oiartzun - Un total de 80 kilos de speed, 20 kilos de hachís, un kilo de cocaína, medio de Crystal Meth (variedad de metanfetamina), así como 60 plantas de marihuana. Ese es el alijo de droga incautado por la Ertzaintza durante este mes en una de las mayores operaciones del Estado contra la fabricación y tráfico de estupefacientes. A ello se suma la confiscación de 15.000 euros, cuatro motos, tres coches, una autocaravana y unos 140 móviles -modelos viejos sin Internet ni bluetooth- utilizados por los acusados para sus comunicaciones internas. La intervención se ha saldado con la detención de ocho personas en Hondarribia, Irun y Donostia, con edades comprendidas entre los 34 y 48 años. Siete de los individuos arrestados permanecen en prisión, mientras que otro se encuentra en libertad con cargos, según explicó ayer Agustín Garate, Jefe de Investigación Criminal de Gipuzkoa, quien detalló las características y el modus operandi de estos narcotraficantes, que operaban de forma conjunta y jerarquizada.
Así, el golpe de gracia contra este grupo, que tomaba unas estrictas medidas de seguridad para evitar ser detectado, se inició el pasado 7 de julio, cuando la Ertzaintza tomó la decisión de entrar en una vivienda de Hondarribia que vigilaba desde tiempo atrás. Los agentes tenían la certeza de que en ella se escondía un laboratorio para elaborar los estupefacientes y esperaron a que los tres principales encausados coincidiesen en el lugar, lo que era infrecuente. Era el principio del final para esta banda, investigada desde enero de este año a raíz de otras actuaciones policiales que facilitaron abrir una línea de investigación.
cabecilla Ya dentro del domicilio, la Policía cogió, literalmente, con las manos en la masa a los tres acusados, uno de los cuales era el cabecilla, quienes en ese momento se encontraban haciendo las mezclas de los diferentes sustancias dentro de grandes cazuelas habitualmente usadas en la hostelería.
Como la Ertzaintza preveía, en el interior de la vivienda descubrieron el laboratorio de droga clandestino y localizaron varios kilos de speed. El lugar disponía de todos los elementos necesarios para la manipulación de la droga: envasadoras, básculas de precisión, una prensa hidráulica, batidoras industriales, medidores electrónicos de PH, así como sustancias y reactivos químicos para el corte y tratamiento de la droga. También se localizaron 42 teléfonos móviles, una máquina contadora de billetes y 7.000 euros en metálico. “No es habitual tener tantos medios en laboratorios de este tipo. La cantidad de elementos estupefacientes es tan amplia que hasta que la delegación de Sanidad nos lo aclare, seguiremos sin saber qué tipo es”, puntualizó Garate, quien ayer expuso el material requisado en la comisaría de Oiartzun.
Tras el desmantelamiento de la “fábrica” de droga y los tres arrestos, la Ertzaintza inició una segunda fase del dispositivo encaminada a desarticular la infraestructura de reparto de las sustancias estupefacientes, que se saldó con la detención en Irun y Donostia de cinco personas, cuatro hombres y una mujer. En el operativo, la Policía autonómica registró una vivienda y un garaje situados en la parte vieja de Hondarribia, una mobilhome estacionada en el mismo municipio y un trastero ubicado en Irun.
distribución Todos los registros se han realizado en el transcurso de estas dos últimas semanas. “Ellos se encargaban de distribuir la droga y en cantidades que no son de nivel de calle, si no al por mayor, a partir de medio kilos o un kilo. Luego, a su vez, otros camellos de menor entidad la vendían en pequeñas dosis. El producto salía también fuera de Euskadi pero la mayoría se vendía en la CAV y, especialmente, en la zona de Bidasoa y Donostialdea”, matizó el jefe de Investigación Criminal de Gipuzkoa, quien agregó que en esta segunda operación también requisaron un invernadero de marihuana.
Las averiguaciones policiales han confirmado que se trataba de un grupo criminal jerarquizado, con cometidos precisos para cada miembro. Uno de ellos se encargaba del alquiler de inmuebles, tales como pisos y garajes, mientras que otros dos realizaban labores de aprovisionamiento de sustancias de corte, como cafeína y lidocaína, a través de una empresa química de Madrid. Para realizar dichos pedidos usurpaban identidades de personas ajenas al grupo, de los que poseían sus documentos de identidad.
En total, la Ertzaintza calcula que el valor de venta de toda la droga incautada podría haber ascendido a 1,5 millones de euros.
La mayor parte de las sustancia estupefaciente usada por el grupo para luego mezclarla con aditivos procedía de Holanda. La Ertzaintza tuvo constancia de este dato después de que la Policía francesa detuviese en febrero de este año en la frontera belga a una persona que traía metanfetamina a Hondarribia introducida en maletas y desplazándose en autobús.
Asimismo, Garate expuso que el grupo desmantelado operaba desde tiempo atrás, ya que han podido acreditar que ha adquirido en los últimos años más de 800 kilos de sustancia de corte, la mayoría cafeína, obtenida en un laboratorio de Madrid mediante el uso de identidades de terceras personas ajenas al grupo.
Las investigaciones policiales siguen abiertas para descubrir la vía de financiación de este grupo y el posible blanqueo de capital.