ascadete líder del mundo presuntamente libre: Digo yo que la siesta sin pijama ni orinal que se atizó en el sarao del clima de Glasgow fue a mayor gloria del aniversario de su victoria por los pelos frente a Donald Trump. Ni me voy a molestar en afearle la cabezadita en público. Tampoco creo que se perdiera nada y, por lo demás, la imagen de su ilustre persona sobada como un tronco es la perfecta representación de lo que se cuece en ese encuentro de nada entre dos platos. Usted siga como hasta ahora. Firme donde tenga que firmar. Lea lo que sus asesores le escriban y tire millas. Su gran logro, ya imposible de superar, fue librarnos del monstruo del pelo naranja. Aunque hoy las encuestas le sean hostiles, nadie le quitará lo bailado.