Agirregomoskorta tiene claro que hay cuatro nombres que fueron claves para llegar a poner marcha ETB: Carlos Garaikoetxea y Ramón Labayen en el marco político y dos ingenieros, Josu Zubiaur y José Joaquín Azurza, en el técnico. Aquel fue un proyecto en el que hubo que equilibrar muchos criterios diferentes, incluidos los referidos a la sede de la cadena pública vasca.

Así nació la televisión del País Vasco es el título de su libro. ¿Por qué decide volver a la prehistoria de ETB?

En 2014 me fui de Euskaltel, la empresa en la que estuve después de ETB, y empecé a pensar en qué iba a invertir el tiempo que tenía. Hice varias cosas más, y quizá la más consistente fue pensar en que tenía documentación de ETB, porque había trabajado allí, y ponerme a escribir un libro sobre cómo nació la televisión vasca.

¿Es un recorrido completo?

Entro más bien en lo que podría ser la prehistoria de ETB, que va desde el proceso de creación hasta la primera emisión, el 31 de diciembre de 1982-1 de enero de 1983.

¿Cómo llegó usted al servicio de documentación de la cadena?

Sacaron el puesto de jefe de documentación a través de una empresa de consultoría de personal y me cogieron a mí. Aportaba la experiencia de la universidad, sabía euskera y parece que tenía un perfil interesante para esa plaza.

¿De qué año estamos hablando?

De 1983, de octubre de ese año. La televisión había comenzado a emitir el 1 de enero de ese mismo año y ya se habían generado materiales que estaban por clasificar. En aquella época se le daba menos importancia que ahora al tema de la documentación y los archivos.

Parece increíble que una voluntad política por crear una televisión vasca en la época de la Transición se llevara a buen puerto.

Y se hizo en un tiempo muy razonable, podríamos decir que de récord.

Se puede decir que hubo prudencia y determinación, por eso me pareció tan importante contar cómo se gestó la televisión. Era un proceso en el que estaba todo por hacer. Hoy es historia, o prehistoria, de unos momentos que fueron determinantes para este país.

Para alguien que ha estado al frente del departamento de documentación de ETB tiene que ser muy raro comparar la televisión de 1983 con la que se está haciendo ahora.

Es que antes la oferta era absolutamente limitada, pero no en ETB, también en TVE. Date cuenta de que en 1956 se puso en marcha Televisión Española, veinte años después que la BBC, es decir, que llevaba veinte años de retraso. En aquellos momentos solo había dos canales de TVE y nosotros. Ahora tienes una oferta de multicanales y es algo terrible; en casa tengo más de cien canales, pero de ellos solo veo media docena.

¿Y qué ve en esos seis canales?

Cosas que poco tienen que ver con la oferta general. Son canales de documentales de animales, de cómo se va al espacio, de viajes€ En fin, nada que ver con lo que triunfa en las pantallas o con lo que se considera entretenimiento clásico de la televisión actual.

El 1 de enero de 2023 se cumplirá el 40 aniversario de aquella primera emisión de ETB. A día de hoy, hay quien pone en entredicho la necesidad de tener televisiones de carácter público.

No estoy de acuerdo con ellos en absoluto. Creo que en cualquier país la televisión pública es fundamental, incluido Euskadi. La televisión pública te permite tener unas bases democráticas fundamentales. Hay que buscar el encaje de todos los modelos de televisión. Me parece muy bien el progreso global, me parece excelente, pero hay que partir desde la base local.

ETB nació como un proyecto monolingüe, en euskera.

Sí, es cierto, y cuando el euskera compite con el castellano siempre sale perdiendo. Está bien lo que se hizo, crear en principio un canal en euskera y después uno en castellano.

Han pasado 38 años desde su lanzamiento al aire. ¿Cómo ve al canal que fue el embrión de la televisión, ETB-1?

El euskera está rodeado de dos lenguas muy potentes en su desarrollo, castellano e inglés. Era y es necesario darle toda la fuerza posible porque es una seña de identidad nuestra y propia.

¿Cómo ve el futuro de la televisión vasca?

Pasa porque se reorganice y se reoriente para encajarla en el futuro. Tengo claro que la televisión pública lo tiene muy difícil para competir en el tema del entretenimiento, y tampoco sé si hace falta competir en ese campo. Hay que reconocer que series como Goenkale son muy importantes, sobre todo para el euskera. Hay que atinar mucho, hay que ser selectivos y hacer cosas muy buenas para nosotros.

¿Y el entretenimiento?

Eso se lo dejaríamos a Netflix, a Amazon o a quien sea.