no de cada tres adultos tiene síntomas de insomnio y en personas con TDAH la frecuencia se llega a duplicar, según un estudio reciente. Un total de 92 pacientes adultos con TDAH y trastorno de insomnio han sido objeto de seguimiento en tres momentos: al principio, al cabo de tres meses y al cabo de seis.

Al inicio del estudio evaluaron la gravedad y el tipo de TDAH (presentación con predominio de déficit de atención, de hiperactividad/impulsividad, o combinadas), así como los problemas del sueño y otros trastornos psiquiátricos que sufrían. Así, un 74% de los pacientes tenían problemas para conciliar el sueño y un 70% tenían otros trastornos como la ansiedad o la depresión.

Tanto en el momento inicial como durante el seguimiento a los tres meses se les daban recomendaciones de higiene del sueño, como el mantenimiento de una rutina de horarios, no tomar bebidas u otras sustancias excitantes, dormir en espacios relajados o evitar el uso de teléfonos móviles y otras pantallas antes de ir a dormir. En caso de que fuera necesario, también se les prescribía tratamiento farmacológico para mejorar la calidad del sueño, como melatonina, benzodiacepinas o antidepresivos. Gracias a las recomendaciones y medicación prescrita, al cabo de tres meses el insomnio había mejorado o desaparecido en un 44,6 % de los casos; y al de seis meses el porcentaje se elevaba hasta el 72,4 % de los casos.