Hoy comemos en casa de Saadia
Decenas de familias como la de esta mujer de origen marroquí que vive en Hernani con sus tres hijos, han participado junto a personas autóctonas en el programa Bizilagunak 2016 de SOS Arrazakeria. Convivencia en estado puro.
Saadia es una mujer alegre. Todo amabilidad. Su hospitalidad se percibe al otro lado del teléfono, pero la sensación aumenta a través del telefonillo de su casa y ya cuando nos abre la puerta de par en par, su sonrisa es reveladora. Txemi e Ixiar no vienen con las manos vacías, son una pareja que también reside en Hernani. Traen refrescos y flan. No conocían a la familia que hoy les invita, la de Saadia y sus tres hijos, Nora, Laila y Ander, de 19, 16 y 14 años, respectivamente.
Esta es la primera que Txemi e Ixiar participan de invitados. Es una experiencia nueva para ellos, dos veteranos que cumplen su quinto año participando en el programa Bizilagunak organizado por SOS Arrazakeria. Hasta ahora, habían abierto las puertas de su casa a familias extranjeras de distintas nacionalidades.
Ixiar, natural de Mutriku, y 65 años de edad, recuerda que el primer año “estaba muy nerviosa”. “¡Vinieron ocho senegaleses!”, exclama. Les habían recibido con música de su país, cuando uno de los invitados les apuntó que quien cantaba había sido ministro de Cultura, rememora Txemi. “Nos quedamos cortados. Nos dijo que antes era ministro, pero que como ganaba poco, lo dejó y se dedicó a la música”, añade Ixiar. Nora, la hija mayor Saadia rompe definitivamente el hielo que envuelven a los tres jóvenes y se incorpora a la charla. A ellos les ha costado más. “Aquí habría sido al revés, habría dejado la música para hacerse ministro”, ironiza la hija mayor, Nora, estudiante de un ciclo superior en el Instituto Politécnico Easo de Donostia.
Parece que se conocen de toda la vida, pero solo hubo un encuentro previo entre Txemi y Saadia, tomando un café en un bar, para tener un primer contacto antes de la comida que iban a compartir. Una empanada de pulpo y otra de atún; de segundo, lubina al horno, y de postre una tarta de manzana elaborada por los anfitriones y el flan que traen los invitados, junto a unos refrescos.
expertos con novatos A Txemi, un profesor universitario de Antropología, ya jubilado a sus 66 años, se le notan tablas. Pero en casa de Saadia todo va rodado y es ella, aunque es novata en este programa, la que lleva las riendas del encuentro. Nervios cero. “Había estado apuntada otros dos años para participar en el programa, pero al final no me decidí y este año ya sí y he decidido hacerlo en mi casa, así he conseguido tener a mis hijos alrededor de la mesa, si no, se escapan”, bromea esta mujer de origen marroquí y 53 años de edad. Lleva casi 27 años instalada en Gipuzkoa, 24 de ellos en Donostia. Se nota. Está cargada de iniciativa y confianza. Sus tres hijos han nacido aquí y hablan euskera perfectamente. Saadia también se lanza con el euskera, “aunque no lo sé muy bien”, afirma.
También se sienta a la mesa Jacqueline, de 48 años, una mujer de la República Dominicana, amiga de la familia. Para ella también esta es una experiencia nueva. Está nerviosa. La que más.
Compartimos con ellos los primeros quince minutos. El encuentro va rodado. La experiencia de Txemi e Ixiar y la espontaneidad de Saadia son una fórmula infalible. Les dejamos solos para comer y nos ponemos en contacto con ellos a la hora pactada, las 16.30. ¿Qué tal ha ido, Saadia? ¿Repetirás?, le preguntamos. “Muy bien, claro que repetiré. Estamos aquí todavía, arreglando el mundo. Nos queda el café y el té”, afirma. Llevan ya dos horas y media.
jengibre, cúrcuma, azahar ¿Les ha gustado la comida? “Parece que sí. Era comida de aquí, pero con cosas y con sabores de mi tierra. Especias como el jengibre, la canela, cúrcuma. Y la tarta de manzana con un toque de azahar, para darle frescor. Y el flan que nos ha traído Ixiar estaba riquísimo”, dice.
También Jacqueline está en su salsa. “Ahora mismo está charlando con Ixiar”, explica Saadia. Espera, que ahora te paso a Txemi”... ¿Qué tal de invitado por primera vez? Bien, diferente, pero muy cómodo. En tu casa llevas tú las riendas, pero esta vez ha sido Saadia”, cuenta. ¿Y de qué habéis hablado? Bueno, contando vivencias personales; yo también he estado un par de veces en su país, Marruecos”. ¿Y de Donald Trump?, le preguntamos. Todavía no, pero en el encuentro de 100 personas que hemos hecho en la plaza las personas que íbamos a participar en el programa, sí. No se habla de otra cosa”, explica.
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