- El papa defendió ayer en su regreso a Roma desde Bagdad su histórica visita al gran ayatolá Ali Al Sistani, líder espiritual de los chiíes en Irak, al señalar que aunque algunos lo tilden de “inconsciente” o de haber cometido una “herejía” son decisiones que “se toman siempre en oración, en diálogo, pidiendo consejo” y nunca “son un capricho”. Francisco señaló que es consciente de que “hay algunas críticas” que apuntan a “que el papa no es valiente, que es un inconsciente, que está tomando pasos contra la doctrina católica, que está a un paso de la herejía”, pero señaló que si bien “son riesgos” que asume “estas decisiones no son un capricho”.

Además, Francisco aseguró que “la gran cantidad de gente joven” que vio durante la primera visita de un pontífice a Irak le hizo reflexionar sobre la migración. “El mundo aún no ha tomado conciencia de que la inmigración es un derecho humano”.

Francisco comentó que durante una reunión, un sociólogo italiano, hablando del descenso de natalidad en su país, le dijo que “dentro de 40 años van a tener que importar extranjeros para que trabajen y paguen nuestra pensión, pero la inmigración se vive como una invasión”, lamentó el papa. “Se necesitan medidas urgentes para que la gente tenga trabajo en sus países para que no necesite emigrar”, aseveró antes de añadir que no sólo se trata de llegar a las playas, sino también de poderles “acoger, acompañar e integrar”.