- Álex Lecquio, hijo de Ana Obregón y Alessandro Lecquio, falleció ayer a los 27 años víctima de un cáncer. Álex, que llevaba dos años batallando contra esta enfermedad, había sido tratado en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, donde estuvo siete meses ingresado, y ahora se encontraba siguiendo las pautas médicas del centro norteamericano en un hospital de Barcelona.

Durante todo este tiempo, Ana Obregón, muy unida a su único hijo, le ha acompañado en la lucha contra la enfermedad. La actriz y presentadora dormía en el centro hospitalario en el que trataban a Álex desde hacía casi dos semanas y solamente se desplazaba al apartamento que había alquilado en Barcelona para pasar allí algunas horas. Desde que madre e hijo supieron de la enfermedad que padecía (un sarcoma de Ewing), Ana Obregón no se ha separado de él en ningún momento: con él fue a Estados Unidos, con él ha estado en cada visita hospitalaria y con él ha disfrutado también de los momentos de tregua que les daba la enfermedad.

Ana Obregón ha priorizado estos dos últimos años el bienestar de su hijo, a quien ha arropado constantemente. Hace un par de meses se informó de que había cancelado su obra de teatro Falso directo, que estaba a punto de estrenar en Madrid junto a Andoni Ferreño, para tener más tiempo para permanecer a su lado. “Hago lo que haría cualquier madre”, manifestó entonces. Tras el último ingreso, la propia actriz declaró que se trataba de un paso más en el tratamiento contra el cáncer.

El nacimiento de Álex Lecquio, el 23 de junio de 1992, fue un vínculo que unió inexorablemente a Ana Obregón y el aristócrata italiano Alessandro Lecquio, aunque no evitó la ruptura de la pareja, envuelta en numerosas controversias con la exmujer de Lecquio, la temperamental modelo Antonia Dell’Atte, madre de su hijo mayor, Clemente. Pese a todo, la actriz tuvo siempre muy claro que era esencial llevarse bien con el padre de su hijo y que ambos mantuvieran la relación.

En la memoria colectiva quedarán siempre las imágenes de Álex cuando, siendo aún muy pequeño, intentaba morder la espuma con la que se recubren los micrófonos de los reporteros que se acercaban a su madre para obtener algunas declaraciones. Años más tarde, Álex Lequio, que fue un estudiante excelente, se convirtió en un joven empresario con una enorme visión para los negocios, heredada de su abuelo, Antonio García. Tras terminar Primaria y Secundaria en el International College en Madrid, donde estudió entre 1995 y 2010, viajó a Estados Unidos, donde durante cuatro años fue alumno de la Duke University, una de las universidades más elitistas del país, en Durham, Carolina del Norte. Allí se graduó en Ciencias Políticas y Filosofía, una ceremonia que no se perdieron sus padres y tras la que él declaró a una revista: “Soy un chico muy curioso y me gusta estar aprendiendo. La Filosofía me ayuda a entender las cosas y las Ciencias Políticas a sacar partido a mi forma de pensar”.