Eespués de terminar sus estudios en Ciencias Químicas y especializarse en Química Orgánica y Química Clínica, empezó a apasionarle el mundo de la nutrición. Realizó un máster en Nutrición clínica y comenzó el doctorado en Nutrición humana por la Universidad Complutense de Madrid. Asegura que cada persona "tiene su tratamiento nutricional personalizado, enfocado a conseguir su bienestar, su peso deseado y disminuir los efectos de sus patologías. En los últimos años he centrado mi esfuerzo en formarme en reparación intestinal, porque cada vez más gente sufre malestares intestinales debidos a unos malos hábitos alimenticios o a la acción de determinadas bacterias como el Helicobacter Pilory y hongos como la Cándida Albicans", dice.

¿Por qué nos duele la tripa?

Tal y como comento en mi último libro, que lleva precisamente ese título, cada vez me encuentro con más gente que me dice que no consigue librarse de su digestión, que sufre molestias todo el rato. Y esto no es normal. Si tu no consigues olvidarte de tu digestión, si tienes gases u otros problemas, debes mirarte lo que te está pasando.

El libro lo ha dividido en diferentes patologías.

Lo primero es identificar los síntomas; cuál es el problema del malestar, los dolores. Una vez que lo hemos detectado, lo siguiente es repasar la alimentación, porque esto suele ser básico. Si no estás comiendo mal y te duele la tripa, algo está pasando. Después llega el proceso de reparación, un método para que la gente se dé cuenta de que gracias a la alimentación y a algunas cepas prebióticas esos molestos síntomas pueden ser más llevaderos.

Aunque todos en alguna ocasión tenemos problemas digestivos, ¿debemos convivir con el dolor?

No, y hay que intentar minimizarlo. Esos problemas vienen de una interacción en la microbiota, que son esas bacterias que tenemos dentro y que antes llamábamos flora intestinal. Una alteración en ella nos puede producir múltiples síntomas digestivos que nos pueden complicar la vida.

¿Qué factores afectan más a la microbiota?

El primero el estrés; el segundo el consumo de determinados fármacos, como pueden ser los antibióticos, los corticoides y los antiinflamatorios; luego están el sobrepeso, la obesidad; también el consumo de alimentos ultraprocesados€ Al final, con estas realidades, llevamos todas las papeletas para que tengamos problemas con nuestra microbiota.

¿Estos problemas son más habituales de lo que pensamos?

Así es. Mientras hay muchas personas que reconocen que van al baño tres veces al día, otras tienen un estreñimiento tremendo y no consiguen solucionar el problema. No es normal, y tenemos que lograr que se solucione. Y sí que es más habitual de lo que nos parece. Queda dicho que una de las primeras causas es el estrés, y como vivimos todos dando tumbos como pollos sin cabeza, es normal que estos trastornos nos ocurran.

¿Cuáles son los motivos más comunes con los que se encuentra en la consulta?

Puede haber muchos factores. Me puedo encontrar con un paciente que ya ha ido al médico y le han diagnosticado una hernia de hiato, o un Helicobacter Pilory. En estos casos ya tenemos un diagnóstico, pero luego hay gente que te dice, muy apesadumbrada, que de verdad no sabe lo que le pasa para que le duela la tripa.

¿Y qué puede ser?

Desde que esté masticando mal los alimentos a que come de una manera compulsiva. Todo esto va a afectar a su digestión.

La somatización de los problemas, ¿también influye en las malas digestiones?

Al intestino se le conoce como el segundo cerebro. Por ejemplo, un neurotransmisor como es la serotonina, que es el que transmite el placer, se sintetiza en un 80% en nuestro intestino. Se está viendo que en enfermedades como el Alzheimer, la ansiedad o la esclerosis múltiple hay una alteración en la microbiota. Por eso es normal que nos encontremos con personas con estrés cuya situación les agrava todos los síntomas que tienen.

¿Somos más conscientes de la importancia de la microbiota en la salud?

Cada vez va sonando más entre la gente lo que es la microbiota, porque los especialistas vamos utilizando más ese concepto. La microbiota es como nuestro código de barras, y cada uno tenemos una microbiota que es personal.

¿De qué depende?

De cómo nacimos, si por vía vaginal o no, porque es el primer contacto que tenemos con la microbiota, de cómo nos alimentó nuestra madre, de dónde vivimos, de si tenemos mascotas... Pero lo evidente es que nuestra salud depende mucho de nuestra microbiota.

En el libro habla de mimar a las bacterias de la flora intestinal. ¿Cómo?

Si una de nuestras primeras causas de malestar es el estrés habría que rebajarlo; también masticar mejor los alimentos, porque la digestión empieza en la boca, no en el estómago; luego lo mejor es que ese alimento llegue impregnado de saliva, lo más triturado posible, a nuestro estómago; y desde luego mantener a raya el peso. Una de las causas más importantes de la alteración de la microbiota es la obesidad, esa grasa visceral que se coloca en nuestras vísceras.

¿La nutrición puede hacer algo contra la hernia de hiato?

Ese caso no podremos solucionarlo porque es algo físico; es un trozo de mi estómago que ha salido por encima del diafragma, pero sí es cierto que si como de una manera correcta, si me alimento bien y bajo esa grasa visceral que está oprimiendo al estómago, me voy a sentir mejor, y muchas veces sin necesidad de recurrir a ningún fármaco.

¿Es normal la lacra de obesidad que padecemos?

Tenemos los alimentos ultraprocesados, sí, pero también contamos con la suerte de poder comer muy bien. A la vuelta de la esquina hay un mercado, una pescadería... Yo voy a esos sitios y compro fruta, huevos, verduras... Ahí no tengo que leer etiquetas, no tengo que tener miedo a ese tipo de alimentos. Es decir, tenemos que volver a comer como antes. No puede ser que todo el rato se tire de alimentos ultraprocesados, llenos de azúcares ocultos y con grasas que no son saludables.

Sobre todo en el caso de los niños.

El grado de obesidad infantil es altísimo, y cuando esos niños sean adultos van a sufrir patologías como la diabetes tipo 2, cuando hasta hace poco solo nos la encontrábamos en una edad muy avanzada. Y es que estamos comiendo muchísimo peor que nuestros padres y nuestros abuelos Mucho peor. Es cierto que este tipo de alimentos producen mucha sensación de placer y felicidad cuando los ingieres, pero tienen pocos beneficios y al final resultan muy nocivos.

¿Por ejemplo?

Las bolsas de patatas que nos tienen enganchados por sus sabores. Hay que tomarlas de manera muy ocasional. Y de repente aparecen productos con la etiqueta de superalimentos que no tienen mucho sentido, como las bayas de goji, que no lo tienen.

¿Qué es para usted un superalimento?

Unas lentejas con un arroz, y luego un poco de proteína.

¿Por qué?

Porque cuando juntas una legumbre con un cereal tienes todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita. Realmente nuestras madres y nuestras abuelas eran un poco como alquimistas, porque mezclaban estos alimentos sin tener muy claro qué estaban haciendo.

¿A qué se debe que cada vez haya más casos de alergias?

Lo primero que habría que hacer es distinguir entre alergia e intolerancia, que no es lo mismo. La alergia es cuando mi sistema inmune ya se pone alerta, de tal manera que si yo tengo alergia no tengo opción, he de eliminar el alimento y ya está.

Y las intolerancias, ¿se pueden atajar?

Con ellas sí que estamos en disposición de trabajar. Podemos mirar la microbiota y ver si está alterada; podemos eliminar ciertos alimentos al principio e ir reintroduciéndolos poco a poco, pero en el caso de las alergias no se puede hacer muchas cosas. Quizás cada vez haya más casos porque tenemos un mayor acceso a las pruebas que los detectan, pero si las causas más importantes de la alteración de la microbiota que me pueden producir esa intolerancia son el estrés, la obesidad, el consumo de fármacos... y estamos ahí, pues tenemos todas las papeletas para sufrir alergias.

PERSONAL

  • Nacimiento: Madrid, 15 de junio de 1972.
  • Formación: Es licenciada en Ciencias Químicas y máster en Dietética y Nutrición humana. Desde hace más de quince años trabaja y dirige su propia consulta de nutrición, que se ha convertido en una de las de mayor éxito en el Estado.
  • Trayectoria: Es miembro de IEDM (Institut Européen de Diététique et Micronutrition) y actualmente compagina su consulta de nutrición con la docencia en estudios de posgrado de la UNED. Además, es directora de BeOk, un programa semanal sobre nutrición. Colabora en distintos programas de radio como en A vivir de la Cadena Ser. Sus artículos se han publicado en las revistas Buenavida de El País u Objetivo bienestar.
  • Publicaciones: Adelgaza para siempre, Las recetas de Adelgaza para siempre y El secreto de la buena digestión, son sus anteriores libros, antes de ¿Por qué me duele la tripa? (Ed. Planeta).