Para llevar a cabo un día a día saludable y poder afrontar la jornada con comodidad y confort es imprescindible contar con un calzado cómodo y de calidad.

Las zapatillas son una inversión esencial para quienes llevan un estilo de vida activo, por lo que mantenerlas en buen estado no solo mejora su apariencia, sino que también puede prolongar significativamente su vida útil.

El primer truco más efectivo para cuidar las zapatillas y maximizar su durabilidad es no usar el mismo par de zapatillas todos los días. La rotación permite que las zapatillas tengan tiempo para airearse y recuperar su forma original, especialmente la amortiguación, que puede comprimirse con el uso continuo. Además, deben utilizarse las zapatillas de acuerdo a un propósito específico.

Las zapatillas diseñadas para correr deben usarse solo para correr, mientras que las diseñadas para actividades de gimnasio o para caminar deben usarse en esos contextos respectivos. Esto evita el desgaste prematuro de las partes que no están diseñadas para ciertos tipos de impactos o movimientos.

En cuanto a la limpieza, es fundamental hacerla regularmente para remover suciedad y polvo. Utilizar un cepillo suave y un poco de agua jabonosa, evitando sumergir completamente las zapatillas o ponerlas en la lavadora, ya que esto puede deformarlas y afectar los materiales que proporcionan soporte y amortiguación.

El secado también debe hacerse de manera adecuada; nunca se deben secar las zapatillas en el radiador o directamente al sol, pues el calor excesivo puede deteriorar los adhesivos y materiales. Lo mejor es rellenarlas con papel periódico para absorber la humedad y dejarlas secar en un lugar bien ventilado.

El almacenamiento correcto también juega un papel importante. Guarda las zapatillas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa del sol. Se puede usar un zapatero o mantenerlas en su caja original, evitando las bolsas de plástico que retienen la humedad y pueden causar la aparición de moho.

Lavar por separado

Los cordones y las plantillas deben lavarse separadamente si es necesario. Las plantillas se pueden lavar a mano con un poco de detergente y dejar secar completamente antes de volver a insertarlas en las zapatillas, mientras que los cordones pueden lavarse en la lavadora dentro de una bolsa de malla.

Para mantener las zapatillas con buen olor, espolvorear bicarbonato de sodio dentro de ellas durante la noche y retirar por la mañana. El bicarbonato es un excelente desodorante y absorbe olores y humedad.

Además, se pueden realizar pequeñas reparaciones en casa, como pegar las suelas que comienzan a despegarse con un pegamento especializado para zapatos. Esto puede evitar daños mayores y prolongar la vida de tus zapatillas.

Siguiendo estos consejos, tus zapatillas mantendrán un excelente estado durante más tiempo, asegurando comodidad y funcionalidad para tu día a día.