- La dirigente opositora bielorrusa Maria Kolesnikova, la única que todavía no se había exiliado, fue detenida ayer en un puesto de control en la frontera con Ucrania. Según informó Anton Bichkovski, responsable de la Guardia Fronteriza, la política fue descubierta cuando se disponía a abandonar el país en un BMW, acompañada de Anton Rodnenkov e Ivan Kravtsov, portavoz y secretario ejecutivo, respectivamente, del Consejo de Coordinación opositor, órgano encargado de dirigir las protestas que se suceden a diario en Minsk y otras ciudades desde los comicios presidenciales del pasado 9 de agosto. El resto de detalles sobre la detención no están claros, ya que hay varias versiones completamente distintas.

La oficial afirma que la propia Kolesnikova fue empujada fuera del vehículo por sus acompañantes en pleno acelerón para huir de una patrulla. No obstante, fuentes citadas por la agencia privada rusa Interfax aseguraron que la líder opositora intentó romper su pasaporte para no abandonar el país.

En la misma línea se manifestó el viceministro del Interior de Ucrania, Anton Gerashchenko: “No era una salida voluntaria”, sino “una deportación forzada de su país natal” truncada por “esta valiente mujer” que “actuó para impedir que le hicieran cruzar la frontera”.

Además, ayer, Svetlana Tijanóvskaya, política bielorrusa exiliada en Lituania, denunció el supuesto “secuestro” de su compañera opositora. Según testigos, Kolesnikova se encontraba en una calle céntrica de Minsk cuando fue introducida por varios individuos, sin identificar y vestidos de civiles, en un coche serigrafiado con la palabra “comunicación”.

Por lo tanto, ni siquiera está claro si la intención de la líder opositora era abandonar el país a pesar del intento de retenerla por parte de las autoridades o si, por el contrario, las autoridades querían expulsarla y ella se resistió. Sorprende especialmente que existan versiones encontradas incluso dentro del bloque contrario a Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia desde hace 26 años, ya que no hay unanimidad entre fuentes reveladas como las de Tijanóvskaya y Geraschenko sobre la verdadera intención de Kolesnikova.

En cualquier caso, el responsable de la Guardia de Fronteras de Ucrania, Andre Demchenko, confirmó que Rodnenkov y Kravtsov sí que llegaron a Ucrania, mientras que Kolesnikova no lo hizo. Por su parte, un responsable bielorruso de los controles fronterizos declaró a la agencia de noticias Belta que Rodnenkov y Kravtsov fueron detenidos, pero ya en territorio ucraniano.