Cuántas veces al abrir las páginas de una revista de moda no se ven más que cursivas y comillas remarcando palabras que no están escritas en castellano. Algunas, por no decir la mayoría de ellas, tienen su propia traducción a este idioma, como jeans (vaqueros), pero para otras, como halter o allure, no existe una exacta. Lo cierto es que cada vez empieza a ser más llamativo el excesivo uso este tipo de vocablos al hablar de moda. ¿Las razones?Podrían ser algunas de estas:

Una razón histórica

El periodismo de moda no llegó a consolidarse hasta el siglo XVIII, cuando salió la primera revista especializada, Journal Des Femmes, en Francia. Más tarde llegaron otras cabeceras de renombre que han sobrevivido hasta hoy, como Vogue, Harper’s Bazaar o Vanity Fair. Todas estas revistas proceden de países de habla inglesa, y ninguna tiene raíces hispanas.

Influencias

Admitámoslo, el Estado español jamás ha sido un país referente en la moda. Por lo tanto, hemos recibido las influencias de medio mundo, y más concretamente de Francia, Italia, Inglaterra y Estados Unidos. No solo hemos adaptado las tendencias extranjeras a nuestro vestuario, sino también los conceptos. De todas maneras... si la moda española está consiguiendo poco a poco traspasar fronteras, ¿por qué el idioma no puede hacer lo mismo?

Lo nuevo... Gusta

Aquello que no conocemos despierta mucha más curiosidad que lo que ya tenemos más visto. Eso es innegable. Vamos a poner un ejemplo. Si hablamos de un vestido lencero pensamos en una prenda sexy y femenina. En cambio, si utilizamos el mismo concepto pero en inglés, slip dress, genera más interés porque ni siquiera tenemos claro qué es.

Las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías lo han cambiado todo, y la moda también, sobre todo la manera de consumir información y temas relacionados con tendencias. Ahora, todos los lectores hacen uso de una pantalla para enterarse de las últimas noticias y estilismos. Muchos de los usuarios de estas plataformas han nacido en la era de Internet y esto hace que el lenguaje se tenga que adaptar según el público objetivo al que esté dirigido y use muchos anglicismos.

PARÍS YA HA TOMADO MEDIDAS

Si bien París es la capital de la moda por antonomasia, parece que el francés ya no es su lengua oficial y eso preocupa a los franceses... y mucho. Últimamente han visto cómo los préstamos lingüísticos del inglés, los conocidos anglicismos, han ido desplazando a las palabras galas. En un esfuerzo por restituir este poder, la Delegación general de la Lengua francesa ha unido fuerzas con la Federación de la Alta Costura y la Moda para crear una guía de léxico alternativo. “Naturalmente, la gente de mercadotecnia se dirige al público extranjero en inglés. Sin duda se equivocan, porque nuestra lengua tiene un sorprendente poder de seducción”, asegura François-Marie Grau, experto en moda francés. “Queremos ofrecer la posibilidad de expresarse en francés en los casos en los que se ha instalado el inglés”, concluye.

Quieren dejar muy claro que no se trata de prohibir el inglés, ni mucho menos, pero sí de reducir su uso con alternativas en francés, pues la relación entre estos dos idiomas es prácticamente indisociable.

Y es que en Francia la moda es un tema serio. No en vano, esta industria es uno de los motores de la economía del país vecino, generando unos 150.000 millones de euros anuales y dando empleo a un millón de personas, lo que representa el 2.7% del PIB, un sector más rentable que el aeronáutico o el automotriz.