ste domingo 5 de junio, el local de la Cooperativa Montes Norte que Alfredo Medina dirige en Errotaburu pasará a cumplir también la función de Casa de Castilla-La Mancha en Donostia, un sueño que perseguían hace años no pocos manchegos residentes en la ciudad. A las 11.00 tendrá lugar el acto institucional y la fiesta culminará con una opípara comida en la Sociedad Gaztelubide, a la que Alfredo pertenece hace más de siete años.

No es casualidad que sea este donostiarra universal, nacido en Malagón (Ciudad Real) en 1946 quien haya asumido esta tarea. Y es que la vida de Alfredo Medina ha oscilado siempre entre el amor por la tierra que lo alumbró y la pasión por la cultura y la gastronomía del país que le acogió y donde ha engendrado una familia de la que se siente muy orgulloso. Tras crecer en Donostia y desarrollar una intensa actividad laboral en Legazpi, donde se casó y tuvo sus dos hijos mientras dirigía su empresa de pinturas y una promotora, Alfredo disfruta de una etapa más tranquila pero no menos dinámica centrado en la gestión de la tienda de Montes Norte, donde podemos adquirir el excelente Aceite de Oliva DO Montes de Toledo en todos los formatos (incluida una curiosa edición Donosti), así como otros productos manchegos como embutidos, legumbres, vinos, aceitunas, conservas y, por supuesto, queso.

Alfredo no solo es un gran defensor del Queso Manchego. Es nada menos que el Gran Maestre de la Cofradía del mismo, y guarda una excelente relación con los miembros de la Cofradía del Queso Idiazabal de Ordizia con los que organiza diversos actos. "Me apasiona el Queso Manchego, ese queso al que mi amigo Mikel Corcuera apodaba el Rólex de los quesos por ser el más imitado del mundo. Mis recuerdos gastronómicos de la infancia están unidos al olor a queso que salía de las casas y las fábricas y me encanta el aroma que le confieren a este producto el romero, el tomillo... las hierbas aromáticas que pastan las ovejas de aquellos pagos, pero no desprecio un buen Idiazabal. Siempre he pensado que los que amamos los quesos tenemos que potenciar en casas y restaurantes tablas de diferentes quesos, apoyarnos unos a otros".

Las palabras de Alfredo definen a la perfección a una persona que siempre ha preferido construir puentes a dinamitarlos. Y la gastronomía ha sido lo que mejor le ha servido para ello. "Soy miembro de las cofradías más variopintas: Corsario de honor de San Juan de Luz, Cofrade de honor de la Queimada de Galicia, del vino de Saint-Romain cerca de Burdeos... he acudido a los capítulos de cantidad de cofradías, soy miembro de la Sociedad Gaztelubide donde canto en el Orfeón de la Castaña y hemos organizado mil eventos gastronómicos... Y ahora, con la Casa de Castilla-La Mancha esperamos organizar encuentros entre cocineros de allí y de aquí, degustaciones de productos..."

Hombre de acción, Alfredo no se limita a disfrutar de la gastronomía: también se la curra. Buen ejemplo son los cursos a los que ha acudido en el Basque Culinary Center en los que ha podido curtirse en técnicas y cultura culinaria. "Aproveché mi jubilación para acudir a varios cursos de entusiastas del BCC. Hice un curso de tres meses con Aitzol Zugasti en el que aprendí todos los entresijos de la cocina vasca, así como muchos trucos y conceptos de vanguardia, y también he hecho cursos allí con Ander González y con Kevin Patricio. Siempre me ha gustado este mundo y el dar estos cursos me ha servido para sorprender en casa y lucirme en la sociedad, que no es poco".

En su nueva condición de vendedor de productos de su tierra natal, Alfredo no puede evitar observar con preocupación el presente y, sobre todo, el futuro del comercio local. "Montes Norte arrancó con mucha fuerza, pero no se ha mantenido ese ímpetu inicial. Y hablo con el panadero, el tendero, el pescadero... y veo que hay menos alegría. Es una pena que este comercio en el que cuando compramos un producto nos lo explican, nos aconsejan qué hacer con él... sea dejado de lado por comodidad" sentencia. l