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Choque de huesos

Choque de huesos

En silencio. Poco a poco. Así es como empieza a dar sus primeros pasos la artrosis. Lentamente. Tal vez empiece con un dolor en las articulaciones después de hacer ejercicio o después de hacer algún esfuerzo físico. Se va desgastando el cartílago, tejido que actúa como amortiguador protegiendo los extremos de los huesos y que facilita el movimiento de la articulación. La superficie del cartílago se desgasta y se rompe, lo que provoca que los huesos se muevan el uno contra el otro y genera fricción, dolor, hinchazón y pérdida de movimiento. Con el tiempo la articulación pierde su forma original y pueden crecer en ella espolones. Además, también pueden desprenderse trozos de hueso y de cartílago y flotar dentro del espacio de la articulación, lo que genera más dolor y daño.

Hablamos de la artrosis, la enfermedad reumática más frecuente, sobre todo entre personas de edad avanzada, aunque también se presenta de forma prematura en personas con enfermedades genéticas que afectan al tejido conectivo. Puede afectar a cualquier articulación pero ocurre con más frecuencia en la espina dorsal, manos, caderas o rodillas, sobre las que se carga la mayor parte del peso del cuerpo.

No se sabe aún con certeza cuál es el origen de esta dolencia que afecta a ambos sexos y se hace sintomáticamente manifiesta a partir de los 40 a los 55 años, con especial incidencia en las mujeres. Si bien el 70% de los mayores de 70 años muestran evidencia de tenerla, solo la mitad la padecen.

La artrosis es una enfermedad que se incrementa en los países occidentales debido al cada vez mayor envejecimiento de la población. De todas formas hay que recordar que a pesar de que sea la enfermedad reumática más frecuente, esto no significa que todas las enfermedades reumáticas sean propias de la edad avanzada, como se cree con frecuencia de forma errónea. También es un factor de riesgo muy a tener en cuenta el sobrepeso, que hace que los cartílagos soporten una mayor carga.

La sospecha de artrosis surge cuando aparece dolor en las articulaciones que característicamente afectan a la enfermedad. Debe ser confirmado por un examen físico, la realización de radiografías y la exclusión de otros tipos de enfermedad articular. Hay que tener en cuenta que, como es una enfermedad muy común, puede aparecer de manera simultánea con otra enfermedad reumática.

tratamiento sintomático La artrosis es una enfermedad que no tiene cura pero, sin embargo, se pueden erradicar, en la medida de lo posible, sus síntomas y otras molestias asociadas a esta patología mediante la administración de analgésicos y antiinflamatorios. ¿El objetivo? Poder llevar una vida lo menos dolorosa y más confortable posible. Una práctica de lo más habitual entre aquellos que padecen artrosis es el uso de bastones y rodilleras para la artrosis de rodillas y caderas.

En general, los reumatólogos recitan analgésicos, como el paracetamol, para el tratamiento de la artrosis. Aunque se pueden recetar antiinflamatorios, hay que tener en cuenta el estado del aparato gastrointestinal, para evitar el surgimiento de problemas o empeoramiento de los ya existentes.

Además, también se han hecho conocidas otros medicinas, digamos alternativas para esta dolencia, como el consumo del polémico cartílago de tiburón, aunque no hay evidencias científicas que prueben que esto sea efectivo. Y por supuesto, no hay que olvidarse de hacer ejercicio y rehabilitación en las zonas afectadas. Muy importante para que no empeore.