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Recuperando el pasado cultural del Sáhara Occidental

EL ARQUEÓLOGO VASCO | Andoni sáenz de buruaga investiga y coopera con el pueblo saharaui

Recuperando el pasado cultural del Sáhara Occidental

Tras un reconocimiento general del territorio, la Asociación Vasco-Saharaui de la Evolución Cultural, de la que Sáenz de Buruaga es presidente, acordó con el Ministerio de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) la necesidad del mismo. Desde entonces, su atención se ha centrado en el Tiris, una vasta llanura del Sáhara Occidental, donde llevan a cabo un proyecto en el que se entremezcla la investigación y la cooperación con el pueblo saharaui y que cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco.

Sáenz de Buruaga, profesor de prehistoria de la UPV desde hace 30 años, encabeza el equipo de tres personas, dos arqueólogos de la Sociedad Munibe Taldea de Azkoitia, que a finales de enero partieron hacia este territorio del norte de África, situado en el extremo occidental del desierto del Sahara, a orillas del océano Atlántico, donde permanecerán todo el mes de febrero. Allí están trabajando con el director de Arqueología de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y con personal de Cultura, y jóvenes universitarios que acuden a ellos para completar su formación.

“Este trabajo en el Sahara occidental es una experiencia de inicio. Trazamos un nuevo camino, una ruta a seguir en el trato y cuidado cultural que tienen deficiencias culturales de países del tercer mundo”.

proyecto pionero Considera el antropólogo vasco que el trabajo que llevan a cabo es tremendamente importante. “Es una experiencia pionera. No hay en el espacio de todo el Occidente sahariano, que engloba al Sur de Marruecos, a Mauritania y Malí, una iniciativa de estas características que tenga, además, como propósito el control, el registro y recuperación de lo que es el antiguo patrimonio cultural saharaui”, apunta el antropólogo.

El profesor hace especial hincapié al señalar que al hablar de patrimonio cultural hay que hacerse a la idea de que no solo abordan los aspectos arqueológicos. “Nos interesa sobremanera las cuestiones medioambientales, los ecosistemas en los que aquellas gentes se desarrollaron. Estudiamos la memoria histórica oral viva de esas sociedades del presente que nos hablan de tiempos pretéritos. Por eso llevamos a cabo un programa de recuperación de la tradición oral de todos los nómadas. No solo es arqueología, porque el patrimonio cultural aglutina tanto cosas de la cultura material como inmaterial”, explica didácticamente Sáenz de Buruaga.

¿Qué razones les impulsaron a desarrollar este proyecto? “Una fue el puro conocimiento científico; de aproximación a los procesos sociales del pasado en un marco tan deficientemente conocido y estratégicamente de tan notorio interés. Por otro lado, están las razones de índole humanitaria, de cooperar con un pueblo marginal y marginado por la Comunidad Internacional”, reflexiona el antropólogo.

Solidaridad cultural De la convergencia de estos dos enfoques surgió argumento y propósito esenciales: el trabajar solidariamente desde la cultura, y desde su conocimiento científico, en el control, el registro, la conservación y la investigación del pasado cultural. “Una manera de armonizar la investigación científica y la cooperación por medio del estudio de la Cultura del Pasado del Sahara Occidental”, añade Andoni Sáenz de Buruaga. “Como personas que formamos parte de esta Ciencia de las Sociedades y Culturas creímos que teníamos una obligación, un deber de asistir, de trabajar por esta faceta del Sahara Occidental”, recalca

A la hora de abordar el registro patrimonial y el estudio científico del Sahara Occidental, “una empresa de gran envergadura y de enorme recorrido”, vieron que lo más oportuno era seleccionar un territorio como marco inicial del estudio operativo. Este espacio se centró en la región del Tiris, el territorio más suroriental del Sahara Occidental, a unos 1.000 km. al sur suroeste de los campamentos de Tindouf.

llanura del tiris Desde 2005, en que comenzaron a trabajar en la recuperación de su antiguo patrimonio cultural, han logrado controlar más de un millar de yacimientos arqueológicos y más de seis mil monumentos arquitectónicos y tumbas preislámicas. “El haber controlado un centenar de antiguos lagos, dunas que nos hablan de una serie de cambios climáticos en otros contextos ambientales del pasado es algo fantástico”, señala Saénz de Buruaga, al tiempo que se refiere al hecho de haber realizado 213 entrevistas a 222 personas desde el año 2008 hasta 2015. “Tener más de 515 horas de grabación sobre la cultura beduina con sus protagonistas son cifras que encierran no solo un valor cuantitativo, sino una demostración de lo que es el patrimonio cultural de aquellas tierras y aquellas gentes”, asevera el antropólogo, quien reconoce la ayuda que tuvieron para su proyecto del exparlamentario Txomin Aurrekoetxea, militante de los derechos del pueblo saharaui. “Fue nuestro mentor hasta que logramos implicar al Gobierno Vasco y empezamos a hacer dos expediciones al año: una en invierno, a finales de enero y otra en otoño”.

El proyecto se sostiene gracias al apoyo del Ejecutivo de Gasteiz, también cuentan con el Gobierno de la RASD y por la Universidad del País Vasco. La gestión corre a cargo de la Asociación Vasco-Saharaui de la Evolución Cultural, una entidad sin ánimo de lucro, fundada en el 2006. El profesor Sáenz de Buruaga insiste en la experiencia pionera, vinculada a la situación particular que vive el patrimonio cultural en el Sahara Occidental “y además de rebote, algo que nos atañe a todos como ciudadanos que somos del mundo. No estamos rescatando una riqueza solo para los saharauis: el patrimonio no tiene fronteras. Es algo consustancial con nuestro género y naturaleza. Lo que recobramos es un bien cultural de la humanidad”, apostilla

Recuperando el patrimonio de la humanidad -añade - realizamos una labor ingente, “no sólo por impedir que se pierda la cultura de un pueblo, sino también por posibilitar que lo hereden las generaciones futuras y puedan también aprovecharlo para extraer de él una serie de enseñanzas, un aprendizaje que pueda ser útil para nosotros mismos y para entendernos mejor entre todos”.