La quiebra de Fagor Electrodomésticos en 2013 generó un terremoto empresarial que ha cambiado el rumbo de una parte importante de la economía vasca. Recién cumplidos cuatro años de la declaración del preconcurso de acreedores de la cooperativa, el pasado viernes 13 de octubre, todavía quedan piezas por encajar y el puzle ha cambiado sustancialmente por la pérdida de varias de ellas. A ello hay que sumarle los problemas que atraviesa de nuevo el fabricante de electrodomésticos, ahora bajo la tutela de CNA Group.

Hay otras piezas que, en cambio, se han reinventado y ya crecen a un ritmo destacado. Es el caso de Sareteknika, la compañía que heredó el servicio técnico de las tres marcas del histórico fabricante de electrodomésticos vasco -Fagor, Edesa y Aspes-, que ha sabido buscar un nuevo espacio y reforzarse ampliando el campo de las empresas a las que da servicio.

Su apuesta por entrar en nuevos nichos de negocio como puede ser la asistencia ligada a los seguros y a las utilities ha sido el principal resorte, pero también lo ha sido la puesta en marcha de un proceso en cadena que permite dar un servicio más eficiente y rápido a sus clientes.

Las cifras avalan su trayectoria y su gerente, Kepa Unzilla, explica a este diario las claves de su crecimiento, que le permitirá cerrar este año con una facturación cercana a los 20 millones de euros y encarar el próximo ejercicio con la previsión de alcanzar los 25 millones, el objetivo que se puso sobre la mesa en la fase de diseño del proyecto y que podría quedarse corto a tenor de la evolución actual. La maduración ha obligado a realizar ajustes sobre la marcha.

“El camino que hemos recorrido es diferente al que esperábamos. La realidad nos ha llevado por otro camino, pero estamos donde queríamos. Si no estamos en el sitio que habíamos planeado, estamos muy cerca”, subraya Unzilla durante una conversación mantenida en el pulmón del proyecto empresarial, las instalaciones del grupo en el polígono Legizamon de Etxebarri.

Se trata del mayor almacén de recambios del Estado español. Están disponibles más de 30.000 referencias y dos millones de unidades de piezas.

Todo está calculado para que los repuestos solicitados la víspera estén en su destino a las 10 de la mañana y que la reparación se resuelva lo antes posible. El reparto cubre prácticamente todo el Estado español, Portugal y Andorra.

Cada pieza está registrada en el sistema con un código pick up de modo que está perfectamente localizada y el operario solo tiene que seguir las instrucción de su pistola de lectura de códigos para encontrarla. Desde un tornillo a una puerta de frigorífico, pasando por el tambor de una lavadora, todo está a mano a pesar de que la superficie de almacenamiento ronda los 5.000 metros cuadrados, para un volumen de 60.000 metros cúbicos.

Desde sus instalaciones industriales se envían pedidos a 100 almacenes de menor tamaño repartidos por toda la Península Ibérica. A ellos acuden cada mañana los 600 técnicos de mantenimiento del grupo en busca de las piezas solicitadas el día anterior. La media de pedidos recibidos que salen cada tarde del macroalmacén del polígono Legizamon es de 1.500 cada día, pero hay jornadas en las que se rondan las 4.000 piezas.

Su gerente explica que Sareteknika ha logrado beneficios en los dos ejercicios completos que ha cerrado, 2015 y 2016, y lo volverá a hacer este curso. Y de nuevo reinvertirá ese dinero en afinar el sistema de producción.

En ese camino ha pasado de ser el servicio técnico oficial de Fagor Electrodomésticos a facturar solo un 15% al histórico buque insignia del Grupo Mondragon. Su diversificación es un escudo contra los problemas que vuelven a cercar a Fagor, que se siguen de cerca pero sin sobresaltos: “Miedo no tenemos ninguno; precaución, toda”, indica Kepa Unzilla.

capacidad de readaptarse Los recursos, la capacidad de inversión y de detectar y solucionar problemas, han situado a Sareteknika en el lugar idóneo para crecer. Así, están superando la desaparición de algunos proveedores de piezas diseñando recambios que las sustituyen y encargando su fabricación a otras compañías de las diferentes partes que las componen y montándolas en Etxebarri. En estas instalaciones se ultima estos días un pedido de 1.000 válvulas de ollas a presión para Reino Unido. Hay pedidos similares para Hong Kong.

La estructura empresarial es también la de una cooperativa. Una treintena de trabajadores de Fagor Electrodomésticos vio una oportunidad en la ampliación del servicio posventa a otras marcas y renunció a participar en el proceso de recolocación abierto por Mondragon Corporación Corporativa. Conocían el mercado y su potencial de crecimiento. La red de técnicos está compuesta por autónomos y algunos de ellos trabajan para varios servicios de asistencia técnica, pero en general el trabajo que les da Sareteknika les sirve para tener ingresos suficientes.

En las instalaciones de Etxebarri, además del almacén, hay un aula de formación y un laboratorio en el que literalmente se destripan las novedades que ponen en el mercado las marcas a las que dan servicio para conocer hasta el último detalle de cada electrodoméstico.

Los técnicos acuden a las reparaciones con una tableta en las que tienen complejos planos de cada electrodoméstico y un software que les permite solicitar la pieza al almacén de Etxebarri sin intermediarios. Gracias a ello y a la capacidad de almacenamiento del grupo disponen de los recambios de un día para otro y resuelven la incidencia en tiempo récord.

Unzilla explica que la mayoría de los fabricantes de electrodomésticos tienen su propio servicio técnico, pero algunas marcas extranjeras están contratando los servicios de Sareteknika para sacar partido de su red. Si a eso se une el interés que ha despertado el proyecto en aseguradoras y compañías energéticas que completan su servicio con el de reparaciones, no cabe más que tener “muy buenas expectativas” de cara al futuro.

25

millones de euros es el objetivo de facturación de Sareteknika para los próximos años. La evolución ha sido positiva desde el lanzamiento del proyecto y se confía en cerrar este ejercicio cerca de los 20 millones.

Diversificación. La clave del éxito de la empresa ha sido buscar nuevas marcas que añadir a su oferta de asistencia. Tras heredar el servicio técnico de Fagor, Edesa y Aspes, ha cerrado acuerdos con Amica, Atlantic, Haier o Panasonic. Pero también con aseguradoras, que ofrecen asistencia de reparación de electrodomésticos a sus clientes y con utilities como Iberdrola o EDP.

El ‘gran almacén’. Sareteknika gestiona desde Euskadi el que está considerado como mayor almacén de repuestos de electrodomésticos del Estado. Con más de 30.000 referencias y dos millones de piezas, desde los tornillos más pequeños a puertas de frigorífico, llega a toda la Península Ibérica.