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Las adopciones internacionales se desploman: no hubo ninguna solicitud en 2018

Por primera vez en Gipuzkoa HAY MÁS PETICIONES NACIONALES QUE INTERNACIONALESLa única posibilidad de conseguir traer a un menor extranjero es que tenga una necesidad especial

Las adopciones internacionales se desploman: no hubo ninguna solicitud en 2018

donostia - Las adopciones internacionales en Gipuzkoa se han reducido drásticamente en los últimos años. Tanto es así que en 2018 hubo por primera vez cero solicitudes en el territorio desde el boom de finales de los 90. La situación ha dado un vuelco y ahora hay más peticiones a nivel nacional que internacional, algo que hace años era impensable. La mejora socioeconómica de los países de origen, el mayor control y, fundamentalmente, el cambio del perfil del adoptado explican esta nueva situación. Adoptar un bebé sano de forma internacional es “imposible” y si se consigue saltan todas las alarmas.

“Hemos pasado de tener en torno a 200 nuevas solicitudes de adopción internacional al año entre 2003 y 2006 a no tener ninguna”, afirma el jefe de la sección de acogimiento familiar y adopción de la Diputación de Gipuzkoa, José Mari Lezana. Las cifras han caído en picado: En 2001 hubo 151 peticiones y 102 adopciones se hicieron efectivas, un dato que aumentó hasta las 210 solicitudes y los 113 niños en 2006 y que a partir de ese año no ha hecho más que bajar.

“Es una tendencia que viene viéndose a nivel de Gipuzkoa, estatal e internacional”, señala Lezana. En 2010 se registraron 74 peticiones y llegaron al territorio 71 menores, en 2015 las solicitudes cayeron a quince y las adopciones a once, en 2017 a seis y once, respectivamente, y en 2018 nadie quiso optar a una adopción internacional y únicamente se materializaron tres.

Itxaso Martín, trabajadora social de esta sección de la Diputación, explica que en el Estado hubo “un boom bestial en 20 años” que llegó a cifras “altísimas” entre 2001 y 2005, y que ahora ha tocado suelo. Fue en los 90, cuando algunas familias empezaron a poner la vista en el extranjero para adoptar niños muy pequeños y sanos, un perfil que no se daba a nivel estatal.

Primero, optaron por países su-damericanos, donde actualmente los expedientes “llevan mucho tiempo y no se terminan de resolver”, apunta Martín. Luego se fijaron en los países del Este de Europa, de donde llegaron muchos niños. Pero en 2001 Rumanía cerró y también lo hizo Ucrania.

“El cierre puede ser que lo haga el propio país o, a veces, es el Estado español el que lo efectúa, porque no ve garantías suficientes para poder llevar a cabo adopciones que respeten el derecho de los niños y de las personas adoptantes”, indica Lezana. “Que no se convierta en que robaron a un niño en no sé dónde y te lo han dado a ti”, añade Martín.

La situación de la mayoría de países que ofrecían niños en adopción ha cambiado mucho en los últimos años. “Antes no tenían la posibilidad de hacer adopciones dentro de su propio país, pero en la medida que han hecho una evolución social esta posibilidad ha aumentado”, indica Lezana, que recuerda que la “adopción internacional es subsidiaria de la nacional” con lo cual si se puede resolver de forma interna no se acude al extranjero.

El nuevo perfil del adoptado Por lo tanto, “todos aquellos niños pequeños sanos quedan en el ámbito nacional”, un hecho que ha transformado radicalmente el perfil de los pequeños.

Las únicas personas menores de edad adoptables de forma internacional son niñas y niños de necesidades especiales, es decir, de edades iguales o superiores a siete años, con problemas de salud o discapacidad, grupos de tres o más hermanos... “La mayoría de familias desean a un niño pequeño y sano. Esto hace que los tiempos de espera para adoptar se hayan dilatado enormemente, lo que desanima mucho. Ya no son tantas las que se deciden a iniciar el proceso y son bastantes las que lo abandonan después de un tiempo de espera”, apuntan estos dos expertos.

Así, en 2018 ha habido “cero solicitudes nuevas y un montón de bajas”, indica Martín. “Cuando les dices que tienen que renovar su certificado de idoneidad te dicen que no, que ya tienen 50 años y que no se ven”.

En la actualidad, solo hay 18 familias guipuzcoanas con un expediente de adopción internacional abierto en espera de asignación. Hay quienes llevan más de diez años en esta lista. Y esto no quiere decir que todas las que ya no están esperando lograron adoptar, sino que “desistieron, cerraron su expediente”. “En los últimos años ha habido más cierres de expediente porque han desistido, que porque han culminado la adopción”.

“Ha ido cambiando, ampliándose en los últimos años, pero es imposible concretar el tiempo medio, depende de muchos factores como el perfil del niño para quien se realiza el ofrecimiento de adopción o la situación del país de origen”, subraya Lezana.

Itxaso Martín recuerda los tiempos en los que había “600 expedientes abiertos” y las asignaciones se hacían rapidísimo, como China, que las materializaba “en nueves meses desde que recibía el expediente”. “Ahora está haciendo asignaciones a expedientes que llegaron allí en enero o febrero de 2007, casi doce años después”, señala. De este país, llegaron entre 1995 y 2018 a Gipuzkoa un total de 381 niños, solo tres en los últimos tres años.

La situación de China no es excepcional. “La realidad es que, en este momento, no hay apenas posibilidades de hacer una adopción internacional salvo que la persona que se ofrezca esté abierta a recibir niños que presenten necesidades especiales”, insiste Lezana.

Y aquí se plantea otra realidad: Dado que es posible hacerlo en España con niños del mismo perfil, “no tiene mucho sentido dirigir el ofrecimiento a un país diferente”, insiste Lezana.

adopciones nacionales En este sentido, llama la atención cómo ha cambiado radicalmente la situación y ahora son más las familias que buscan adoptar en el territorio nacional que en el extranjero porque “ofrece más posibilidades”. En concreto, hay 54 ofrecimientos en Gipuzkoa en el ámbito estatal, 36 más que a nivel internacional.

“Esto hace unos años era impensable. Podíamos tener 200 peticiones de internacional y cero de nacional. Yo he conocido épocas en las que el tiempo de espera de una nacional era de once años y de internacional de nueve meses. Entonces era lo más viable, pero ahora se ha dado la vuelta”, subraya la trabajadora social.

Por ello, tanto los trabajadores de este ámbito como las propias familias han tomado conciencia de que para buscar niños de este tipo de perfiles es más garantista hacerlo en el Estado. Porque cuando vienen del extranjero existe “un nivel de incertidumbre con respecto a su historia de vida y de si la información que viene de su salud es suficientemente contrastada, mientras que en la adopción nacional para un perfil de niño parecido se va a tener más información, mucha más garantías de que lo que se dice es lo que es”, señala Lezana.

Probablemente, las 18 familias que están en la lista de espera en Gipuzkoa no tengan un expediente abierto para un menor con necesidades especiales, porque si no “ya se lo habrían dado”. Colombia, China, Vietnam, India y Filipinas “con un cupo” son países en los que sí es viable adoptar si se está dispuesto a traer de su país de origen a un niño con una edad ya avanzada o con problemas de salud serios.

Porque actualmente culminar el trámite con un bebé pequeño y sano de manera internacional “es imposible”. “Si algún país te dice que te lo va a dar, ojo, cuidado, que igual es una adopción irregular, habría que verificarlo. Si un país extranjero asigna un niño de un mes se nos tienen que disparar todas las alarmas”, advierte Itxaso Martín.