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Emaús reutiliza 1.330 toneladas de objetos al año

Es el primer Centro de Recuperación y Reciclaje homologado por el Gobierno Vasco en Gipuzkoa

Emaús reutiliza 1.330 toneladas de objetos al año

usurbil - Traperos de Emaús Sociedad Cooperativa, ubicada en el polígono Belartza de Usurbil, reutiliza el 70% de los materiales que recibe, es decir, 1.330 toneladas, según los últimos datos de 2015. Se trata del primer Centro de Recuperación y Reciclaje homologado por el Gobierno Vasco del territorio. En noviembre de 2016, tras una inversión de 80.000 euros y el cumplimiento de todas las normativas, consiguió este reconocimiento de forma provisional, y en febrero de este año obtuvo el definitivo. Por este motivo, el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, visitó ayer las instalaciones para tomar constancia del trabajo que realiza la fundación.

El equipo, compuesto por 32 trabajadores, recoge todo tipo de objetos, como ropa, muebles, libros, juguetes o menaje. Después de clasificarlo, lo pone en venta como productos de segunda mano a bajo precio. De hecho, los precios no han subido desde 2006 y en 2008 incluso se bajaron. Así, consiguen generar el 91% de sus ingresos. El resto proviene de servicios prestados a las mancomunidades de Sasieta y Urola Erdia, ya que no cuenta con ninguna subvención.

Inma Puerta, directora de Emaús, empezó la visita por la planta baja del edificio, destinada a la clasificación de los objetos. Según los últimos datos, gestionaron 1,9 millones de kilos, muchos de ellos obtenidos de los 3.500 servicios domiciliarios prestados. Cerca de 1,46 millones de kilos fueron voluminosos y 440.000 kilos fueron de textil, obtenidos de las recogidas a domicilio y de la Mancomunidad de Sasieta.

Al no disponer de almacén, “todo lo que hay tiene que entrar y salir rápido”, afirmó Puerta. Cada día se amontonan decenas de carros, algunos de ellos repletos con objetos ya vendidos y otros con todo tipo de cosas recién traídas para su clasificación y venta. De hecho, el material no deja de recibirse desde las 8.00 hasta las 16.00 horas de cada día.

“En estos años hemos realizado un auténtico trabajo de educación. Con el puerta a puerta, nos traían materia orgánica y hasta tóxicos y teníamos que mandarlos al Garbigune”, añadió la presidenta mientras recorría los diferentes departamentos que dividen la zona de trabajo para cumplir con la normativa. La fundación ha invertido 80.000 euros para adaptar el edificio y que cumpla los requisitos como Centro de Recuperación.

Este reconocimiento también impone restricciones. Por ejemplo, Traperos de Emaús ya no puede vender televisores de los antiguos que no tienen pantalla plana. “En la zona de eléctricos también se va a notar la normativa. El porcentaje de recuperación de los aparatos va a bajar mucho”, admitió Puerta, que está a falta de conocer los datos de 2016. Y es que les exigen que un secador de pelo tenga una garantía de seis meses, cuando cuesta 3,5 euros. La renovada instalación del servicio técnico, a cargo de Miguel, se encarga de probar las decenas de estos objetos y dar parte.

la ropa genera el 56% de ingresos La zona textil es la que ocupa más espacio, ya que la fundación se encarga de almacenar la ropa de invierno y verano para sacarla a la venta en la temporada correspondiente. Entre las aportaciones de la Mancomunidad de Sasieta y la de los ciudadanos, cada día entran entre 100 y 150 kilos de ropa al polígono de Belartza. En concreto, Puerta detalló que las prendas que proceden de domicilios suelen ser “de mayor calidad” y se aprovecha el 60% de lo que se recoge. En cambio, la ropa de los contenedores, como muchas veces no está metida en bolsas, se reutiliza un 56%.

Es precisamente la ropa la que genera más ganancias. Supone el 56% de los ingresos de Emaús, unos 900.000 euros anuales. En 2015, pasaron por caja 80.220 compradores y ahora el balance está en 300 personas diarias. Entre ellos, Puerta destacó los vendedores ambulantes, que llegan a llevarse más de 1.000 kilos de ropa, pues el kilo cuesta 25 céntimos de euro, para venderla en los mercadillos. Emaús también se nutre de clientela fija, como baserritarras, lectores o amantes de los vinilos, y de inmigrantes, sobre todo acuden hondureños y saharauis.

“Desde 2011 hemos visto un cambio social más que una crisis. Antes sabíamos qué meses eran los buenos o qué semana sería más floja, pero ahora no”, recalcó. “Nos gustaría poder vender más, pero viene más gente de la que podemos atender”, lamentó. Por su parte, Asensio valoró toda esta “encomiable” labor social y medioambiental realizada por Emaús. “En todos los aspectos Emaús en un ejemplo”, dijo.