El mundo de la cultura y el folclore vasco y, en especial el de Oñati, están de luto. Jesús Irizar Txutxin, alma máter de Oñatz Dantza Taldea, falleció ayer a los 74 años. Gran apasionado de las dantzas, este oñatiarra desarrolló una inmensa labor por mantener vivas las tradiciones. “Pionero, referente y maestro. El camino de tus huellas nunca será borrado. Eskerrik asko, Txutxin!”, manifestaron desde Oñatz.

Heredó de su familia su afición por la dantza. Desde 1975 formaba parte de la Cofradía del Santísimo Sacramento, que está al frente de la organización del Corpus Christi de Oñati. “Lo he vivido en casa; para mí es un día muy especial”, explicaba Irizar en declaraciones a este periódico, haciendo alusión a una celebración que fusiona tradición, religiosidad y folclore. Oñatiko Korpus Dantzak es un repertorio de dantzas con identidad propia, cuyas coreografías Txutxin conocía mejor que la palma de su mano y que, además, transmitió a diferentes generaciones. Empezó a bailarlas en 1967 siguiendo la estela familiar, y fue 28 años más tarde, en 1995, cuando ejerció por última vez de capitán de los dantzaris en el día del Corpus; un papel que después asumiría su hijo Mikel. Maite, su hija, también es dantzari.

En la clausura de las celebraciones del 50º aniversario de Oñatz, en septiembre de 2021, Txutxin recibió un merecido homenaje en reconocimiento a su implicación y trabajo como figura clave y referente de la agrupación. En los últimos años había dado paso a las nuevas generaciones, pero siempre siguiendo de cerca, y sin perder detalle, a sus queridas euskal dantzak y, en particular, las piezas oñatiarras que tanto ha mimado y enseñado durante muchos años.

Los Premios Bertan que en 2011 concedió NOTICIAS DE GIPUZKOA con el objetivo de poner de relieve el buen hacer de ciudadanos, entidades y empresas guipuzcoanas, en el apartado de galardones de Debagoiena entregó el Omenaldi Saria a Irizar.

Su funeral se oficiará hoy en la parroquia de San Miguel Arcángel a las 19.00 horas.