atética diputada del ultramonte diestro más casposo: De saque, me abstendré de hacer consideraciones estéticas sobre su persona. Otra cosa es lo que en mi fuero interno pienso al comparar sus dotes físicas con las de la vicepresidenta española Yolanda Díaz a la que usted tuvo el desparpajo de llamar “fea” ayer durante una de sus vomitonas dialécticas en el Congreso. Copiando la tontuna acuñada por se gurú Jiménez Losantos, la motejó como Fashionaria, jijíjajá, en la enésima demostración de su incapacidad para batirse con los adversarios utilizando razones y argumentos. Cosechó el minuto de gloria efímera, no se lo discuto, pero quedó como la nulidad política y la despreciable ser humana que es. Aunque ya sé que se la sopla.