En los últimos años se han rescatado hobbies olvidados como la cerámica, pintura, restauración de muebles, jardinería y por supuesto, la costura. La pandemia trajo que se plantearan nuevas alternativas de ocio y la costura ha despertado gran interés tanto en jóvenes como en mayores.

Esta actividad no solo ayuda al entretenimiento, también es un buen ejercicio para la salud, especialmente para la gente mayor. La costura ayuda de diferentes maneras aportando beneficios al cuerpo y la mente. Es una ocupación que combina la creatividad, organización, paciencia y movimiento, favoreciendo la salud mental.

Aunque existen factores físicos, como la visión deficiente o los temblores que pueden dificultar la práctica, no deja de ser una buen entretenimiento para las personas mayores.

La compañía TK Home Solutions muestra cuáles son los beneficios físicos, mentales y emocionales que aporta este hobby.

Capacidades físicas

Motricidad fina. Al tener que realizar movimientos pequeños y precisos, se mejora la coordinación de músculos, huesos y nervios.

Fuerza y agilidad en los dedos. Fortalece los dedos de las manos, lo cual beneficia a la hora de realizar otras actividades cotidianas, como coger, sujetar, marcar teclas o levantar objetos.

Coordinación entre los ojos y las manos. Mientras se realiza la labor, los ojos son tan importantes como las manos. La sincronización de ambas partes es de gran utilidad para otras actividades similares.

Prevención y reducción de enfermedades, como la artrosis. Ayuda a prevenir la falta de movimiento en las manos, condición que con el aumento de la edad puede derivar en artrosis y que supone dificultades para el día a día de las personas que lo padecen.

Capacidades mentales

Activa el cerebro. Mejora la concentración, la memoria, la atención, el cálculo, la percepción espacial y las funciones ejecutivas. Esto ayuda a activar las neuronas y mantener el cerebro joven.

Despierta la memoria. Al retomar la práctica, puede traer recuerdos agradables y satisfactorios. Así se consigue que la actividad del cerebro se refresque reduciendo la posibilidad de pérdidas cognitivas.

Activa la memoria táctil. Con esta función de recoger información sobre el contacto de una persona con los elementos que le rodean, surgen sensaciones de seguridad, comodidad o placer.

Estimula la creatividad. Al existir infinitas posibilidades y combinaciones, influye de manera positiva en las personas mayores a la hora de tener nuevas ideas y emprender proyectos.

Aumenta la fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad se refuerza al ser una actividad que requiere constante aprendizaje de nuevas técnicas y en caso de error, tener que deshacer y emprender de nuevo el trabajo.

Poner en marcha la propiocepción. La propiocepción es la capacidad que tiene el cerebro de saber la posición exacta de las partes del cuerpo y viene bien a la hora de reaccionar ante una caída por ejemplo.

Capacidades emocionales

Fomenta la comunicación. En las clases y talleres de costura se conocen nuevas personas, se fomenta la sociabilidad y aumenta el sentimiento de pertenencia a un grupo.

Ayuda a controlar las emociones. Relaja, produce sensación de bienestar, disminuye la ansiedad y el estrés y además permite la expresión de emociones positivas.

Propicia el trabajo en equipo. La costura a parte de permitir unir y confeccionar piezas en equipo, es un entretenimiento que se puede realizar en grupo.

Fortalece la autoestima. Hace mucho más sólida la confianza en uno mismo, aumentando la satisfacción y la plenitud.

Incrementa la sensación de felicidad. Las personas mayores que practican este tipo de labores liberan endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.

Alivia el dolor y la tristeza. Al retomar este entretenimiento, las personas mayores logran reducir los sentimientos negativos y las preocupaciones.

Mejora la relación con familiares y amigos. Los mayores que lo practican se muestran más despiertos, activos, alegres y sociables, por lo que repercute directamente en sus relaciones cercanas.