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Geotermia, la energía incansable

24 HORAS AL DÍA Y 365 DÍAS AL AÑO. | La temperatura “constante” del subsuelo, unos 16 grados a 150 metros de profundidad, es la apuesta para climatizar edificios: 100% renovable

Geotermia, la energía incansable

La energía geotérmica es, dentro del catálogo de las renovables, una de las más desconocidas, pero figura como una de las herramientas contempladas en la Estrategia Energética de Euskadi 2030 para alcanzar los objetivos de producción renovable autóctona a diez años vista, que debería alcanzar al menos el 27% del total. La geotermia está en todas partes. Bajo nuestros pies y nuestros hogares. 24 horas al día y 365 días al año. Siempre disponible, lista para ser extraída de forma sencilla. Es la energía incansable.

El Gobierno Vasco, a través del Ente Vasco de Energía (EVE), activó su propio Plan de Geotermia 2017-2020, donde se destacan las oportunidades estratégicas que ofrece una tecnología especialmente útil y eficiente para la climatización de edificios, tanto para refrigerarlos como para calefactarlos. Y quizá en un futuro, confían los expertos, también para generar electricidad, algo que solo unos pocos países se pueden permitir a día de hoy. La Cámara de Gipuzkoa acogió el pasado jueves unas jornadas para dar a conocer esta fuente de energía made in everywhere. También nuestra.

Las primeras instalaciones de geotermia llegaron a Euskadi en torno a 2005. Nada que ver con otros países como Francia, Alemania o Suecia, líderes europeos, donde a raíz de la crisis del petróleo en 1979, comenzaron a desarrollar y aprovechar más el sistema geotérmico, también orientado de forma notable, como es el caso galo.

En Europa, donde los principales mercados son los citados Suecia, Alemania y Francia, se prevé que la demanda de este tipo de instalaciones siga creciendo gracias al apoyo de la legislación europea favorable al desarrollo de edificios más eficientes y a los objetivos marcados en lo referente a energías renovables.

Según la Environmental Protection Agency de Estados Unidos (EPA), la geotermia es la “tecnología de climatización de edificios más eficiente y menos contaminante. Permite un ahorro de energía de hasta el 70% en modo calefacción y de hasta el 50% en refrigeración, además de una notable reducción de las emisiones de CO2. Como ejemplo, una instalación de intercambio geotérmico para la climatización de un edificio de oficinas de 7.000 m2 evita la emisión de 60.000 kg anuales de CO2, lo que supone el efecto depurativo de un bosque de seis hectáreas”, según recoge en su web el EVE.

no hace falta ser islandia Ane Sainz-Trapaga es la responsable de proyectos de geotermia de Telur, una compañía vasca especializada en esta tecnología, y nos desvela sus secretos y oportunidades. Según explica, Euskadi tiene su chance. “En el mundo hay subsuelos especiales”, explica en los que, a unas pocas decenas de metros de profundidad, se alcanzan temperaturas muy elevadas; y ese calor puede ser robado a la tierra directamente para generar electricidad.

La fricción de las placas tectónicas de la falla de San Andrés, en la costa oeste de EEUU, provoca, por ejemplo, temperaturas de entre 100 y 150 grados centígrados a poco más de un centenar de metros de profundidad. “También en Islandia, a nada que profundizan, encuentran agua a 80 o 90 grados de temperatura y directamente la pueden utilizar para climatizar lo que quieren. En Filipinas o Indonesia utilizan la geotermia para electricidad e Italia también tiene centrales de energía geotérmica, pero eso es algo muy concreto. No es nuestro caso”, explica Sainz-Trapaga.

Sin embargo, en las mayoría de puntos de la Tierra, y Euskadi no es una excepción, “a 100 o 150 metros de profundidad, la tierra se encuentra a temperaturas de en torno a los 15 o 16 grados. La desventaja es que no puedes aprovechar directamente el calor del terreno, pero la ventaja es que es una temperatura constante, independientemente de las condiciones climáticas”, afirma esta experta. La misma con los casi 40 grados de esta semana o los 7 bajo cero de principios de enero. Y eso puede ser aprovechado para la climatización de edificios, especialmente si estos están diseñados o son rehabilitados para optimizar el aprovechamiento de ese calor y no perder energía.

Robar ese calorcito o ese fresquito, ya sea invierno o verano, mediante un circuito cerrado de agua, ofrece interesantes oportunidades que Euskadi no quiere dejar escapar. “La geotermia viene a ser el aprovechamiento del calor que tenemos disponible del terreno, que es una fuente inagotable. Y renovable 100%”, asegura Sainz-Trapaga.

“Lo más habitual -precisa-, aunque hay varias formas, es hacer unos sondeos en el terreno, agujeros de unos 150 milímetros de diámetro y hasta 150 metros de profundidad -a más distancia, la ecuación coste-beneficio comienza a ser menos rentable debido al encarecimiento de la excavación, más compleja y difícil-. El tubo baja y sube y por él hacemos pasar agua; en ese tránsito, lo que se logra es captar el calor del terreno tras estar circulando el agua a temperatura estable. Y una vez yo he robado calor a ese terreno, tengo un agua que me llega a un cuarto de máquinas de un edificio terciario o una casa, que viene a temperatura mayor que la inicial, pero sigue siendo insuficiente, y lo que se hace es instalar una bomba de calor que, con un consumo reducido, calienta el agua aún más”, aclara.

50 años de vida, amortizado en 10 “El 75% de lo que damos al edificio viene del terreno y un 25% es el aporte de esa bomba de calor, con lo que conseguimos que el agua llegue a 35 grados. Una temperatura útil para calefactar un edificio. Estamos obteniendo ahorros energéticos en torno al 60% y hasta 70% de la situación anterior”, añade.

Aunque la inversión inicial puede ser algo superior a la de una instalación fotovoltaica, su periodo de amortización, asegura la responsable de Telur, es de “diez años” y “a la hora de hacer el cálculo de la explotación se calcula que el sistema va a durar, como mínimo, 50 años”. La otra gran ventaja, añade Sainz-Trapaga, es que “el mismo sistema puede trabajar en frío y calor” y “casa muy bien con la fotovoltaica” en esa apuesta por el mix de renovables.