Ha comenzado nueva etapa en el programa de #0 de Movistar+ titulado ‘Cero en historia’, una materia que le apasiona y en la que él, y lo dice sin sonrojo, podría sacar un sobresaliente sin el mínimo esfuerzo.

Se considera un listillo, el perfecto cuñado del que todos quieren huir. Un sabelotodo que lleva casi veinte años haciendo reír a los espectadores de todos sus espectáculos, bien sean teatrales o televisivos. Y como piensa que todo puede acabar un día, dice que está perfectamente preparado por si eso ocurriera.

Debe tener usted ya un sobresaliente en Historia; incluso una matrícula de honor...

Ja, ja, ja? No se me da mal, pero yo no soy quien tiene que aprobar la asignatura. El papel que tengo en el programa es hacer de profe, y son los invitados, que son tontísimos, pero muy ingeniosos, los que tienen que intentar aprobar, y juro que tampoco lo harán este año.

¿Le gusta su rol?

Sí, por supuesto, mi rol es corregir, saberlo todo, quedar por encima de ellos. Por otra parte no me cuesta nada; es más, me encanta hacerlo. Ellos siguen sacando ceros, pero lo hacen de una forma muy divertida. Es un programa para relajarse. ¡Y ojo!, también para aprender. Hay muchas cosas curiosas que contamos.

¿Qué le gusta más, estar por encima de los que no tienen ni idea o la Historia en sí misma? Porque da la sensación de que va de listillo.

Me gusta mucho la Historia, y mi madre fue profesora de esta asignatura durante 40 años. De hecho, me dio clase y me inculcó el amor por la Historia, por la Historia con mayúsculas. Ella era una apasionada y me contagió a mí. Ese fue el principal atractivo de este programa, tener temas delante que me ilusionan y que me gustan. Lo de quedar por encima de también me pirra, me encanta. Ser el listillo es un placer que no sé con qué compararlo.

O sea, el cuñado perfecto.

Por supuesto que soy el cuñado perfecto. Además, la Historia es un buen material para cuñados listillos, porque habla de todo, pero a toro pasado, a hechos consumados, así que soy el cuñado que todos quieren ser y del que todos huyen. No hay quien me aguante y no desaprovecho la oportunidad de decir: ¿Ves? Lo sabía, te lo dije. Me encanta.

Por enchufe materno nunca sacaría un cero en Historia...

Sacaba buenas notas, pero es que era mi punto fuerte, y no por enchufe. Me encantaba. Mi madre nunca me dio un trato de favor; al revés, me llevaba más derecho que a una vela. Ella era una gran profesora.

Siempre ha dicho que este programa le ha supuesto un plus en su profesión.

Es un programa que me cayó del cielo y es un regalo. Me lo paso muy bien haciéndolo y me permite bromear con los colaboradores. Es un programa en el que la gente percibe el buen ambiente. No deja de ser un juego y los juegos se han hecho para divertirse.

¿Qué nuevos proyectos tiene?

Hacer una película. A ver si engañamos a alguien para que nos den dinerito y poder hacerla.

Lo del dinero debe estar muy duro, y hay quien asegura que levantar una película se ha convertido en una locura.

Bueno, creo que ahora está mejor. También hay plataformas en las que se puede hacer cine de otra manera. El cine está en permanente crisis, pero ahí está. La gente sigue consumiendo historias. En el fondo, lo que está en crisis es el modelo de consumirlo, el ir a una sala.

Pero esa es la esencia del cine, ¿o no?

Ya, y es una pena. Que conste que a mí me gusta ver el cine en las salas, pero con las plataformas hay muchas oportunidades para desarrollar ficciones.

Hay cineastas que se niegan a reconocer como cine el que se hace para una plataforma...

Pero si piensas dónde se ven más películas... ¿en las salas o en la televisión? Y la respuesta es en la televisión. ¿Son peores las películas? No. Esto está cambiando, pero no a peor. Disfrutar de una película en una sala de cine puede ser más especial, pero quizá echar de menos las salas no sea más que un ataque de nostalgia puro y duro.

¿Cuántos años lleva en la profesión?

Casi veinte, y parece que todavía estoy empezando.

¿No lo sabe todo, como le ocurre con los temas de Historia?

No. Ja, ja, ja? No. Es diferente. Además, me gusta estar en esa fase de aprendizaje continuo. Llevo tiempo en el mundo de la comedia y he estado rodeado de grandes cómicos.

¿Nunca se ha arrepentido de haber dejado su vida anterior?

Qué va, qué va. Esta ha sido la mejor idea que he podido tener. Llegué a esto casi por casualidad y lo miro con cierta distancia, con perspectiva. También sé que esto se puede acabar y no pasa nada. He tenido la oportunidad de desarrollar muchas ideas, de hacer muchos proyectos, y eso es algo que anima a cualquiera a seguir. ¿Se puede acabar? Sí, y tenemos que estar todos preparados para que lo que hoy hacemos se termine en un momento dado.

¿A qué se dedicaría si se acabara su tiempo como cómico?

A dibujar y a escribir. Para mí, dibujar es lo primero, y crear imágenes una vocación. Siempre me ha encantado dibujar, es maravilloso y no es una casualidad. La interpretación, la comedia, los monólogos? todo ello son circunstancias, y de alguna manera, se tendrá que acabar algún día.

¿Por qué es tan pesimista y piensa que se va a acabar su estancia en el mundo de la comedia?

No es ser pesimista, es ser realista. De los cómicos la gente se cansa. Ser cómico le envejece a uno regular. Volveré a dibujar, como he dicho.

¿Pero había dejado el dibujo en algún momento?

Nunca, siempre lo he hecho. Corrijo: no es que vuelva a dibujar, es que seguiré dibujando.

Dicen que a los cómicos les pueden sustituir los políticos.

Ja, ja, ja? Es verdad, pero lo hacen fatal.

A veces sí resultan graciosos.

De los cómicos nos enamoramos, de los políticos ni eso. Hablamos mal de ellos y no es fácil.

¿No es fácil hablar mal de ellos o o no es fácil ser político?

Ser político. En general, la política está en momentos muy pobres, y pienso que es muy difícil dedicarse a ella.

Pues hay gente que se pega por estar en una lista electoral y vivir de la política.

Bueno, a lo mejor sí. Quizá lo difícil es encontrar a gente que quiera dedicarse a la política con una vocación de servicio, con ganas de hacer las cosas para los demás.

¿Quiere decir con ganas de cumplir con el mandato de quienes les han votado?

No debemos generalizar. Sí parece que tenemos un mal concepto de los políticos, pero no todos son iguales. Hay quien tiene vocación de servicio y lo hace bien, aunque sea cierto que ha entrado gente en el Congreso que lo que dice son disparates. Pero no es hacer humor absurdo, sino humor macabro.

Cerremos con los dibujos. ¿En quién se inspira?

Hay muchos dibujantes que me encantan. Hay una exposición de humor absurdo que se ha inaugurado en Madrid que tiene tiras estupendas, y Mingote, que es un dibujante por el que yo tenía muchos prejuicios, me ha parecido impresionante. Por poner un ejemplo de alguien a quien miraba con cierta distancia. También me gustan muchos dibujantes americanos, y en general, los dibujantes y los cómicos que me dejan la sonrisa congelada. Eso es el humor absurdo.

¿Se puede vivir solo de dibujar?

Se debería repartir el dinero que ganamos la gente en la tele con los ilustradores. Creo que la ilustración está mal pagada.

PERSONAL

Edad: 45 años (16 de agosto de 1974).

Lugar de nacimiento: Albacete.

Formación: Es licenciado en Bellas Artes.

Trayectoria: Sus primeras actuaciones se remontan a 2001 haciendo monólogos en el programa Nuevos cómicos. Se juntó con Ernesto Sevilla y Raúl Cimas, grupo conocido como El trío de Albacete, por ser oriundos todos del mismo lugar. Más tarde se les unió Pablo Chiapella e hicieron posible La hora chanante, un espacio de humor que hoy todavía se recuerda. En estos momentos presenta Cero en historia para Movistar+ y suele colaborar con El Intermedio.