- Representantes del Gobierno y el Parlamento de Libia, bandos enfrentados desde hace seis años en guerra civil, firmaron ayer un alto el fuego permanente para todo el territorio nacional que implica, entre otros puntos, la salida de toda fuerza extranjera del país en el plazo de tres meses.

El acuerdo, logrado con la mediación de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas para Libia (Unsmil), fue suscrito tras cuatro rondas de conversaciones en la sede de la ONU en Ginebra por la Comisión Militar Conjunta 5+5, formada por diez representantes de los dos ejércitos en conflicto.

La jefa en funciones de Unsmil, explicó que el acuerdo tiene efecto inmediato e implica que “todas las unidades militares y grupos armados vuelvan a sus cuarteles”.

Ello deberá ir acompañado de “la salida del territorio libio de todos los mercenarios y tropas extranjeras que operen en tierra, mar y aire”, añadió Williams, quien matizó que el alto el fuego no se aplicará a los grupos incluidos en la lista de organizaciones terroristas de Naciones Unidas.

El acuerdo incluye la creación de centros de operaciones conjuntos de policía y ejército para garantizar la seguridad del territorio, así como la posible reintegración, en ciertas condiciones, de miembros de grupos armados a “instituciones estatales”.

El representante del Gobierno con sede en Trípoli reconocido por la ONU, Ali Abushahma, pidió a los responsables de las tropas libias “hacer lo posible para cumplir el acuerdo con responsabilidad y reconstituir el aparato militar para que sea una fuerte mano contra quien mine la seguridad y estabilidad de Libia”.

La Comisión Militar Conjunta 5+5 ya consensuó el pasado 21 la reapertura de las rutas terrestres y aéreas en Libia. Ese acuerdo ya ha tenido como fruto la reapertura de vuelos entre Trípoli y Bengasi, principales ciudades del país.

La guerra civil libia enfrenta al Gobierno con un Parlamento que controla parte del territorio mediante las milicias encabezadas por Jalifa Hafter, hombre de Al Gadafi en los años 70 y 80.

Desde la caída del dictador en 2011, el país es un Estado fallido, víctima del caos.