Desde el año 2021, la organización Turismo de las Naciones Unidas, una reactualización de la antigua Organización Mundial del Turismo, auspiciada por la ONU, otorga el reconocimiento Best Tourisme Village . Con ellas se crea la Red de Mejores Aldeas Turísticas de las Naciones Unidas, que entes momento reúne a 186 localidades de todo el mundo, de las cuales 129 son reconocidas como Mejores Aldeas Turísticas y 57 villas que participan en el Programa de Mejora. Todas juntas, representan a 55 países en los cinco continentes del mundo.

Es un sello que busca transformar el turismo en un catalizador de la prosperidad y el bienestar rural. La iniciativa adopta un enfoque doble: valorar y preservar las aldeas rurales, sus paisajes, diversidad cultural y sistemas de conocimiento, y promover estrategias innovadoras alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Tras tres años en marcha, este programa ha incluido sietes aldeas y villas portuguesas en su lista, unas poblaciones que deben estar en la ruta de cualquier viajero que quiera conocer el país vecino. De este a oeste son Castelo Rodrigo, Sortelha, Manteigas, Castelo Novo, Cumeada, Ericeira y, dando el salto hasta las Azores, a Madalena en la isla de Pico, la segunda más grande del archipiélago.

Castelo Rodrigo

Panorámica de la villa de Castelo Rodrigo. Freepik

Casi en la frontera con España, en el entorno del Parque Natural de Arribes del Duero, se encuentra Castelo de Rodrigo, uno de los pueblos históricos de Portugal. Su larga ocupación humana a lo largo de la historia, del que se mantiene un rico patrimonio, y su ubicación en un espacio natural muy especial hace de esta localidad una parada obligatoria nada más entrar en Portugal desde Salamanca. Las ruinas de su castillo, las murallas, el palacio de Cristóvao de Moura, la iglesia y el convento románico de Santa María de Aguiar, los edificios del siglo XVI de estilo manuelino, el pozo-cisterna y la picota en la plaza, además de su entramado de calles son algunos de sus valores.

Sortelha

Entre la Reserva Natural de Serra de Malcata y el Parque Natural de Serra de Estrela se encuentra Sortelha, otro hito de la red de pueblos históricos. También de origen medieval, su mayor auge fue durante el Renacimiento y poco ha cambiado desde entonces. Se asienta en un macizo de granito al pie de la Sierra de Opa y en sus calles se pueden contemplar numerosas casas señoriales como la del Viento, la de Falcões, la del Registrador, la del Gobernador o la de Juez Árabe; iglesias como la de San Cornelio y capillas que miran hacia el alto donde se ubica el castillo y las murallas que defendían el territorio. de Opa.

Manteigas

Manteiga, al fondo, visto a través del valle creado por un glaciar. Ncletorosa

Cruzando el valle del río Zêzere, hasta la villa de Manteigas hay que ir. Es un pueblo de montaña de arquitectura típica rural en plena Serra da Estrela, que además de parque natural es un geoparque mundial de la Unesco. El rumor del agua se oye en sus calles adoquinadas y empinadas, donde abren sus puertas casas con fachadas de piedra y floridos balcones, un buen conjunto de templos, como las iglesias de San Pedro o Santa María y comercios. Estos son el ejemplo de que Manteigas es el punto base del que parten las excursiones que exploran el parque y visitar, entre otros muchos parajes, la cascada del Poço do Inferno o al paraje de Penhas Douradas.

Castelo Novo

De nuevo en la ruta principal, en dirección sur hacia Lisboa se llega a Castelo Novo, topónimo que hace referencia al castillo que se supone que en el siglo XIII sustituyó a otro anterior, cuando el rey portugués otorgó su control a la Orden del Temple. La actual villa fue creciendo a sus pies. Numerosos edificaciones señoriales, tanto medievales como de épocas posteriores, el antiguo ayuntamiento con una picota delante, el monumento Chafariz da Bica y un enorme lagar de vino comunitario excavado en la roca se unen el patrimonio religioso con las iglesias parroquial, la de la Misericordia y la capilla de San Antonio para formar un casco histórico por el que pasear es un gusto.

Cumeada

Continuando el viaje en dirección sur se llega hasta el embalse de Alqueva, en la comarca de el Alentejo, la pequeña localidad Cumeada se rodea de naturaleza y se mantiene ajena a la contaminación lumínica. Esto la ha convertido en uno de los polos del turismo astronómico más importantes de Europa gracias a ser distinguida como Destino Turístico Starlight, el primero del mundo en recibir esta certificación internacional. Su cielo oscuro y el observatorio Dark Sky Alqueva, el más grande de Europa Occidental, atraen a los aficionados a la observación nocturna. Además, el embalse de Alqueva es también una referencia para las actividades acuáticas del Alentejo.

Ericeira

El último pueblo del Portugal continental con el sello Best Tourism Village es Ericeira, a unos 30 km de Lisboa. Se supone de origen fenicio y sería uno de los pueblos más antiguos del país luso. Meca del surf, no olvida su tradición marinera a pesar de haberse convertido en un importante destino turísticos en el que este pueblo encaramado en un acantilado sobre la playa en la que los pescadores amarraban sus barcos. Cuenta con un cuidado casco antiguo de calles empedradas flanqueadas por viviendas encaladas en torno a la iglesia parroquial. El puerto al pie del acantilado, los restaurantes especializados en pescado y marisco y, sobre todo, sus playas como la de Ribeira d’Ilhas suman en su atractivo.

Madalena

Para quienes se animen a dar el salto hasta casi el centro del Atlántico, la villa de Madalena, en la isla de Pico, la segunda más grande del archipiélago de las Azores culmina este viaje por las siete, de momento, villas más bonitas de Portugal. Un paisaje de viñedos rodea Madalena, capital de la isla, y centro de la industria vitivinícola azoriana. En Madalena se visita su casco histórico, donde destaca la iglesia de Santa María Madalena, con sus torres gemelas, y el edificio del Ayuntamiento. Su gran valor es también la naturaleza con un entorno volcánico que han sabido adaptar al cultivo de las vides y un mar en el que avistar todo tipo de fauna.