Ander Barrenetxea pasó por los micrófonos de Radio Marca y habló sobre la final de la Copa. “Desde que nos eliminaron prefería que ganara el Athletic, no sólo por lo de Europa, que nos venía mejor a nosotros, sino porque creo que es el equipo que mas se ha ganado el vencer esta Copa y porque tengo ahí amigos que no los tengo en el Mallorca. Por lo que me alegro por ellos y les deseaba lo mejor”. 

El donostiarra no tardó en explicar que jamás vestiría la rojiblanca, pero que eso no quita para que prefiriera que lo celebraran “Yo nunca voy a jugar en el Athletic, no podría, soy de la Real y la Real me lo ha dado todo. Cuando juegue contra el Athletic siempre voy a salir a morir y voy a querer que la Real esté por encima, pero ellos estaban en la final, nosotros no y prefería que ganara gente amiga mía que otra a la que les tengo rabia, entre comillas, porque nos habían eliminado. Les deseo el bien, no lo mejor del mundo, que sólo se lo deseo a la Real, pero sí el bien”.

No vio la final

El donostiarra reconoció que no vio el partido y desveló que le habían cogido la matrícula a los jugadores del Mallorca: “No vi la final, solo los primeros diez minutos y me quedé dormido. Al día siguiente no me acordaba y al cabo de una hora miré el resultado. Al Mallorca le cogimos tirria en la semifinal. Sí que hay pique. No es portarse bien o no, al final tú haces una cosa y luego te la comes. No me refiero a los gestos que me parecieron lamentables, porque tú ya estas en una final y parece que estás pensando en otras cosas. Es más el juego que tienen ellos, que te agarran y te empujan todo el rato... Y además son ellos los que decían que éramos nosotros los que llorábamos. Sí que sentíamos rabia y ganas de derrotarles. Se ha quedado ahí, yo no conozco a ninguno de esa plantilla“. 

Barrene sufrió por no poder ayudar a sus compañeros: “Fue un mal día, yo siempre digo que lo mejor en una eliminación es estar en el banquillo, porque tanto si juegas como si estás en la grada te sientes responsable y desde fuera no puedes ayudar”.

El extremo confirmó que Imanol le había presionado para que jugara esta campaña: “En cuanto me lo hice me dijeron que me iban a pinchar para estar disponible el martes pero al final no estaba, me dolía. La semana siguiente era la del PSG y yo quería jugar, seguimos con los pinchazos y tras jugar estaba liquidado. Ahora estoy perfectamente. El año pasado podía haber estado un mes con una lesión así y en esta en cinco creía que podía volver. Ese es el gran cambio. Yo he hecho todo lo posible para jugar. Imanol me ha achuchado porque quería que yo estuviera y yo he querido estar siempre”.

El cariño de Silva

El extremo donostiarra explicó la ayuda que le dio David Silva cuando la selección convocó a Martín Zubimendi por primera vez el año pasado: “David se me acercó y me dijo el año que viene tú estarás en la selección. Eso me ayudó mucho para darle la vuelta a la situación en la que me encontraba y para comprobar que la gente seguía creyendo en mí”.