- Los ministros de Exteriores de la OTAN comenzaron ayer el debate sobre el futuro de la misión en Afganistán, un asunto que el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, admitó que representa un “dilema” para la Alianza y sobre el que la organización adoptará una decisión firme en febrero.

La reunión de los ministros aliados se produce en un momento en el que Estados Unidos ha decidido reducir su presencia en Afganistán y en que el proceso de paz en marcha entre el Ejecutivo afgano y los talibán contempla la salida del país de las tropas de la OTAN para el mes de mayo.

En una rueda de prensa, Stoltenberg llamó a aprovechar la “oportunidad histórica” de las conversaciones de Doha entre el Gobierno afgano y los talibán, aunque a la vez advirtió de que las negociaciones son “difíciles y no tienen garantía de éxito”.

Por ello, reiteró que la misión de la OTAN de entrenamiento de fuerzas afganas está garantizada hasta 2024 y que según avancen las conversaciones se hará una evaluación de la situación. Y apuntó a la reunión de ministros de Defensa de febrero como el momento en el que se adoptará la decisión final.

“Tenemos que, junto con la Administración de Joe Biden, hacer una evaluación de la situación y ver si creemos que las condiciones se dan y los talibán han cumplido sus compromisos para hacer posible la salida del país”, señaló, al tiempo que enfatizó la experiencia de Biden sobre las cuestiones de seguridad exterior.

El político noruego recalcó que los aliados tendrán que actuar coordinadamente en cualquiera de los escenarios. Así, reiteró que la organización se enfrenta a un “dilema”: quedarse y afrontar un recrudecimiento de la violencia o dejar el país y poner en riesgo lo logrado en los casi 20 años de presencia internacional.

Por su parte, España planteará su apoyo a la misión en Afganistán, aunque a la vez defenderá que la visión global de la Alianza Atlántica pase por una mirada al sur y que ponga el foco en la zona del Sahel, una de las regiones que más preocupa a la UE.