EH Bildu quiere articular "mayorías sociopolíticas que actúen con una clara visión de país y se guíen por un pragmatismo transformador". Así lo resume en el documento Euskal Eredua, que en los próximos meses compartirá y debatirá "sin límites" con agentes políticos, sociales y económicos para fijar "los grandes retos" de Euskal Herria.

"Hoy más que nunca lo importante es lo que nos une, y lo que nos une es mucho", cierra la coalición un documento que aspira a abrir una gran "conversación" en la sociedad sobre el futuro de Euskal Herria: "Los debates que afronta la sociedad vasca en este momento histórico tienen carácter estratégico y generacional".

EH Bildu insiste por eso en desvincular la iniciativa -que busca responder a los retos del país a 10 y 20 años vista- de la vorágine preelectoral en la que entrará Euskal Herria en los próximos meses ("se equivoca quien pretenda ver en este documento una estrategia electoralista"). En comparación con otros documentos estratégicos del soberanismo vasco de izquierdas, destaca el tono constructivo que persigue, dando más peso que en otras ocasiones a lo ya logrado.

"Es mucho lo conseguido hasta ahora en diversos ámbitos del desarrollo social, económico y cultural de nuestro país, y es importante ponerlo en valor", describe EH Bildu citando episodios del siglo XX como los "bombardeos de Otxandio, Durango y Gernika"; "el horror enterrado en las cunetas de Nafarroa" y los "intentos de aniquilación cultural y nacional". No hay mención expresa a los episodios de violencia que marcaron la segunda mitad del siglo XX y parte del XXI: ni ETA ni ninguna otra. En cambio, sí subraya avances en euskaldunización, donde ve síntomas de agotamiento; las ikastolas, las cooperativas y "el proceso de institucionalización moderno de los territorios vascos con un impulso fundamental a la construcción nacional y social". Logros de "protagonismo compartido" ante los que llama a " abandonar cualquier atisbo de disputa partidista".

EH Bildu, que cree que es momento de "nuevos liderazgos", orientará "su capacidad política a impulsar un diálogo nacional amplio y de gran calado", porque percibe "suficientes voluntades individuales y colectivas. Hay que articularlas, organizarlas, y ponerlas en marcha".

"EH Bildu es consciente de que es un instrumento imprescindible a tal fin, pero esto no se puede hacer solo desde una fuerza política", aborda la coalición, que arrancó el proceso de reflexión hace año y medio. La publicación del documento que recoge el sentir "de distintos sectores de que algo no va bien, de que el país está estancado", es el comienzo de un proceso de debate en el que ni siquiera el modelo de soberanía, como la estación de la independencia -aspiración que no aparece reflejada expresamente- está fijado de salida (sí que ve necesarios para la CAV y Nafarroa "nuevos estatus políticos").

Documento abierto

"Veremos qué genera esta reflexión", explican desde EH Bildu, que confía que las líneas maestras que se apuntan tras el análisis (por ejemplo, en torno al debate energético) se vayan llenando de "propuestas concretas".

"Necesitábamos una dirección compartida porque no hay tiempo que perder ante los cambios que vienen, que no los decidimos, ni el tempo, avisan, con la confianza de comenzar a "crear sinergias para poner en marcha distintos procesos".

"No estamos frente a un periodo de excepcionalidad", sino que la "excepcionalidad se ha convertido en regla", diagnostica EH Bildu sobre las continuas crisis que ha vivido Occidente desde 2008 (económica, sanitaria y bélica), con las consiguientes derivadas energéticas, de revolución tecnológica, crisis demográfica y la transformación del orden internacional.

No creen momento de debatir si en Euskal Herria "la botella está medio llena o medio vacía", sino que "la botella pierde agua". La coalición soberanista considera que en Euskal Herria "no hemos sabido preparar el futuro": "Es hora de abandonar análisis comparativos autocomplacientes y discursos paralizantes".

Uno de los conceptos que atraviesa la actitud de Euskal Eredua y que dirigentes de EH Bildu como Iñaki Antigüedad ya utilizaron, es el "pragmatismo transformador", que entre la imagen exterior y los necesarios equilibrios internos, "no rehuye el debate de las ideas, que confronta cuando es necesario, pero que al mismo tiempo es capaz de alcanzar acuerdos, de sumar fuerzas y voluntades, de habilitar espacios para el encuentro".

El documento, que utiliza entre sus fuentes al FMI, las economistas Mariana Mazzucato y Kate Raworth, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales del Gobierno Vasco, el escritor Joseba Sarrionandia y a la Fundación Foessa impulsada por Cáritas, cree fundamental que el sector público "redefina" su rol: "Más allá de la función reguladora y redistributiva, el sector público debe desempeñar un papel emprendedor, intervenir de forma proactiva dando sentido y orientación a la transformación, tanto en la economía como en cualquier ámbito de la organización social".

Cinco grandes retos

El primero de los desafíos es la "soberanía estratégica", que ancla sus fundamentos en la energía, en la alimentación y en la "fortaleza industrial", que para EH Bildu debe seguir siendo el gran fundamento de la economía vasca. Para ello esboza propuestas en lo referente a grandes empresas, pymes, gestión avanzada y participación de los trabajadores en la gestión, los resultados y la propiedad de las empresas; la innovación, y los centros de decisión.

El segundo gran eje, las estructuras del bienestar, llama a una reflexión sobre los servicios sociales, "agrupados bajo el paraguas de una única institución" semejante a Osakidetza u Osasunbidea; el derecho subjetivo a la vivienda; el Marco Vasco de Relaciones Laborales; la precarización y la reducción de la jornada laboral, lo que EH Bildu propone hacer mediante convenios, "dadas las limitaciones" de la vía legislativa. El tercer gran reto va vinculado a los "sistemas de conocimiento", donde engloba la educación, la red de ciencia y tecnología, el espacio universitario con la correspondiente investigación y la FP.

La coalición ve clave la identidad comunitaria, más después de haber "dejado de interpretar el mundo desde nuestro prisma, hemos dejado de considerar nuestra intuición comunitaria".

Euskal Eredua afirma que "el desarraigo genera la necesidad Euskal Ereduade sentirse parte de una comunidad y si no conseguimos significar una comunidad abierta y solidaria, los nacionalismos reaccionarios se abrirán paso y ofrecerán seguridad con una concepción de la comunidad excluyente".

El último gran reto es el "modelo de seguridad", sea personal (ante violencias como la machista), comunitaria ("de tensiones étnicas y/o religiosas"), sanitaria y de cuidados, emergencia climática y ciberseguridad.