Las calles de Urretxu y Zumarraga acogen desde esta mañana la feria de Santa Lucía. Los reyes de este día suelen ser el ganado y los productos de la huerta, pero este año se han visto obligados a compartir protagonismo con un producto de fabricación industrial: el paraguas.

La lluvia apenas ha dado tregua en todo el día y en las calles se han visto más paraguas que ninguna otra cosa. Paraguas de todo tipo:grandes, pequeños, negros, de colores, con dibujos, con estampados, con figuras geométricas...

Se han vendido 39 cabezas de ganado (diez caballos, cuatro yeguas, cuatro potros, 16 burros, dos cabras y tres ponis) y cientos de kilos de manzanas, pero los grandes triunfadores de la jornada han sido los vendedores de paraguas. Han hecho su agosto a las puertas del invierno, pues apenas ha dejado de llover.

Este reportaje se podría titular 20.000 yeguas de viaje submarino, haciendo un guiño a la obra de Julio Verne. No en vano, las pobres yeguas (y el resto del ganado) han tenido que aguantar toda la mañana bajo el agua. Menos mal que están acostumbradas. También se podría titular En busca del arca perdida, como la película de Steven Spielberg. Pero los que se han dado cita en Urretxu y Zumarraga no buscaban el Arca de la Alianza como Indiana Jones, sino el arca de Noé.

A falta de arcas, buenos han sido los arcos. La gente se ha refugiado de la lluvia en los arcos de la calle Iparragirre de Urretxu, la iglesia de Zumarraga, la plaza de Zumarraga, la calle Areizaga de Urretxu... En cuanto dejaba de llover abandonaban sus refugios, enseguida empezaba a llover otra vez... y en busca del arco perdido.

Otro buen refugio han sido los bares y la carpa de la feria de vino de Rioja Alavesa. Una de las bodegas que ha participado en la feria es Muro, de Lapuebla de Labarca. Esta bodega participa en la feria de vino desde la primera edición. “Tenemos clientes en Urretxu y Zumarraga y nos piden que vengamos a la feria. La empresa urretxuarra Arbizu distribuye nuestro vino en los bares de la zona y también abastecemos a varias sociedades gastronómicas”, comenta Josean Muro.

Además, la feria les sirve para darse aún más a conocer y vender vino. “Es una buena feria. La gente es fiel a la feria de Santa Lucía. Viene mucha gente a potear, pero también vendemos algunos estuches de cara a las Navidades. Seguiremos veniendo a la feria de Santa Lucía, por supuesto”, añade.

Cuatro baserritarras

Otros fieles a la feria son Lorenzo Atxukarro, de Berastegi; el urnietarra Joxe Mari Iparragirre;y los andoaindarras Joxe Ramon Telletxea y Joxe Mari Elola. Han llegado a Zumarraga nada más amanecer, han visitado la feria de ganado y después han ido a la de vino para entrar en calor. “Venimos todos los años. Todos somos baserritarras y hemos tenido ganado, pero ahora estamos jubilados y nos dedicamos a vivir. Conocemos la feria desde hace mucho y cada vez se ve menos ganado. Hay buen ganado de concurso, pero poco para la venta. Las ferias de ganado están retrocediendo”, explican.

El vino ha ayudado a entrar en calor y las castañas asadas que regalaba Iñaki Mendiaraz, también. Los Mendiaraz llevan unos 30 años vendiendo sus tambores para asar castañas en la feria de Santa Lucía. Empezó el padre, Juanito, y sus hijos Iñaki y Aitor tomaron el relevo. “Es un buen día para darse a conocer. Nos conocen este día y después nos llaman para encargar un tambor. A la gente le gustan mucho las castañas. Un beasaindarra nos acaba de decir que durante esta época del año asa castañas todos los sábados”, explican.