Gipuzkoa busca en Europa referentes para la construcción de la incineradora de Zubieta
La Diputación visita las plantas de Viena, Colonia y Oberhausen, ciudades donde se recicla el 60% y se valoriza el 30%
viena - Una delegación del departamento foral de Medio Ambiente, encabezada por el diputado José Ignacio Asensio, se encuentra estos días en centroeuropa con objeto de conocer algunas de las incineradoras más punteras construidas en Austria y Alemania. Concretamente, el grupo está visitando, entre ayer y mañana, algunas de las instalaciones de valorización energética de Viena, Colonia y Oberhausen.
“El objetivo del viaje es visitar instalaciones punteras de Europa y vamos a ver precisamente instalaciones que están en los centros de ciudad. Son plantas modernas y actuales y que, además de generar energía, generan calor y precisamente por eso están en los centros de la ciudad. Vamos a ver cómo hay zonas urbanizadas y otro tipo de instalaciones como universidades o centros de investigación cerca”, explicó Asensio.
El diputado indicó que, desde el punto de vista tecnológico, las tres instalaciones que van a visitar son “similares” a la que se construirá en Gipuzkoa. “No vamos a inventarnos nada. Simplemente lo que vamos a instalar en Gipuzkoa es aquello que se está haciendo en las ciudades más modernas de Europa, en este caso Austria y Alemania, que entiendo que son países que son punteros” desde el punto de vista medioambiental, apuntó.
En este sentido, señaló que en estos países la tasa de reciclaje se sitúa entre el 60% y el 65%, mientras que el 30% o 35% restante se valoriza, unos porcentajes que son los que se pretenden alcanzar en Gipuzkoa en los próximos años, ya que actualmente la tasa de reciclaje se sitúa en torno al 50%.
Asensio, junto al resto del grupo, visitó ayer la incineradora de Viena, una curiosa planta a orillas del Danubio, cuya estética modernista recuerda a las obras de Joan Miró, aunque no fue diseñada por el artista catalán sino por Hundertwasser, quien también firmó otra incineradora en Osaka (Japón). La planta de Spittelau se encuentra en el centro de la ciudad y tiene capacidad para tratar del orden de 250.000 toneladas anuales, dando trabajo a 110 personas.
nidos de halcones La instalación, remodelada por completo en 1991, tiene a 200 metros de distancia viviendas, las facultades universitarias de Ecología y Farmacia y hasta una guardería. Mientras que pegada a la planta, a 25 metros, se encuentra la central de la Policía, si bien apenas se percibe olor a basura cuando se pasea por ella, y eso que cada día entran y salen de la planta 200 camiones con capacidad de hasta 6 toneladas que hacen dos viajes a la incineradora de lunes a viernes. Los filtros que se utilizan en la planta son tan eficientes que en la chimenea de la incineradora han anidado varias familias de halcones, un ave especialmente sensible al ruido y la contaminación, lo que demuestra la poca afección que tiene al medio ambiente. De hecho, en su remodelación se tuvo esto en cuenta y se dejaron algunos espacios para que estas rapaces pudieran anidar con tranquilidad.
La incineradora está tan integrada en la ciudad que ya se ha convertido en una de las diez principales atracciones turísticas de la capital austríaca y recibe cada año más de 10.000 visitantes. De hecho, es un centro en el que se organizan diferentes actividades, y que ha llegado a contar con la visita del ilustre Nobel Mario Vargas Llosa.
En Spittelau, la mayor incineradora de Viena, además de generar electricidad, se produce energía calórica que permite abastecer de calefacción y aire acondicionado a un total de 100.000 hogares. Pero esta no es la única planta de este tipo de la capital austríaca, que cuenta con otras dos instalaciones de valorización energética y una incineradora de residuos especiales, que abastecen a 340.000 familias y 6.500 grandes clientes como el hospital general de la ciudad, la Universidad Agrícola o una estación de radio.
Los residuos, que pasan antes por un complejo proceso y acaban siendo incinerados a una temperatura entre los 800 y los 1.200 grados. Esto permite que los residuos queden reducidos a un 10% de su volumen inicial.
Por su parte, con las escorias se elabora material de construcción y las cenizas se entierran en una antigua mina subterránea de sal de Alemania.
sin quejas en 20 años Todas estas plantas, de las que Spittelau es su buque insignia, están auspiciadas por el Ayuntamiento de Viena, conformado por un gobierno socialista apoyado por los ecologistas, y gestionado por el hoolding Wien Energy. Precisamente, la delegación guipuzcoana pudo departir con el responsable del Departamento de Protección de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Viena, Gerald Kroneder, quien explicó que las incineradoras están totalmente integradas en el día a día de Viena. “Esta es una instalación muy antigua y desde hace más de 20 años no hemos tenido ninguna queja”, aseguró Kroneder, quien añadió: “Igual es así porque controlamos de manera continua todas las emisiones y los valores que se producen, así como cualquier cambio. Nos cercioramos de que los valores máximos y mínimos sean siempre respetados”.
El responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Viena reconoció que cuando se instaló esta planta, así como el resto de las que se han ido construyendo en la ciudad, hubo “cierto cuestionamiento” por parte de la sociedad, aunque se resolvió con la aprobación de una normativa “muy estricta” sobre las emisiones, que garantizan que la actividad de estas plantas “es adecuada tanto para la salud como para el medio ambiente”.
De hecho, conforme se han ido abriendo incineradoras, Austria ha ido cerrando vertederos y, desde el 1 de enero de 2009, está prohibido verter basura procedente de residuos domésticos.
Preguntado sobre el protocolo diseñado cuando se produce alguna anomalía en las mediciones de emisiones de las incineradoras, Kroneder aseguró que “nunca” se ha producido tal circunstancia en todo el tiempo en el que la planta ha estado en funcionamiento, si bien las medidas a seguir contemplarían “cambios de filtro o añadir alguno más, e incluso, en el caso más extremo, paralizar la actividad de la planta”.
El Ayuntamiento de Viena promueve activamente la incineración a través de estas plantas, ya que considera que la incineración controlada a través de estrictas leyes estatales sobre las emisiones es “mucho más favorable” para la salud y el medio ambiente a que cada empresa incinere residuos “a su manera”.
Tras la visita, el diputado José Ignacio Asensio se congratuló de la “absoluta normalidad” con la que se admiten este tipo de instalaciones en los países más avanzados de Europa. “La impresión es muy buena. Es una tecnología muy similar a la que vamos a instalar en Gipuzkoa y los servicios son también muy semejantes”, valoró, al tiempo que insistió en que la Diputación diseñará para Gipuzkoa un modelo que es “el que se aplica en Europa: reciclar lo máximo posible y generar energía con lo que queda”.
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