Donostia. Tal y como se esperaba, la UTE encabezada por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) será la encargada de construir y explotar durante cinco años la futura planta incineradora de Zubieta. Así lo confirmó ayer el diputado de Desarrollo Sostenible, Carlos Ormazabal, que informó de que el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa ha adjudicado provisionalmente el proyecto a la unión temporal de las empresas FCC, Serbitzu Elkartea, Altuna y Uria y AE&E Inova. "Ha planteado un proyecto técnico de primer nivel y la decisión ha sido adoptada por unanimidad por el Consejo de Administración", explicó.

Según el calendario presentado, las obras del futuro Centro de Gestión de Residuos en el que se ubicará la incineradora arrancarán en 2012 y se prolongarán durante dos años. Pero previamente, la UTE agraciada deberá presentar un Proyecto Básico definitivo, así como un Proyecto Constructivo que justifiquen la intervención. FCC y sus socios disponen de 13 meses para finalizar este trámite.

El importe de las obras asciende a 223,4 millones de euros más el IVA correspondiente, que serán financiados mediante los créditos por valor de 263 millones que el pasado 3 de febrero se comprometieron a aportar el Banco Europeo de Inversiones (BEI), Banesto y La Caixa. El primero proporcionará 195 millones y los 68 restantes provendrán, a partes iguales, de las dos entidades bancarias. "Que el BEI conceda un préstamo tal elevado a Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa, que tiene un capital social de un millón, demuestra que cumplimos con los objetivos marcados desde Europa", subrayó Ormazabal.

Desmentidos El diputado defendió la "gran solvencia técnica" y el "conocimiento regional" de la UTE agraciada en materia de residuos y rechazó las "graves acusaciones de prevaricación" que se han vertido en los últimos días sobre un supuesto "trato de favor" hacia alguna de las empresas que optan al concurso.

Al igual que lo hizo el jueves en las Juntas Generales, Ormazabal expuso las razones por las que se ha otorgado el proyecto a la UTE de FCC, a pesar de presentar un presupuesto de inversión diez millones más caro que Befesa. "FCC compensa esa cifra con creces porque su sistema técnico es un 7,5% más eficiente desde el punto de vista de recuperación energética que el de su competidora", manifestó.

Según afirmó, el proceso de licitación ha sido "escrupuloso y transparente". E incidió en que la adjudicación ha sido decidida "por unanimidad entre todos los miembros del tribunal".

Respecto a las alegaciones presentadas por la otra UTE, la compuesta por Befesa, Thyssenkrupp, Novergie, Construcciones Galdiano y An-tzibar, el diputado indicó que "han sido incorporadas al informe de concordancia entre las ofertas presentadas". En cualquier caso, confió en que "si se presentan más recursos", éstos "no paralizarán el proceso de licitación", y en el caso de que los haya, adelantó que el Consejo de Administración se reunirá "a la mayor brevedad" para responderlos.

"Me llama la atención que esta UTE no hable de sus bondades, sino que intente desacreditar la solvencia de la otra, cuando ya ha sido demostrada", añadió al respecto.

Sobre la futura planta, la directora financiera de GHK, Maite Etxarri, informó de que tendrá capacidad para procesar 260.000 toneladas de residuos a diario, además de permitir mejorar el actual porcentaje de reciclaje, pasando del 37% al 60%, "lo que nos sitúa en la cabeza de Europa", añadió Ormazabal.

La fracción restante se dirigirá a plantas de compostaje y de biometanización, y los residuos que no puedan ser reciclados se dirigirán a la planta de pretratamiento e incineración. "Se separarán los metales, se homogeneizará el material, se reducirá el peso y finalmente terminará en la incineración", detalló.

Según explicaron, la planta de valorización constará de "dos líneas completas" de incineración dotadas con sendos hornos-caldera que trabajan a temperaturas superiores a los 850º, así como de una sección de depuración de gases que dispondrá de los "más modernos filtros" para la retención de partículas y un sistema de tratamiento reductor catalítico que evitará las emisiones contaminantes.

Por su parte, las cenizas generadas serán tratadas en un vertedero diseñado para este tipo de residuos y después, como anunció Ormazabal, "se construirá una planta para la valorización de las escorias de la incineradora".

"Esta infraestructura será el hito para la gestión sostenible de los residuos urbanos y será modélica tanto desde el punto de vista tecnológico como de aportación a la calidad ambiental del territorio", opinó el director general del GHK, Joxi Etxezarreta.