Todo el que quiera tomar una fría jarra de cerveza deberá armarse de valor. Y, es, que, nunca mejor dicho, pues los clientes de este pintoresco pub, lo tienen más crudo que otros. Reconocida como una de las peregrinaciones más auténticas de Inglaterra, todo británico debe acudir, al menos una vez en la vida.

Larga caminata con premio

Frente a una ruta marítima y de montaña, los consumidores abordan todo un reto a la hora de visitar su taberna habitual. Con 30 minutos en barca como tentempié, la cosa continua con 29 kilómetros de senderismo entre bosques y montaña. Al margen de los tragos en solitario, los clientes, se llevan el premio adicional de poder disfrutar de una espectacular vista del lago Nevis.

El pub y sus alrededores

Con vistas a toda la bahía, la taberna más remota del mundo fue construida en 1880 con capacidad para 65 comensales. Hace unos diez años, aproximadamente, Jean-Pierre Robinet, un belga de 51 años, adquirió el viejo establecimiento.

Actualmente, el local está en venta por nada más, que, 500.000 euros.

Una suma millonaria, y, que, por tanto se hace imposible de recaudar a los vecinos y residentes más cercanos de la zona.

Robinet afirma vender el local por razones estrictamente personales, además de por la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que teme, dejarle sin turistas.

Un final, todavía sin descifrar

Tras la discontinua trayectoria, y sin todavía poder ver el final de la historia del pub británico, Stephanie, una lugareña sostiene: “Recuero ir a ‘The Old Forge’ desde que tenía dos años. Solíamos hacer allí fiestas de cumpleaños y de Halloween”