Zac Posen fue el niño prodigio de la moda estadounidense. El diseñador mimado por la alta sociedad. Sus padres pertenecen a la más exclusiva de las esferas neoyorquinas, y él creció en los mejores colegios, rodeado de los hijos de las más famosas celebrities. Pero estos últimos días Posen no ha sido noticia por alguno de los vestidazos creados para la alfombra roja a los que nos tiene acostumbrados, sino porque su casa de moda echa la persiana. Se acabó. Según ha informado él mismo, sin el apoyo de un inversor financiero se ha visto “obligado a cesar las operaciones comerciales” de su famosa firma House of Z. La tristeza por el cierre supone un lunar en una carrera que tuvo muchos momentos dulces. Incluso llegó a ser la envidia del sector al completo.

Casi veinte después de su apertura el diseñador publicaba una foto de su equipo en su taller de la Gran Manzana con el siguiente texto: “Quiero expresar mi agradecimiento a nuestro extraordinario equipo y a todos aquellos que nos han apoyado a mí y a la marca. Toda mi gratitud por su inquebrantable apoyo y dedicación a la compañía. Estoy muy agradecido al equipo que prestó su incomparable talento y compromiso en el camino. Sigo increíblemente orgulloso de lo que creamos y con esperanzas para el futuro”.

En los últimos meses ya habían llegado noticias que hablaban de la delicada situación por la que pasaba la firma de moda, y hoy sabemos que Posen intentó salvar a la compañía buscando socios comerciales, algo que estuvo a punto de suceder pero que finalmente no ha terminado de hacerse realidad. “Llevo un tiempo intentando encontrar a un socio adecuado, pero nos quedamos sin tiempo. Con el clima tan raro que hay ahí fuera? no son buenos tiempos para la industria”, explicaba el creador en una declaraciones a la edición estadounidense de Vogue.

Un curriculum envidiable

Este diseñador, que acaba de cumplir los 39 años y que se negó a vestir por motivos ideológicos a los miembros de la familia Trump, sopla las velas con la tristeza de tener que cerrar su firma, pero con un historial de triunfos en su corta vida profesional que le dará impulso para seguir unido al mundo de la moda. Logró atraer a Puff Daddy como socio inversor, lanzó una segunda línea, le llovieron los premios, escribió un libro y realizó vestuarios para el cine y la televisión. No hay que olvidar tampoco que fue jurado en el programa Project Runaway y rodó un documental sobre su aventura parisina en la moda.

Una de sus pupilas, Ashley Olsen, llegó a superarle en fama y ventas, pero su currículo tampoco está nada mal, y en la mente de todos los amantes de la moda se quedarán para siempre los vestidos de ensueño que diseñó para celebridades como Celine Dion, Rihanna, Sarah Jessica Parker, Julia Garner, Michelle Obama, Oprah Winfrey, Dita Von Teese ?una de sus musas?, e incluso Jordan Roth.

Carrera vertiginosa

Otras de sus fieles seguidoras son Eva Longoria, Sofía Vergara, Reese Witherspoon o Katie Holmes, a quien acompañó en la pasada gala del Met, un lugar mítico de Nueva York que el diseñador conoce muy bien, ya que es precisamente en el Met donde entró en contacto con el universo de la moda, del que quedó prendado al momento. El padre de Posen es un afamado pintor, y un jovencísimo Zac Posen trabajó en la sección de Bellas Artes del famoso museo.

Lo cierto es que este neoyorquino, nacido en 1980, tuvo claro desde muy pequeño que su futuro estaba en la moda, y sin llegar a las dos décadas de vida su ascenso era ya vertiginoso: con 16 años obtuvo una beca del Costume Institute del Metropolitan Museum of Art y se formó en la Escuela Parsons de Nueva York; con 19 años se trasladó a Londres para estudiar en Central Saint Martins y allí entró en contacto con el legado de los grandes modistos; y a los 20 regresó a Nueva York para instalar su atelier en el salón de la casa de sus padres, en pleno Soho. El éxito fue inmediato. Sus diseños arrasaban y sus contactos resultaron prodigiosos.

En 2013 la compañía creó la línea Zac Zac Posen, que se ha vendido en tiendas de lujo como Saks Fifth Avenue y Neiman Marcus, y en diciembre del 2016 lanzó su marca de zapatos. Un año antes, en 2015, Posen firmó con Delta Airlines para diseñar los uniformes de sus empleados.

Tocó el cielo en Nueva York y quiso hacerlo también en París, aunque no tuvo tanta suerte en el mercado europeo. Pero lo peor para Posen llegó con su falta de adaptación a los nuevos gustos, concretamente al estilo deportivo que comenzó a arrasar en la pasarela y en la calle, y que terminó por ser antagónico al estilo Posen. Irreconciliable, más bien.

A partir de ahí la firma comenzó a perder brillantez y seguidores, a pesar de que algunas celebrities, como la actriz Sarah Jessica Parker, le han declarado amor eterno, y hace solo unas semanas sorprendía a todos al salir de su casa rumbo al ballet de Nueva York ataviada con un espectacular diseño lleno de volumen y en color fucsia firmado por el diseñador.

Seguirá en la moda

A pesar de apoyos como este, las cosas no pintan bien para Zac Posen, pero él no está dispuesto a darse por vencido y ya ha anunciado que continuará como director creativo de la línea femenina de la marca Brooks Brothers. Además, se está planteando seguir al frente de Zac Posen Atelier, su línea de Alta Costura, así como con otro de sus bestsellers, los diseños para novias.

El pasado mes de octubre el diseñador neoyorquino lanzó su primera colección de moda nupcial para la firma española Pronovias bajo el nombre Zac Posen for White Ones, una colaboración firmada para tres años. La colección estará en las tiendas a finales de este año, y según señaló durante el lanzamiento de la colección la consejera delegada de la compañía, Amandine Ohayon, durante 2020 llegarán más vestidos y accesorios como parte de esta colaboración.

A lo largo de estos años ha creado vestidos increíbles, muy femeninos, llenos de volantes y volúmenes, creaciones que marcan las formas de la mujer. Está claro que muchos de ellos forman parte ya de la historia de la moda, pero hay uno que ocupará un lugar especial por quién lo llevó. Se trata de Eugenia de York, quien eligió al modisto neoyorquino para que creara su segundo vestido de novia: un maravilloso traje de color maquillaje con cuerpo armado, muy elaborado, y con escote en la espalda al que añadió una larga capa. Un vestido de estrella de cine con el que la hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés deslumbró en su enlace con Jack Brooksbank, en octubre del año pasado en el castillo de Windsor. Ese día, Posen tuvo una ocasión inmejorable para mostrar y enseñar al mundo algo que todos sabíamos: su solvencia en moda nupcial. Ahí, por el momento, vamos a seguir viéndole, porque como ya hemos comentado, acaba de lanzar una colección con Pronovias a través de su marca más joven, White Ones.

La realidad es que a día de hoy su página web ya no existe, y mientras, Posen acaba de cumplir 39 años y lo celebra con toda una declaración de intenciones: “Sigo teniendo esperanzas para el futuro”. Un futuro que espera conquistar cambiando de estrategia, reinventándose o apoyándose en ese talento del que tantas veces ha echado mano. ¿Se habrá dado cuenta de que vestir a las famosas y tener mucho éxito en las redes sociales no es suficiente para mantener una empresa?