uestro modelo de tele requiere de la presencia de grandes conductores/ras que sepan impregnar cada programa del estilo inconfundible de los variados artistas de la presentación. Las cadenas generalistas buscan desesperadamente profesionales de la comunicación que lleguen al corazón y al contacto vivo de la audiencia veleidosa que se identifica con estos magos de la telegenia, capaces de reunir televidentes logrando cifras millonarias. La tele de Mediaset, Cuatro, está explotando con éxito un modelo de programa que lleva por título Zapeando, con la poderosa aportación de Dani Mateo, un auténtico monstruo de la tele, que lo mismo presenta un atípico magacín de vídeos o interpreta personajes de actualidad en el programa de Wyoming, El Intermedio. Reunir en un plató, de mesa abierta donde se sientan cada tarde seis colaboradores, algunos habituales, otros secundarios que hacen los primeros pinitos para comentar las propuestas del conductor/director, es el planteamiento que conduce al éxito. Cada tarde, las horas de la siesta se ven sacudidas por el hacer dicharachero, improvisador y jolgorioso de estos espadachines de la tele fácil, salpicada con entrevistas, videoconferencias y secciones específicas que adornan un producto que va camino de descarrillar cualquier día, ante la batuta desmadrada de Dani Mateo que no respeta tiempos, ritmos e indicaciones del guion en un ejercicio de equilibrio/desequilibrio en el que se mueve este payaso de la tele con seguridad y valentía. Miki Nadal, Lorena Castell, Cristina Pedroche, Valeria Ros, Quique Peinado son algunos de los puntales de una tele sin complejos, de bajo coste y de escaso entramado mediático, capaz de convertir en concurso el arriesgado corte de una reluciente sandía en un numerito de circo televisivo. Bravo Vasile, astuto creador de ilusionistas humoristas de la tele de nuestros pesares, que cada tarde sestea con el personal con mayor o menor acierto en un momento de consumo de tele poco exigente.