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El interior se reivindica en el mapa turístico de Gipuzkoa

Hasta junio, la llegada de viajeros ha subido un 7,8% y las pernoctaciones en el interior se han incrementado un 1,59% Azpeitia, Tolosa y el turismo verde ligado a la naturaleza comienzan a vivir el auge de los visitantes

El interior se reivindica en el mapa turístico de Gipuzkoa

donostia - El verano ya ha superado su ecuador y un año más, los visitantes demuestran que Gipuzkoa continúa estando de moda como destino turístico. Según los datos que maneja el departamento de Turismo de la Diputación de Gipuzkoa, la entrada de viajeros se ha incrementado un 7,8% en el primer semestre del año, una tendencia que parece continuar este verano.

Más allá del indudable atractivo que ofrece Donostia, y del interés que suscita la costa guipuzcoana, cada vez son más los turistas que se animan a conocer el interior, atraídos por el patrimonio cultural, artístico y natural. Reflejo de ello es que las pernoctaciones suben en todas las zonas del territorio, incluido el interior (+1,59%).

Gipuzkoa cuenta con un buen número de museos, muchos de ellos de gran originalidad; con paisajes naturales de gran valor y belleza; y con un patrimonio cultural y artístico envidiable, que comienzan a despertar el interés de los miles de turistas que cada año nos visitan atraídos por el encanto de Donostia.

Así lo constatan en Explore San Sebastian Region, la oficina que informa en el Boulevard de Donostia de los atractivos turísticos más desconocidos del territorio y que cada vez despierta mayor interés. Y no es solo una sensación. Desde que abriera en julio de 2016, esta oficina ha ido incrementando el volumen de visitantes que se acercan a ella en busca de información, hasta tal punto que este pasado martes batió su récord particular, al atender a un total de 1.053 personas en un solo día.

“La verdad es que es un placer informar del interior de Gipuzkoa y sugerir todo tipo de planes. Es un trabajo fácil y es una gozada, porque siempre hay opciones”, reconoce la directora de la oficina, Cristina Iturriagagoitia, que añade: “Tenemos un montón de recursos muy especiales, muy únicos y las visitas no defraudan a nadie”.

El asesoramiento que se ofrece es personalizado y depende de muchos factores, como el perfil del turista, si viaja con niños o no, el tiempo del que dispone y, cómo no, sus gustos o aficiones. Así, se sugieren diversos planes, como la ruta de los tres templos (Santuario de Loiola en Azpeitia, La Antigua de Zumarraga y el santuario de Arantzazu en Oñati), hasta museos como el Topic o Ekainberri. Además, cada vez son más quienes piden orientación en torno al turismo verde.

Precisamente, este tipo de turistas pueden encontrar en Oarsoaldea un oasis en el que desconectar. A escasos 20 kilómetros del centro de Donostia se encuentra el atractivo paraje de Aiako Harria, el parque natural que cada año visitan 175.000 personas y que alberga, entre otros, las minas de Arditurri, con más de 2.000 años de explotación y abiertas al público desde hace una década. “Estamos trabajando parecido al verano pasado, quizás algo más”, aseguran desde el centro de interpretación, aunque no obstante, reconocen que el mayor número de visitantes proviene del propio territorio: “La mayoría son familias guipuzcoanas, pero cada vez nos visitan también más madrileños y catalanes y ya han empezado a venir turistas de Andalucía, Castilla y León...”.

En las visitas, los turistas pueden introducirse en el interior de la cueva y descubrir los antiguos cargaderos de material, las vetas de minerales e incluso un impresionante paisaje de lagos subterráneos. “Las minas son el punto clave, pero cada vez más gente llega preguntando por el entorno, por todo el enclave natural de Peñas de Aia”, confiesan.

A escasos kilómetros de allí, en Irun, los restos romanos de Oiasso dan la bienvenida a curiosos con motivaciones culturales y arqueológicas. “La sensación es muy positiva. El verano pasado llegamos a los 9.500 visitantes y este, solo en junio y julio, ya hemos rozado los 9.000. Estamos muy contentos”, certifica el director del museo, Juanjo Jiménez.

Además del incremento en el número de turistas, Jiménez constata de que la procedencia es también cada vez más variada. “Nos llegan muchas familias de Madrid, Cataluña y Valencia, pero también francesas y hace poco incluso hemos tenido gente de Nueva Zelanda”, celebra.

En su caso, contar con una página web “muy atractiva” ha resultado clave para darse a conocer, pero también agradece los esfuerzos de las instituciones para promocionar recursos turísticos hasta ahora menos explotados, tales como la oficina que dirige Iturriagagoitia.

Azpeitia, la gran reclamada Este creciente interés turístico en el interior lo perciben de manera clara en la comarca de Urola Erdia y más notablemente en Azpeitia, donde se ubican dos de los tesoros que Gipuzkoa esconde en el interior: el santuario de Loiola y el museo del ferrocarril. Así lo reconoce la propia Iturriagagoitia, que explica que el santuario de Loiola otorga a la localidad “una gran proyección internacional”.

Oihana Aranbarri atiende la oficina turística situada frente al santuario y reconoce que el día a día es un trasiego constante de visitantes. “Desde julio y hasta el día 12, han pasado por aquí 5.519 personas”, indica, de las cuales más de 1.800 eran de origen extranjero. “Llegan a Azpeitia atraídos por el santuario, que es nuestro icono fundamental, pero se quedan atraídos por el entorno”, asegura.

El santuario de Loiola forma, junto con la ermita de La Antigua de Zumarraga y el santuario de Aran-tzazu (Oñati), la denominada Ruta de los Tres Templos y es una visita obligada para todos aquellos turistas con inquietudes religiosas, pero también para los amantes de la arquitectura.

La zona se ha visto además reforzada por el impulso de la Ruta Ignaciana, el camino que sigue la peregrinación realizada por Iñigo de Loiola tras su conversión.

Aprovechando el filón del santuario, la comarca de Urola Erdia ha comenzado también a explotar otros lugares de interés. Así, desde la oficina de turismo se organizan visitas guiadas por los cascos históricos de Azpeitia y Azkoitia y Aranbarri reconoce que cada vez son más quienes llegan interesados por descubrir el entorno natural de la zona. “Aquí tenemos Izarraitz y Ernio y cada vez tiene más visitantes la vía verde del Urola -la antigua ruta de ferrocarril de 22,5 kilómetros que separa Azpetia de Legazpi, reconvertida en vía natural-”, cuenta Aranbarri.

Pero no son los únicos atractivos del lugar. En la misma Azpeitia, el ajetreo de personas en el museo del ferrocarril es constante. “De momento estamos trabajando muy bien. En julio ha habido un incremento del 12% -en el número de visitantes- y agosto vamos por el mismo camino”, certifica su director, Juanjo Olaizola.

El museo del ferrocarril es un recurso turístico de primer nivel para todo tipo de público, pero especialmente para familias que viajan con menores. Aquí pueden disfrutar no solo de la mejor colección de trenes de vía estrecha de Europa, sino tienen la posibilidad de viajar en un tren de vapor histórico. Se trata, sin duda, del gran atractivo del museo, que cada vez es más conocido.

Cerca, en Zestoa, se esconde otro de los tesoros ocultos de Gipuzkoa: las cuevas de Ekainberri. Considerada como la obra cumbre del arte rupestre en Euskal Herria, Ekainberri ofrece una excepcional réplica de las manifestaciones artísticas de las pinturas rupestres de Ekain, tales como caballos, cazadores y recolectores de la época paleolítica.

Una experiencia “muy visual” de la que pueden disfrutar tanto mayores como pequeños. “Estamos trabajando muy bien. Quizás julio ha sido algo más flojo que el año pasado, pero en general estamos contentos”, aseguran desde el museo.

Ekainberri, informan, ofrece una experiencia completa para el visitante, especialmente para aquellos que llegan con niños, ya que además de la réplica, pueden participar en talleres “en los que aprenden cómo se vivía, cómo pintaban, cómo cazaban y cómo hacían fuego” en la época prehistórica. “La gente sale muy contenta”, se felicitan.

la originalidad del topic Al igual que Urola Erdia, en Tolosaldea también comienzan a apreciar el beneficio de contar con uno de los museos más originales del territorio: el Centro Internacional del Títere de Tolosa. “Estamos viviendo una tendencia ascendente y agosto es un mes en el que solemos trabajar muy bien, así que estamos contentos”, confiesan desde el Topic. “Es un museo muy vivo, muy interactivo y muy diferente a cualquier otra cosa que puedas encontrar alrededor”, enfatizan, e insisten: “Es el único centro de estas características de toda Europa”.

Todo ello lo convierte en una oferta tremendamente atractiva para aquellas familias que viajan con niños. “Se quedan alucinados, sobre todo porque además del museo, ofrecemos muchos talleres muy sencillos en los que pueden hacer marionetas de hilos, telas y otros materiales. La verdad es que disfrutan mucho”, aseguran.

Buscando experiencias Son solo algunos de los ejemplos que pueden encontrarse los turistas que viajan por Gipuzkoa, aunque quienes se interesan por conocer el interior lo hacen, muchas veces, motivados por experiencias concretas que quieren vivir. “Nos piden mucho visitas a sidrerías, a queserías, a txakolinerias... Todo lo que tiene que ver con la gastronomía tiene muchísimo éxito”, confiesa la directora de Explore San Sebastian Region, pero hay más: “Algunos quieren ver un partido de pelota, otros nos piden rutas de senderismo o para hacer en bici”.

Una diversidad que responde también al amplio abanico del perfil del turista que tiene Gipuzkoa, pero desde la oficina donostiarra apuntan: “Llegan personas muy diversas, desde los que se han preparado su viaje muy bien hasta los que no conocen nada, pero sobre todo, es gente que ya conoce la zona y que está buscando propuestas nuevas para sus vacaciones”. “Ese es el público que nos encanta, porque nos permite tentarles o sugerirles con un montón de planes. Porque la costa es muy reconocida, pero en el interior hay verdaderos tesoros por descubrir”, asegura Iturriagagoitia.