no lograría formar Gobierno con socios ultraderechistas -Partido Sionista Religioso- y ultraortodoxos -Shas y Judaísmo Unido de la Torá- aunque incluyera al ultranacionalista Yamina.

El centrista Yesh Atid mantiene el segundo lugar, pero con casi la mitad de escaños que el Likud de Netanyahu. Su bloque opositor tampoco tendría fácil armar una coalición, dado que dependería simultáneamente del apoyo de partidos árabes y partidos ultraderechistas, algo que parece poco probable.

Este bloque contó, sin embargo, con sorpresas, entre ellas el inesperado desempeño del centrista Azul y Blanco y del partido Laborista, de centroizquierda, que se ubicarían cuarto y quinto respectivamente tras varias semanas con pronósticos poco alentadores.

Uno de los datos llamativos, también entre los partidos opositores, es la baja cantidad de apoyos que estaría obteniendo el derechista Nueva Esperanza, liderado por el exmiembro del Likud Guideón Saar y que, tras haberse posicionado durante varias semanas como principal rival de Netanyahu, se ubicaría lejos de los principales partidos.

A FALTA DEL ESCRUTINIO DEFINITIVO

La participación final de estos comicios, los cuartos en menos de dos años, fue del 67,2 %, la más baja desde 2013. En los pasados comicios de marzo de 2020 se alcanzó el 71 %, por encima del 69,4 % de septiembre de 2019 y el 67,9 % de abril del mismo año.

Más de 4,4 millones de israelíes de los 6,5 que tenían derecho a voto se acercaron a las urnas en una jornada animada tras la reapertura que ha permitido la campaña de vacunación, principal lema de campaña de Netanyahu.

El Comité Electoral de Israel espera terminar el recuento de votos de los centros regulares esta tarde, pero todavía quedarían 450.000 papeletas de las llamadas de "doble sobre": diplomáticos, militares y contagiados de coronavirus y ciudadanos en cuarentena.

A la espera de los resultados definitivos, previstos para el viernes por la tarde, Netanyahu se ha mostrado confiado de poder formar un "Gobierno estable" para el cual señaló que no descarta a nadie.